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minju estaba metida en la cocina cuando minho llegó.

la muchacha salió para mirar a su hermano mayor con curiosidad, llegando agitado con las mejillas un poco sonrosadas y una singular sonrisa en su rostro. parecía que había hecho una actividad física importante y eso era realmente extraño: minho era una persona sedentaria que no se movía ni para alcanzar el salero durante las cenas.

la fémina arqueó la ceja, escrutándolo con la mirada. minho ni siquiera se había detenido a mirarla mientras se quitaba los zapatos, distraído en sus propios asuntos mentales, que lo hacían sonreír más de lo común—: ¿qué te pasó?

el azabache se percató de ella por un momento y lanzó su bolso a un costado, borrando su sonrisa y pretendiendo estar cansado—: hyunjin me hizo correr una cuadra entera y estoy agotado.

minju sintió crecer su curiosidad cuando escuchó el nombre de su ex novio. minho fue directo a la cocina para conseguir un vaso de agua y así poder tranquilizarse, recordando la manera tonta en la que hyunjin había provocado una carrera entre ambos al sacarle el libro de las manos. la verdad era que el mayor se había divertido, pero sus piernas exigían un reposo de tres días en cama.

—¿hyunjin? ¿son amigos, no? —preguntó, intentando decorar el tono de su voz como una pregunta casual. minho era un poco perspicaz y notó que buscaba sacar alguna respuesta sutilmente, intentando no mostrarse demasiado interesada.

—sí —respondió—. lo somos.

—no parecía que se llevasen bien antes... —soltó. minho para ese punto no podía abstenerse a contestar.

—es un buen chico.

los hermanos hicieron contacto visual mientras el mayor de ellos dejaba el vaso de cristal a un lado, dispuesto a salir de allí. pasó junto a ella en rumbo a su habitación cuando la oyó mascullar, como si estuviera gruñendo por algo que no conseguía comprender, casi en rabieta.

—ustedes son muy raros.

minho bufó, intentando tomárselo lo menos serio posible—: no deberías meterte, ¿sabes? dejaste en claro que no querías saber nada más nada de él.

—y no quiero, pero es difícil cuando lo traes seguido a casa. —se excusó. la chica tenía las mejillas rojas y para entonces había comenzado a jugar con su cabello recogido en una coleta. minho frunció el ceño, cruzándose de brazos en el pie de las escaleras.

—¿te molesta su presencia? —interrogó.

su hermana miró el suelo, dudando al contestar, como si aquello la tomase por sorpresa—: no, pero...

—entonces por favor no le des más vueltas, estás exagerando.

y mientras minho volvía a su habitación dispuesto a calmar su pecho descontrolado, minju se preguntaba por qué defendía tanto a aquel chico que, hasta hacía poco, trataba con indiferencia.

ABRE LA VENTANA, LEE。 hyunho ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora