Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18

• Loca obsesión •

3998 palabras <3

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- Te amo Betty. -el suspiró en su oído, escuchando los jadeos de su rubia mientras entraba y salía de ella a un ritmo lento pero jodidamente delicioso para los dos. - Te amo tanto, mi pequeña.

Ella estiró sus cabeza hacia atrás tomando la cabecera de la cama con una de sus manos y la otra la dejo en la espalda de el.

- Jug... -gimió. - Más rápido. -pidió y el lo hizo, aumentó la velocidad de sus embestidas mientras besaba su cuello.

Betty sin poder soportarlo mucho más, clavo sus uñas en la espalda del pelinegro y soltó un fuerte gemido.

Estaba a punto de correrse cuando...

Se sentó en la cama con la respiración agitada y llevó su vista a su lado. El ya no estaba ahí.

Sus ojos se cristalizaron al instante.

Sólo era otra mala jugada de su mente hacia ella. Otro doloroso recuerdo de todo lo que había vivido junto a él.

Intentó normalizar su respiración agitada pero se le hizo un tanto imposible ya que las lágrimas corrían sin control por sus mejillas.

Llevó su vista a la ventana junto a su cama y vió la claridad. Estaba amaneciendo.

Que buena forma de empezar otro día...

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Ese mismo día unas 3 horas después, ella entraba a Riverdale High. Ya quería irse de ahí. Estar en ese pueblo le traía tantos malos recuerdos.

Aunque realmente, eran buenos recuerdos, los mejores que tenía. Pero al saber que ya no lo tenía y no podría crear nuevos recuerdos junto a él, le dolía tanto.

Pero no podría irse, porque esa pesadilla que vivía, aún no terminaba. Apenas comenzaba.

Al entrar lo vio ahí. Después de dos semanas. El no había estado asistiendo a sus clases. Tal vez estaba tan molesto que no quería ni verla.

Lo notó más delgado, sus ojeras mucho más marcadas y descuidado.

Hizo todo lo posible por desviar su vista de él. Quería tanto abrazarlo fuertemente, decirle toda la verdad y murmurarle al oído cuanto lo amaba. Cómo antes, cuando todo era normal.

Eran demasiado felices para ser real.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por una voz tras ella. Se dió media vuelta e intentó no llorar en ese momento. No gritarle a aquel pelirrojo cuánto lo odiaba por destruirla.

- Hola hermosa. -la saludó con una sonrisa y la tomó por la cintura posesivamente. Ella intentó separarse pero él hizo su agarre más fuerte. - Quédate quieta. -murmuró cerca de sus labios antes de unirlos.

Ella siquiera los movió y le daba tanto asco sentir sus labios con los de ella.

Archie la besó descaradamente ya que a unos metros tras la rubia se encontraba un pelinegro mirándolos fijamente.

Ella se separó y fingió una sonrisa.

- Archie... por favor, aquí no. -negó.