O33 | THAT NURSE

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Steve Rogers
40's

Esperé pacientemente sobre la camilla para ser atendido

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Esperé pacientemente sobre la camilla para ser atendido. Me encontraba en mi sexto intento por ingresar al ejército y esperaba que este fuera el último. Siempre negaban mis solicitudes gracias a mi escuálida contextura física y el asma que complicaba mi vida, junto a mis demás enfermedades.

Después de unos minutos, una jovencita ingresó a la habitación. La chica me dirigió una rápido mirada acompañada de una dulce sonrisa. Me sorprendí al instante, normalmente las chicas no solían dirigirme mirada alguna por mi esquelética y débil apariencia.

-que tal...- leyó mi nombre en la planilla -...Steve Rogers- me miró. Le dediqué una pequeña sonrisa tímida y bajé la mirada que mis manos -soy Gracielle-

-Steve- dije, pero luego noté que ya sabia mi nombre y carraspeo intentando apaciguar el color de mis mejillas. Su dulce risa invadió la habitación, para luego acercarse a mí con lo requerido para comenzar mis análisis.

Un hombre ingresó a la habitación y susurró unas palabras en su oído, ella asistió y me dedicó una última sonrisa antes de abandonar la habitación. Sonreí una vez estuve solo, sin saber que esa sería una de muchas sonrisas que me dedicaría la castaña.

__

Retiré mi camiseta con nerviosismo, intentando olvidar el hecho de que todas las miradas estaban sobre mi. Mi cuerpo quedó expuesto y me preparé para completar el proyecto al que Abraham Erskine me había elegido.

Mis ojos se abrieron de sorpresa al ver a la dulce enfermera en una de las esquinas del lugar. Una mueca preocupada adornaba su bello rostro y sus ojos mantenían un peculiar brillo mientras observaba en mi dirección. Al notar que la miraba, me sonrió como aquel día de nuestro primer encuentro.

Estaba demasiado concentrado en el rostro de Gracielle, por lo que no noté cuando las puertas se cerraron frente a mi rostro y los calambres y pinchazos inundaron todo mi ser. En el momento que aquel líquido ingresó en mi sistema, intenté soportar lo más que pude los gritos de dolor, pero no me fue posible por mucho tiempo. Luego de varios minutos de pura agonía sentí como mi cuerpo comenzaba a cambiar.

-detenganlo ahora!- oí aquella voz, la voz de Gracielle gritar porque me liberen.

-Stark, apágalo!- gritó Abraham.

-no!- me rehusaba a terminar con todo luego de tanto sufrimiento.

Minutos después las puertas se abrieron, cegandome con las numerosas luces en el laboratorio. Mi respiración era irregular y me sentía agotado.

-funcionó?- pregunté.

-claro que funcionó- respondió, Erskine. Cierta castaña se acercó a mí, mirándome de pies a cabeza.

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora