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hyunjin acomodó su almohada—: ¿me cantarás algo?

minho bufó. el menor seguía insistiendo en ello a pesar de sus negaciones. y aunque el rubio intentara convencerlo haciendo ojitos o abultando el labio exageradamente, minho pondría su mejor cara de póker para negarse.

—tú sabes cantar —le replicó con cierto reproche—. deberías hacerlo tú, no yo.

—pero soy yo quien tiene problemas para dormir.

cuando minho entrecerró los ojos y le miró fijamente con el rostro serio, hyunjin comenzó a reír nerviosamente. su hyung estaba perdiendo la paciencia y debía ceder en ese mismo instante. sin embargo, sus párpados se hacían cada vez más pesados con cada segundo que pasaba.

—te ves demasiado lindo con tus lentes, ¿te lo he dicho?

—lo has hecho —minho sonrió por su tono dormilón. hyunjin había comenzado a bostezar varias veces y sus ojos se volvieron brillosos.

—realmente te quedan muy bien. tus ojos se ven más bonitos de cerca, me hubiese gustado verlos así hoy...

minho no pudo evitar una pequeña risa nerviosa por aquella repentina revelación, su corazón derritiéndose como un helado en verano—: ujum.

hyunjin bostezó una vez más, con la mejilla apoyada en la almohada. se notaba que el sueño había empezado a brotar de él y avanzaba rápidamente, llegándole a vencer hasta que cerró sus ojos.

—tus mejillas están rojas, son preciosas —murmuró adormilado.

jamás hubiera pensado que cerraría la madrugada de esa manera. jamás se le habría pasado por la cabeza que vería a hyunjin durmiéndose con la tranquilidad de un ángel, ni que estaría escuchando esas dulces palabras de su parte. sintiéndose más osado por el estado casi inconsciente del menor, se atrevió a decirle lo que pensaba.

—las tuyas son más lindas. todo de ti es lindo —soltó un último suspiro, observando el rostro sereno del otro lado de la pantalla, pensando que debía cortar la llamada para dejarlo descansar —duerme bien.

ABRE LA VENTANA, LEE。 hyunho ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora