OO5 | MISSION

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Steve Rogers

-recuerden chicos- habló Tony por el intercomunicador -debemos pasar desapercibidos hasta obtener el expediente-

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-recuerden chicos- habló Tony por el intercomunicador -debemos pasar desapercibidos hasta obtener el expediente-

-tranquilo, tengo todo bajo control- habló la castaña mirando a Natasha, que se encontraba frente a ella, y comenzando a caminar hacia la barra del bar.

Los vengadores se encontraban en una misión muy importante, buscando archivos con la planificación de una nueva bomba nuclear, derechos de Hydra. Esta vez, aquella sádica organización había elegido un extraño lugar para ocultar sus archivos, pero había que admitir que habían sido astutos. Nadie buscaría los planos de una bomba nuclear en un bar nocturno.

-capipaleta, tu puedes beber algo hasta que dé la orden de atacar- comentó el genio con diversión -chicas, encárguense de distraer a los de la entrada- las jóvenes fijaron su vista hacia el lugar indicado. Se encontraron con unos cinco hombres con trajes negros y lentes del mismo color. Miraban el lugar, cerciorandose de que no hubiese nada sospechoso.

-entendido- dijo Samantha, tomando la mano de la pelirroja y llevándola al medio de la pista.

-que haces?- preguntó confundida la agente, mientras veía a su amiga moviéndose al ritmo de la música que estaba sonando. Una melodía que denotaba sensualidad y que era ideal para bailarla pegada a una pareja de baile.

-distraerlos- respondió obvia -ahora- atrajo a Romanoff por la cintura, de manera que sus cuerpos quedasen pegados -déjate llevar-

Natasha comprendió y comenzó a mover su cintura al compás de la música. Aunque quisieran negarlo, casi siempre la debilidad de un hombre es una mujer bailando, especialmente si esta estaba enfundada en un vestido rojo.

Samantha se movía libre. Movió su cabello de manera sensual y logró llamar la atención de aquellos hombres en traje negro. La chica era increíblemente Bonita y lo estaba usando a su favor.

-deberías cerrar la boca, se te va a caer la baba- bromeó Sam, golpeando con el codo a su compañero.

-que dices Sam- rodó los ojos el capitán, mientras intentaba ocultar el sonrojo en sus mejillas.

-por Dios, me vas a negar que esa chica te gusta?- preguntó incrédulo -la conoces hace años, sabes que es una buena chica. Que te impide invitarla a salir?-

-sus inseguridades- respondió Tony saliendo de la nada con un vaso de whisky en la mano.

-acaso no la ven?- preguntó el rubio -es perfecta, y yo solo un miedoso chico de Brooklyn- suspiró derrotado, dando otro trago al vaso de alcohol, alcohol que no tenia efecto en él gracias al suero en su sangre.

-pero estas bien buenote- acotó Sam haciendo que Tony se atragante con su bebida a causa de la risa. Por parte el capitan solo siguió observándo a la chica que se había robado su corazón, ignorando olímpicamente al Moreno.

-sigan así chicas- habló Clint por el intercomunicador -casi acabo. Si no se dan cuenta, tal vez no salgamos tan heridos-

Se hoyó un estruendo y la música paró bruscamente logrando que todos pararan de bailar y miren desconcertados a su alrededor. Los hombres en traje desaparecieron de un momento a otro.

-Clint, todo en orden?- preguntó Tony.

-estoy necesitando un poco de ayuda en este momento- habló con dificultad el arquero.

-yo lo ayudo- se unió Natasha, corriendo a la posicion de Barton.

Samantha, por su parte, notó que los hombres comenzaron a preparar sus armas desde una posición completamente diferente a donde los había visto por última vez. Soltó un bufido y supo que el momento había llegado.

Se acercó a un grupo armado y habló.

-oigan!- llamó su atención -no quieren un poco de esto?- se señalo y corrió un poco su falda para agarrar el arma, con silenciador, sujeta a su media y disparar al primero -uno menos-

El sonido de una alarma seguido de disparos asustó a todos los presentes que comenzaron a correr a la salida entre gritos y empujones.

Pronto, hombres entraron por las ventanas y puertas, rompiendolas y comenzando a disparar a quien se les cruzara.

Steve corrió junto a Sam y Natasha a esconderse detrás de la barra. Pero se preocupó al no ver a su vengadora favorita.

Tomó la bolsa que se hallaba en el piso y sacó de ahí el escudo que había sido regalo de Howard Stark décadas atrás.

Lanzó su escudo por los aires logrando que este se chocara con un par de cosas pero que finalmente diera en un de los hombres para luego seguir con los demás.

Grupos del bando contrario siguieron apareciendo y también fueron aniquilados conforme pasaban lo minutos.

-ya los tienes?- preguntó Natasha, agotada, a Clint por el intercomunicador.

-hace mas de diez minutos que los tengo, pero quería ver algo de acción. Mi esposa no me deja usar el arco y flecha en casa- respondió Barton, en tono divertido.

__

La castaña se acomodaba en el asiento con una mueca de dolor en su rostro producto de múltiples heridas por la reciente pelea.

Steve, del otro lado del jet, la miraba con clara preocupación en su rostro. Todos estaban desaliñados y tenían machucaduras en su piel, más para el capitán la única existente era Samantha.

-estas bien?- murmuró el rubio acercándose a la chica. Ella giró a verlo y contuvo una sonrisa enternecida al ver sus ojos bañados en preocupación, ojos que tenían más poder del que creían sobre ella.

-podría estar mejor- respondió ésta, con diversión. Pero al momento de reír le fue inevitable no gruñir a causa del dolor.

-no te esfuerces- murmuró el capitán acariciando su cabello por inercia.

La joven quedó dura con esta acción de parte de su compañero, aunque no podía negar que le encantaba el tipo de trato que tenía Steve con ella.

Era mas que sabido que ella mantenía un fuerte sentimiento por el anterior nombrado. No podía evitar entusiasmarse ante la idea de que el capitán comparta los mismos sentimientos que ella. Pero para Samantha eso solo ocurría en las películas románticas.

-lo lamento- se disculpó Rogers al darse cuenta de la quietud de su acompañante.

Ella lo miró profundamente a sus iris azules y se fue acercando hasta colocar una mano en la mejilla del capitán. Se fueron acercando lentamente, sintiendo sus respiraciones mezclarse y sus miradas viajar entre sus labios y sus ojos.

Cuando sus labios estaban a centímetros de juntarse sus narices chocaron, logrando que ambos se separen un poco largando una risa nerviosa y sonrojados notablemente.

-lo siento- hablaron al mismo tiempo, notablemente nerviosos y algo divertidos por la situación.

-yo voy...- el rubio señaló a su lado algo nervioso.

-si- respondió la muchacha -y yo...- señaló al lado contrario.

-si-

Se incorporaron y comenzaron a caminar a lugares diferentes. Pero ambos se detuvieron en seco y volvieron corriendo al mismo lugar en el que se hallaban para fundirse en un dulce y apasionado beso.

-vaya, y yo creyendo que esto solo ocurría en las películas-

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora