• No podremos confiar en nadie •

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- Deberíamos... hacer algo. -habló la pelinegra, subiéndose en el regazo de su novio y empezó a mover sus caderas en círculos.

El negó y se alejó un poco cuando ella estuvo a punto de unir sus labios.

- No, Bella. -negó y ella lo miro confundida. - No podemos aquí, tu padr- tus padres. -se corrigió rápidamente. - Están aquí, sabes que me matarían.

Ella soltó una risita y acarició su mejilla.

- Es gracioso que aún papá te asuste. -rió y el le dio una mala mirada.

Unieron sus labios en un casto beso y cuando ella estuvo a punto de profundizarlo, la puerta se abrió repentinamente.

Isabella se levantó de la cama saliendo de su regazo y acomodó su falda la cual estaba un poco subida en su abdomen por la posición en la que estaba anteriormente.

Subió su mirada con una mirada inocente y notó la de su padre la cual era de molestia.

- Señor Jones n-

- La puerta permanece abierta. Ustedes a tres metros de distancia y la ropa en su lugar. -ordenó. Fue lo único que dijo antes de darle una última mirada a su hija y salió de ahí.

Caminó directamente a su despacho y cerró la puerta de un fuerte golpe, asustando a su esposa por el ruido.

Ella se encontraba en el gran escritorio de la habitación, de espaldas a el, escribiendo al en unas hojas.

La rubia dio un salto en su silla y dio media vuelta poniéndose de pie para ver porque el ruido.

- ¿Que pasa, por qué tiras la puerta? -preguntó ella confundida.

- Pasa que mi hija, mi bebé, mi pequeña, estaba sobre las piernas del idiota de su novio, besándose. Estoy seguro de que si no entraba algo hubieran hecho. -habló molesto moviendo sus manos.

Ella soltó una risa y camino hasta el para arreglar un desperfecto en el cuello de su camisa.

- No es una bebé, tiene 16 años, casi 17. Tiene novio y quieren tener intimidad, como cualquier chica a su edad.

- ¿Ya no es virgen, cierto? -preguntó el con un puchero. Ella negó.

- Quería decírtelo ella misma, pero sabes que no puedo mentirte. Me lo dijo hace unas semanas.

- Pero es muy pequeña. Y ese chico muy idiota para tocarla.

- Tu también eres un poco idiota y me tocas todas las noches. -ella dijo divertida y el le dio una mala mirada, haciéndola soltar una risita. - No hablo en serio, bueno, no del todo.

- Betts, hablo en serio. Es una bebé, mi bebé.

- No lo es. Solo responde esto: ¿Hace cuánto estamos juntos?

- 19 años. -el respondió en un suspiro.

- Aja, desde que tenemos 15 años.

- ¿Como nos conocimos?

- Teniendo sexo en una fiesta. -el respondió con una mueca en su cara.

- 15 años, teníamos 15 años, Jug. Yo era más chica que ella, podría decir que aún inmadura, pero lo hice y no me arrepiento. -ella negó. - Ella tiene 16 y nosotros la educamos toda su vida para que sepa cómo cuidarse de todo lo malo, es madura y responsable. Si inició su vida sexual fue por decisión propia, porque ama a su novio y quería hacerlo. Se cuidaron, entonces no entiendo cuál es el problema.

Jughead soltó un suspiro y rodó sus ojos, acariciando su mejilla.

- ¿Por qué siempre tienes que tener razón en todo? -preguntó cansado. - No es justo, además eres muy linda. -negó simulando molestia logrando que ella se sonroje.

Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora