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al final del día, jeongin se encontró con yuna y fueron juntos a casa. hyunjin había acordado con minho el encontrarse después de clases, con la finalidad de comprar algunas pinturas que le hacían falta, así que con emoción caminó hasta la salida de la institución.

apenas al llegar, observó la cabellera negra del mayor, quien mantenía la vista fija en su teléfono. cuando estuvo cerca tocó su hombro, y observó con total ternura cómo éste saltaba de la sorpresa. como un gatito.

después de molestarlo por su reacción adorable, ambos tomaron rumbo a una tienda cercana, la que hyunjin frecuentaba para comprar sus materiales de dibujo. el menor de ambos observaba la mano de minho, que se cubría bajo un suéter grande de color negro; mientras se preguntaba qué tan bien se sentiría tomarla y cruzar sus dedos con total libertad.

—sé que no nos incumbe, pero jisung morirá virgen.

—¿en serio? —sonrió hyunjin, tomándoselo completamente en broma. minho le dio un codazo, pero no pudo evitar sonreír también.

—sí. me dijo que estaba planteándose la posibilidad de que sea asexual —comentó echando un vistazo a las diversas tiendas que tenían junto a ellos a medida que iban caminando, entreteniéndose en las estanterías que mostraban todo tipo de cosas—. seguro fue esa revista erótica que leyó, al pobre no le quedó una pizca de ganas —bromeó.

hyunjin rió, recordando las caras y el silencio sepulcral que había hecho jisung durante todo el día. minho lo imitó, riendo con ganas.

—hablando en serio, ¿quién le dio ese libro?

—felix, eso creo —respondió, haciendo memoria a cuando se le fue concedido a su mejor amigo. hyunjin pareció recordar algo, así que alzó las cejas.

—oh, felix no vino hoy, ¿cierto?

—no...

—es raro.

minho frunció el ceño, mirando el suelo con la mirada perdida—: muy raro —murmuró.

hyunjin notó el cambio de ánimo de minho ante esto y lo tomó de la mano, acercándolo a una tienda de dulces. el mayor lo miró confundido, cuestionándole la razón del repentino desvío, pero el rubio sólo sonrió, pidiendo un helado de frambuesa a la amable dependienta.

minho, sorprendido, aceptó el helado que poco después fue tendido hacia él. sus mejillas se encendieron furiosamente en un color rojizo, sintiendo que el corazón se le saldría del pecho. hyunjin estaba haciéndole un regalo, un gesto que no vio venir, y tomando en cuenta sus gustos al elegir su fruta favorita entre otros sabores variados.

—¿hacemos una carrera? —preguntó hyunjin cuando continuaron caminando, el mayor comiendo en silencio intentando ocultar su notable sonrojo. éste sólo lo miró cuestionablemente.

—¿quieres que me caiga y haga el ridículo frente a otras personas como la otra vez?

—si te caes, te levantaré.

—no quiero —sacó su labio inferior, cerrando los ojos y girando el rostro en dirección contraria a hyunjin. seguía falsamente enojado con él por la vergüenza que pasó aquel día, así que era un buen momento para seguirle la corriente.

el menor, riendo, aprovechó la distracción del contrario para arrebatarle el helado y avanzar varios metros, desafiándolo. minho hizo una expresión de indignación real y lo persiguió por toda la calle, hasta que se dieron cuenta de que ya habían pasado la tienda y debían devolverse.

parecían un par de tontos cuando entre risas y comentarios burlescos jugaban a perseguirse mutuamente, retándose como siempre solían hacer. hyunjin había sacado a la luz ese lado juguetón de minho y disfrutaba verlo cada vez que podía.

y aunque tuvieron que regresar un camino de tres cuadras debido a su imprudencia, no podían negar que sus momentos eran divertidos.

ABRE LA VENTANA, LEE。 hyunho ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora