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minho estaba teniendo un ligero lapso de aburrimiento.

ese fin de semana, su madre cumplía años. lo que significaba que debían hacer una reunión familiar con sus tíos y primos para celebrar en su casa, con una comida y una tarta al final del día.

minho no era un amante de las reuniones familiares, pero tampoco podía ser grosero. así que se sentaba en la sala sin tener una interacción real con alguien. si ninguno de sus primos estaba dispuesto a entablar una charla con él, simplemente se ocultaba tras de un libro o, como en ese caso: en su teléfono.

sus tíos conversaban alegremente sobre ellos, sus hijos y sus trabajos. compartían risas, anécdotas, incluso sus primos se veían más interesados en los temas de conversación de los más adultos que en hablar entre ellos.

minju y él eran los únicos que se mantenían un tanto al margen, tan sólo poniendo atención cuando los necesitaban. era una de esas cosas que aún tenían en común: la poca relación que tenían con la familia de sus padres aunque los vieran varias veces al año.

simplemente preferían mantener un perfil bajo, conservándose discretos, en silencio y...

—¿minho no ha traído una novia a casa? ya vendría siendo hora, se ve bastante grande, y a su edad debería estar comenzando a salir con alguien...

aquel comentario le hizo poner sus sentidos en alerta aunque estuviera con los ojos puestos en la pantalla de su celular. estaban entrando en los momentos más incómodos, cuando pasaban de hablar de sus hijos y empezaban a hablar de él y su hermana como dos pequeñas mascotas. realmente lo odiaba.

de repente, y como solía suceder, su madre intentaba desviar la atención de su hijo, pues conocía lo incómodo que era para él y minju—: oh, minho no está interesado en citas todavía. prefiere estudiar, es su estilo.

—en cambio, minju se ve más flexible en el tema. ¿no habrá estado saliendo con alguien a sus espaldas? —risas se escucharon, minho sólo apretó la mandíbula, sintiendo desde su sitio lo incómoda que se sentía su hermana a pesar de estar a tres metros de distancia de él, en el otro extremo del sofá—. bueno, sólo esperemos que escoja tener hijos en un momento adecuado.

era incómodo. minju y minho detestaban aquel escenario. ellos no estaban pidiendo a nadie que se meta en sus vidas, ni siquiera cuando esos familiares fingen ser agradables. es difícil creer en sus sonrisas cuando sólo llaman para pedir favores o los visitan únicamente en fechas especiales. es difícil cuando hablan de ellos como si no estuvieran presentes.

minju dedicaba una sonrisa forzada, pero minho era menos fuerte. fingió no oír y se mantuvo allí, sin ver realmente nada más que su propio reflejo en la pantalla del móvil.

como si un pequeño rayo de luz se tratase, un mensaje de hyunjin iluminó la pantalla. minho se consternó por un momento antes de olvidar el ambiente a su alrededor y lo abrió, sin un pequeño atisbo de paciencia.

leyó un "¿cómo va tu día, hyung?", que venía acompañado de una foto del rubio frente a una pintura de lo que parecía ser un jarrón de flores; los dedos del menor y parte de su mejilla estaban llenos de pinturas de colores cálidos. una sonrisa automática se formó en el rostro del pelinegro, pensando que se veía adorable.

"me estás salvando. la reunión está siendo algo incómoda y aburrida. ¿y a ti? ¿qué tal va esa pintura?"

hyunjin contestó a los segundos. minho siguió sonriendo cuando recibió de respuesta un mensaje con una foto adjunta, ésta vez del lienzo entero. no estaba terminado, pero se podía ver que era un jarrón de girasoles, con colores vibrantes y vivos. era hermoso.

"ow, ¡espero que eventualmente mejore! yo estoy bien, me sentí inspirado a pintar esto"

y teniendo como vía de escape el autor de muchas pinturas y de sus propios suspiros, importándole poco si sus familiares seguían parloteando, se dejó guiar por el buen humor natural de hyunjin y de cómo éste sabía hacerlo reír.

ABRE LA VENTANA, LEE。 hyunho ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora