ABRE LA VENTANA, LEE｡ hyunho ✔️

69

en la mañana, tan sólo a unas horas de haberse quedado dormido, minho bajó a la cocina para preparar su desayuno y el de hyunjin. ya que estaba acostumbrado a sus trasnochos, no tuvo ningún reparo en despertarse antes que el rubio. sin embargo, éste seguía enrrollado entre sus sábanas, haciendo que el mayor se levantara con una sonrisa enorme al recordar todo.

a pesar de su impecable buen humor, encontrarse a minju desayunando no evitó que se sintiera curioso. con calma se acercó al fregadero para lavar sus manos.

—así que yuri, ¿eh?

—sí —contestó ella sencillamente, terminando con su plato. siempre acostumbraba a desayunar en la cocina, por lo que pronto estuvo lavando su propio plato mientras minho secaba sus manos con una toalla.

—es una buena chica —comentó.

—no quiero hablar de eso —contestó suavemente, desviando el tema—. mejor ocúpate de hacerle un rico desayuno a tu novio —y sonrió, viendo la expresión de sorpresa de su hermano mayor—. y sí, lo sé.

minho no daba crédito a lo que oía. dejó sobre la mesa los panes que había seleccionado para la comida mientras miraba a minju con una expresión interrogante—: ¿cómo...?

—hablé con él anoche —explicó simplemente, restándole importancia y acercándose a él después de secar su plato. —¿te ayudo? —preguntó refiriéndose a las frutas que planeaba picar.

—si no te importa... —susurró extrañado hasta que ella tomó las frutas, cortándolas en trocitos mientras él hacía los huevos en canasta—. gracias.

ambos se concentraron en hacer el desayuno en silencio cuando sus padres pasaron por la cocina, sorprendidos al verlos juntos. su madre fue la primera en hablar, saludándolos y avisándoles que saldrían en una cita romántica. los jóvenes hicieron una mueca ante las risas traviesas de sus padres, despidiéndose cuando salieron por la puerta.

—tienes suerte, yo también voy a salir. no hagan mucho ruido, los vecinos pueden oír algo —comentó sugerente, robándole una fresa para salir de la cocina riéndose. había terminado con el trabajo e iría a alistarse para su propia cita.

minho sintió sus mejillas arder, acomodando los platos de comida en el comedor para tomar rumbo hacia la habitación.

parecía un buen día para el amor.