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Lágrimas caían por las mejillas de la joven como si de una cascada se tratase. Su corazón dolía en cada latido, sentía su cuerpo entumecido y sus manos temblaban por la furia.
Era la quinta vez en la semana que peleaban, siempre todo terminaba igual. Gritos, algún objeto roto, insultos y finalmente él dejaba el apartamento y no regresaba hasta el amanecer.
Ella no quería terminar con su relación de cinco años con Chris, aquella que alguna vez fue perfecta y hoy por hoy solo quedan restos. Al principio todo iba increíblemente bien, detalles, palabras dulces, besos y pasión. Pero actualmente era todo lo contrario.
Ya nada es igual.
Sin darse cuenta en los últimos meses se distanciaron demasiado, ya sea por el trabajo de él o el de ella, siempre terminaban alejados. Ella aseguraba sentir el mismo cariño que desde el primer día, más él...era cuestionable.
Las pocas veces que se veían, solo peleaban. Siempre acababan gritandose por cosas realmente estúpidas. Cualquier pequeña acción mal hecha era motivo de un nuevo conflicto...y los conflictos desgastan las relaciones.
Elena sabia que su relación no daba para más. Antes habían tenido tropezones pero lo supieron controlar, sin embargo ahora se encontraban cayendo de un precipicio del que no íban a poder escapar.
No sin acabar con todo.
La castaña sollozaba mientras pensaba como sería una vida sin él. Habían pensado en tener hijos, cuando apenas comenzában con su matrimonio, una hermosa casa y una vida perfecta. Tenían tantos planes futuros, más ellos parecían borrarse con el paso de los días.
Lo planeado nunca funciona.
Mentirían si dicen que ya no se aman, que ya no quieren volver a besarse, tocarse o incluso verse. Chris no lo demostraba, pero la amaba, a su lastimosa manera. Sin embargo su manera de amar no le agradaba a Elena para nada. Un día insultos y al otro día chocolates y besos? No hay manera.
Unos toques en la puerta interrumpieron los sollozos de Elena. Se acercó a la puerta quitando todo rastro de lagrimas, pero sus ojos la delataban.
Y a él también.
Se miraron por unos segundos fijamente, lo suficiente para saber que habían estado llorando. Sin decir nada, la chica se movió dándole permiso al rubio para entrar al departamento. Tomaron asiento en el sofá de la sala, aún en silencio, y ambos se dispusieron a mirarse.
-qué nos paso?- preguntó ella, inconscientemente -yo, quería todo contigo- hizo una pausa y sintió tus ojos llorosos una vez más -creí que funcionaría, lo nuestro-
-y funcionará, amor- habló -lo prometo-
La joven negó -no, Chris- murmuró con dolor. Él estaba convencido de que todo se solucionaría, mientras ella sentía que cada vez se hundía más en aquel pozo oscuro. Y ella le temía a la oscuridad.
-Eli, mírame- tomó sus mejillas entre sus manos y cruzó su mirada con la de ella -esto solo es una caída, pero nos levantaremos otra vez- beso su frente -juntos-
Ella sentía una opresión en el pecho, era indescriptible el dolor que sentía.
La castaña tenía un nudo en la garganta que le dificultaba el respirar y sus ojos picaban intentado liberar las lágrimas que estaba conteniendo. Intentaba evitar mirarlo, más su insistencia era más fuerte.
No podía.
No podía lograr decir aquellas tres palabras que cambiaran su vida por completo
No podía y a decir verdad tampoco quería que todos sus años de relación se fueran por el caño.
Pero todo estaba claro.
No estaban destinados.
Lo suyo solo fue algo temporal.
Algo que debían vivir para saber que aunque la vida no siempre es fácil, la deben enfrentar.
-Chris- murmuró con voz rota y sin poder controlar sus lagrimas que caían como cascada de sus bellos ojos avellana -quiero el divorcio-
Aquellas tres palabras, aquellas que habían costado demasiado pronunciar, pero había dolido más escuchar, habían sido liberadas al fin. Ella sintió un alivio al soltarlas al fin, se sintió mejor de lo que le gustaría.
El rubio rápidamente se separó de la chica.
Su pecho dolía y a kilómetros se escuchaba el crujido de su corazón rompiéndose. La verdad él no se esperaba estas palabras por parte de su amada, si bien sabía que las cosas no iban demasiado bien hace meses, jamás pensó en llegar a este punto.
-q-que?- titubeó hecho pedazos. Tiró de sus cabellos, conteniendo sus impulsos por hacer una idiotez.
-Chris, acaso no lo ves?- preguntó ella incrédula -esto no da para más-
-por q-que dices eso?-
-porque es la verdad- respondió ella -hace meses estamos mal. No podemos continuar así Chris, tengo una vida y tu tambien, y quiero vivirla feliz, no peleando con mi marido todo el tiempo-
-podemos arreglarlo- dijo él, con lagrimas recorriendo sus mejillas -no tiene porque acabar así-
-no, Evans- habló fría, tomando una postura que necesitaría para enfrentar toda aquella situación -se acabó-
-en serio?- dijo él, comenzando a cabrearse. Su humor había tenido un giro repentino que desconcertó a la chica -en serio quieres tirar tantos años juntos por una estupida pelea?-
-una estúpida pelea?- recalcó la muchacha -estás seguro que fue solo una? Porque que yo recuerde ya vamos cinco en el mes-
-estas exagerando- exclamó el actor -creí que eras fiel creyente de la frase "todo golpe se cura"- soltó una risa sin pizca de gracia.
-pero siempre queda una marca, Chris- suspiró la chica. Él se levantó del sofá, dispuesto a replicar pero ella lo detuvo con sus palabras - lo ves? Ya vamos otra vez. Me cansé Chris, quiero el divorcio-
La chica tomó su bolso y chaqueta para luego irse cerrando fuertemente la puerta detrás de ella. Lo habia hecho, había dicho aquellas palabras que tantas vueltas habían dado por su cabeza durante días y noches. Se sentía complacida con ella misma por haber tenido tanta valentía y fuerza.
Por otro lado, el rubio asimiló lo ocurrido y se dió cuenta que aunque la siga amando con la misma intensidad que cuando pronunció el "acepto" en su boda, ninguno merecía vivir de esa manera, así que la dejo libre, porque como dice el dicho.
