• My future with her •

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- Archie, Archie.. -dijo el pelinegro sonando serio, demandante y molesto. Soltó una risa un tanto sarcástica y cínica luego de repetir el nombre del chico pelirrojo.

Dió dos pasos más cerca de el y bajó su cabeza, ya que el estaba en una silla.

- ¿Creíste que no me enteraría? -preguntó simulando falsa confusión. - ¿Pensaste que me llevarían a la cárcel, o algo así? Lo que no sabes, es que yo manejo todo aquí. Soy algo así como.. intocable. Te sorprendería todo lo que un par de billetes pueden comprar.

Archie bajó su cabeza cansado, sangre saliendo de su nariz por los golpes.

Se encontraba atado con una gruesa soga a aquella silla, sus manos un tanto rojas por lo apretadas que estaban con la cuerda alrededor.

- No te mataré, porque no soy un asesino. Y tampoco ensuciaré mis manos de tu asquerosa sangre.. oh espera, ya lo hice. -dijo el pelinegro hablando un tanto bajo, pero aún así se escuchaba.

Lo último lo dijo con un tono algo divertido.

Luego apretó sus puños a sus lados, las venas de sus manos se marcaron ya que las mangas de su camisa, las había llevado hasta sus hombros dejando sus brazos a la vista.

- Pero si te haré sufrir, tanto que desearas que si te matara en este preciso momento. Porque es lo que mereces, hijo de puta.

- ¿Por qué? -preguntó Archie en un suspiro y levantó un poco su cabeza, mostrando su sonrisa. -  ¿Porque vendí toda tu información? ¿Porque toqué a la perra de tu esposa?¿Porqu-

El no logró terminar al sentir el puño de Jughead chocar contra su mejilla fuertemente y esa, era la mejor forma de callarle la boca.

- ¡Cállate! -gritó molesto. Dos guardias que estaban tras Jughead dieron dos pasos hacia el, para estar justo a sus lados.

- Llevenselo de aquí, lo más lejos posible. No lo maten, solo.. háganle todo lo que un violador se merece. 

Fue lo último que dijo antes de salir de aquella oscura, pequeña y descuidada habitación.

Caminó directamente hasta su auto y lo encendió sin pensar, sin preocuparse por llenar el volante de sangre, sin importarle nada.

Sólo quería llegar a su casa, junto a su esposa e hijos.

Unos minutos después, la gran compuerta principal se abrió, y así entró y estacionó el auto frente a su gran mansión.

Se bajó de el auto y cerró la puerta rápidamente para darle la vuelta completa a la mansión, y entrar por la puerta trasera.

Era tarde, y seguramente los niños ya dormían, pero en tal caso de que ellos aún siguieran despiertos, entraría por atrás pues no quería que sus hijos vieran sus manos y camisa llenas de sangre.

Entró en silencio y al ver todas las luces apagadas, siguió caminando y paro en seco al inicio de las escaleras al escuchar una voz.

- ¿Juggie? -escuchó la dulce voz de su esposa. Su ceño fruncido y su cara de molestia, inmediatamente se relajaron al escucharla.

Dio media vuelta y la vió en la oscuridad, con un libro en sus manos.

- Mi amor. -el murmuró al verla junto a una lámpara que daba una tenue luz, junto al gran ventanal. - ¿Que haces en la oscuridad? -el preguntó.

- Leer. Estaba esperándote. -ella murmuró caminando hasta el.

- Es muy tarde.

- Eso te digo yo a ti, Juggie. ¿En donde estabas? -volvió a preguntar tomando su corbata azul entre sus manos.

Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora