Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18

• Siempre me gustaste tu, pequeña •

Comenten ❤️.

•

Betty charlaba con su mejor amiga en el almuerzo cuando un pelinegro llegó hasta ellas.

- Hola hermosas. -saludó a sus dos mejores amigas y dejó un protector beso en la frente de cada una. - ¿Como están mis chicas?

- Bien Juggie, ¿Tu? -respondió Betty.

- Bien chicas. Ronnie, ¿Vendras a mi casa hoy? -el le preguntó a la pelinegra y esta asintió con una sonrisa.

Betty frunció el ceño levemente pero rápidamente disimuló con una sonrisa.

- ¿Que harán? -preguntó con una sonrisa falsa que el pelinegro notó.

- Un trabajo. -respondieron los dos rápidamente al mismo tiempo.

Betty asintió y siguió almorzando en total silencio.

•

Al acabar las clases, Betty salió de la escuela para ir caminando a su casa cuando vio como Verónica se subía en la moto tras Jughead y este rápidamente la encendió par manejar al lado sur.

Ella rodó sus ojos cansada.

- ¿Por qué estás celosa, idiota? -se preguntp a si misma en voz baja.

'Solo es mi mejor amigo, claramente me ve como casi una hermana' pensó. 'Seguro le gusta Ronnie'.

Sin darse cuenta ya sus ojos estaban cristalizados y llegó a su casa. Al entrar subió directamente a su habitación y como siempre, su madre estaba en un viaje de negocios.

Mientras tanto en el lado sur..

- Globos rosas. Su color favorito es el rosa. -dijo Jughead.

- Y el negro, por eso el vestido que elegí para que use ese día es negro. -dijo Verónica feliz.

- ¿Las pulseras?

- ¡Cierto! -ella busco entre sus cosas. - Las hice tal como las querías.

Ella le tendió dos pulseras. Dos delicadas cadenas doradas cada una con un pequeño símbolo. La de Jughead tenía una llave con una B de Betty en el centro y la de Betty tenia un candado con una J de Jughead.

Alrededor de la pulsera habían otros anillos en los que parecía faltarles el dije.

- Perfecto. Muchas gracias por tu ayuda Ronnie.

- No hay de que Jug.

- ¿Crees que diga que si? -el preguntó nervioso.

- ¡Claro que sí! No me lo ha dicho pero a kilómetros noto que tú le gustas, es mi mejor amiga y la conozco muy bien.

•

Al día siguiente, no tenían clases ya que era sábado. El pelinegro llegó a la casa Cooper y tocó el timbre de esta.

Luego de unos segundos, la rubia abrió la puerta frotando levemente sus ojos, llevaba una pijama de short corto y una blusa a través de la cual se veían sus pechos.