ABRE LA VENTANA, LEE｡ hyunho ✔️

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jisung, minho y hyunjin estaban sentados en la mesa del comedor. estaban entretenidos molestando a jisung por haber olvidado su juego de barbie sobre la mesa de noche en su habitación, donde minho lo había visto. estaban riéndose de su rostro colorado, recordándole que había dicho que aquellos juegos eran ridículos durante meses atrás, cuando apareció el chico que conocían popularmente en todo el instituto como "el niño de algodón de azúcar".

yang jeongin apareció con una bolsa color celeste, donde guardaba su comida. el chico colores suaves, mayormente de azul cielo y rosa pastel. tenía la costumbre de ponerse un brillo sutil de fresa en los labios, portaba su cabello perfectamente cuidado y la piel tersa. su apariencia era impecable y su tono de voz, además de cantar angelicalmente en los eventos del instituto y ferias, era encantador, suave como la seda.

su actitud no era muy diferente a como se veía, de hecho. era difícil hacerlo enfadar por lo amable y agradable que era; no importa que mancharas su camisa favorita con una salsa complicada de lavar, él sería comprensivo y te sonreiría cálidamente si te veía arrepentido.

minho lo podía comprobar, porque él mismo lo hizo al estar distraído y tropezar con jeongin accidentalmente. se había sentido una persona horrible por la mirada impactada de todos y el rostro asombrado de la víctima, así que casi sintió la necesidad de arrodillarse ante su error. en cambio, jeongin sonrió y le disculpó gentilmente, diciéndole que no sería tan grave, incluso ofreciéndole su propia salsa.

por eso mismo, era uno de los chicos, por no decir que el único, más queridos en el lugar. minho podía jurar que todos, incluyendo a los matones, lo miraban como a un ángel. era increíble, quizás el único instituto en el mundo donde existía alguien tan amado.

y era el mejor amigo de hwang hyunjin.

el chico castaño de reflejos rosas sacó de su lonchera un almuerzo preparado por sí mismo. sus amigos lo miraron como un prodigio, porque era increíble el nivel de perfección que desprendía el menor de todos; desde la dieta hasta el aspecto de su comida, todo parecía sacado de la televisión. como un príncipe del juego de barbie de jisung.

minho miró a todos los demás en la mesa y encontró a jisung mirando al deslumbrante chico, sin acostumbrarse al aire de grandeza ajena, con la salsa rancia de la cafetería en la comisura de sus labios y unas migajas de pan en la barbilla.

—tú, jeongin —llamó la atención del dulce chico y el resto, recibiendo la mirada inocente del recién llegado— ¿cómo pudiste hacerte amigo de un puerco como hyunjin si tú eres tan perfecto?

jeongin sonrió y hyunjin lo miró ofendido, mientras jisung asentía de acuerdo. eso sólo hizo que hyunjin se ofendiera aún más, abriendo la boca y frunciendo el ceño en una extraña mueca—: ¡estoy aquí!