• Se siente bien, nena •

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Empezamos fuerte, primer aviso •

El pelinegro empujó a la rubia a la gran cama de su habitación. La volteó en esta dejando su trasero al aire y descubierto justo frente a él.

Sonrió ante la vista y dejó una de sus grandes manos alrededor de su cuello, luego con la otra dejó un fuerte azote en su nalga derecha.

Ella soltó un pequeño quejido y el solo la azotó de nuevo.

- Quiero que gimas para mi, nena. Mi nombre. Solo mi nombre. -el murmuró en su oído, entre dientes.

Con esa voz ronca que a ella tanto la excitaba.

Levantó su mano un poco más y ella mordió su labio inferior cuando golpeó en esta, haciendo sonar su palma.

Betty estaba segura de que ya su trasero estaba rojo. Ardía un poco, pero si él lo hacía era porque ella lo permitía, y le gustaba.

El no hacía nada que ella no quisiera, ni lo haría. Pero sabía perfectamente que era lo que a ella le gustaba y se lo daría.

- Quédate así. No puedo esperar más. -el ordenó mientras quitaba su cinturon dejando caer sus pantalones y luego sus boxers también cayeron sobre estos.

Los dejó por algún lado y se deshizo de su camiseta gris tirándola al piso.

Rápidamente buscó un condón en un pequeño gavetero junto a la cama y cubrió su miembro con este.

Ella se volteó con una sonrisa juguetona y el gruñó, tomando sus mejillas sin nada de delicadeza.

- Te ordené que no te movieras. -murmuró y ella sonrió, aún con sus dedos en sus mejillas. - Ahora haz lo que te digo, si quieres que te folle. -dijo pasando uno de sus dedos por su clítoris, sacando un gemido de su boca.

- Jug. -jadeó cuando movió su dedo más rápido mientras frotaba.

- En cuatro, Elizabeth. -le pidió y ella gimió. Acató su orden y el rápidamente se acomodó tras ella.

Tomó su cuello con su mano y alineó su miembro en su entrada. Sus sexos solo rozaban, y eso lograba desesperarla incontrolablemente.

- Jug. -sollozó desesperada.

- No debería darte lo que quieres. Últimamente haces caso omiso a todas mis órdenes. -el sonó demandante y ella jadeó.

- Juro que haré todo lo que me pidas, solo... ¡Oh! -ella gimió cuando el entró por completo con una sola estocada.

Comenzó a mecer sus caderas contra ella de manera rápida escuchando sus gemidos.

- Toma el vibrador. -el ordenó luego de unos minutos, comenzando a relentizar sus movimientos, a punto de salir de ella.

- N-no estoy segura de poder, Jug. -ella murmuró, sabiendo lo que el haría.

- Escúchame, podrás ¿De acuerdo? Si molesta o no lo soportas, me lo dices y pararé.

Ella asintió, confiaba en el y sabía que el no le haría daño, así que continuaron.

Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora