• Noche a solas •

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La rubia bajo de su auto rojo deportivo, llevaba un vestido alog corto ceñido a su figura de color negro.

Un maquillaje natural que resaltaba muy bien sus ojos verde esmeralda. Su largo cabello en una coleta con ondas que la hacía lucir realmente bien.

Tomó las llaves de esta y las dejó dentro de su pequeño bolso de mano de color blanco, el mismo color de sus zapatos.

Caminó frente a la puerta del gran bar de tres pisos, pero cuando estaba a punto de cruzar la puerta, alguien tomó su brazo derecho para que retrocediera y notó que era una cara desconocida.

- Hay fila, señorita. -dijo el de seguridad. - Si no tiene pase, no entra. -negó serio.

Ella rodeó sus ojos. Hace mucho tiempo no sucedía eso. Maldijo internamente al notar que había olvidado su pase en casa.

De hecho nunca lo llevaba con ella.

- Lo olvidé.

- Entonces no entra. Ahora corrase, hay más gente esperando.

Otro chico la hizo a un lado mientras el otro verificaba el pase de cada persona en la fila, permitiéndoles la entrada.

Ella se cruzó de brazos y cuando estaba a punto de tomar su teléfono, sonrió al verlo salir del local y hablar con el empleado encargado de la seguridad del local, que anteriormente le había rechazado la entrada.

Cuando estaba a punto de entrar de nuevo, ella lo llamó.

- Juggie. -dijo un poco alto, llamando la atención del pelinegro, los guardias y algunas personas de la fila.

El dió media vuelta y sonrió al verla.

- ¿Betts? ¿Que haces afuera? Llevo un tiempo esperándote mi amor. -dijo confundido, acercándose a ella.

- Pues, olvidé mi pase en casa y no me dejaron entrar. -ella le dió una mala mirada al tipo el cual tenía una mueca de confusión en su cara.

- Que no se repita o este será tu primer y último día trabajando aquí. Si ella quiere entrar, ella entra. -le dijo el pelinegro serio y este asintió.

- Si, señor. -asintió al ver como Jughead entrelazaba su mano con la de la rubia y los dos entraron.

- ¿Empleados nuevos? -ella preguntó mientras entraban al ascensor para subir al último piso, a la zona VIP.

- Si. -el puso sus ojos en blanco. - Empezaron hoy. Te lo dije ayer, Betts. Debías traer tu pase y te evitaba ese mal rato.

- Lo olvidé. -ella dijo con un puchero y los dos rieron. - Igual no fue un mal rato. Lo malo fueron las miradas que me dieron las chicas de la fila porque ellas si tenían pase. Quería pegarles. -se cruzó de brazos y Jughead rió.

- A veces eres muy violenta.

- Pero no me importó. Es decir, el dueño de este bar me folla a mi, no a ellas.

- Betts. -el la nombró divertido. - Basta.

Los dos salieron del ascensor luego de llegar al tercer piso y caminaron por el pasillo entre risas. Al entrar a la zona VIP, ella sonrió al ver a sus amigos allí.

Rápidamente una pelinegra se levantó de un sofá de terciopelo rojo y la abrazó.

- ¡Dios, chica! Estás preciosa, nadie creería que esta hermosa mujer es madre de 3 niños. Por cierto, ¿Donde están?

- Oh, los dejé con mamá. Hace mucho tiempo no salía sin ellos. -sonrió.

- ¡Bien, entonces debes divertirte! Ven. -la tomó de la mano y la llevo a una pequeña pista de luces led de colores en medio del lugar.

Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora