• Verano en New York •

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- Muchas gracias, eres todo un caballero. -sonrió la tierna abuelita, vecina del pelinegro. Vivían en el mismo edificio, a unos departamentos de distancia.

El siempre la ayudaba con sus bolsas de compras y con todo lo necesario. Siempre coincidían en las tardes.

Jughead llegaba del trabajo al mismo tiempo que ella de hacer sus compras diarias.

- Debes venir a mi departamento. -dijo la señora. - Tengo galletas, te y café, puedo ofrecerte lo que gustes. Además mi nieta estará aquí por todo el verano y me encantaría que se conozcan.

- Oh, no quiero ser molestia señora Olga. -negó el pelinegro.

- Debes venir, es lo mínimo que podría hacer ya que tú siempre me ayudas. -insistió y el le dió una sonrisa asintiendo.

Los dos entraron al ascensor y el marcó el piso 12, al llegar a este los dos salieron y caminaron directamente a la puerta del departamento de aquella linda señora.

Al abrir la puerta, el entró con algunas bolsas en sus manos y ella señaló una encimera. Un perro corrió hacia ellos entre ladridos.

- Déjalas por ahí, por favor.

El asintió y así lo hizo.

- Hola amigo. -saludó al perro que movía su cola de lado a lado y le ladraba. Lo acarició con una sonrisa y el perro se calmó.

- Tranquilo, Milo. -le dijo la señora al perro y este corrió hacia ella. - ¡Elizabeth! ¡Pequeña, ven aquí! -llamó la señora.

Jughead le dio una sonrisa y de una habitación salió una rubia alta, su cabello un poco más abajo de sus hombros en lindas ondas.

Tenía una falda blanca junto a un top deportivo rosado y unas converse del mismo color.

El pelinegro abrió su boca sorprendido, al escuchar "nieta" esperaba encontrarse a una niña. Pero aquella chica no se veía tan pequeña como siempre la había imaginado luego de tantas veces que Olga la había nombrado.

- Betty, ven aquí. Quiero presentarte a este guapo hombre. Es mi vecino y es todo un caballero.

El pelinegro se sonrojó levemente y saludó a la chica.

- Soy Jughead.

- Hola, Jughead. -dijo con una linda sonrisa. - Me llamo Elizabeth pero puedes llamarme Betty.

Los dos se dedicaron una sonrisa y de repente toda la sala se quedó en un silencio un tanto incómodo.

- ¿Gustan café? -preguntó a los dos chicos y Jughead asintió.

- Sabes que no me gusta el café, abuela.

- ¡Oh, cierto! Algunas veces lo olvido. Soy una vieja loquilla. -esta movió su cabeza haciendo raras y locas muecas logrando hacer sonreír a los dos chicos.

Esta se perdió dentro de la cocina y la chica volteo hacia el con una sonrisa.

- Debo admitir que siento que te conozco de algún lado.

- Oh, tal vez me viste en otra ocasión que visitaste a tu abuela, o algo así.

- ¿Entonces son vecinos? -preguntó la rubia.

- Oh, si. Vivo hace un año aquí y conocí a tu abuela, siempre habla mucho de ti. Aunque debo admitir que no eres nada parecido a lo que esperaba.

- ¿Como? ¿Esperabas que fuera fea, o algo asi? -ella preguntó divertida y los dos soltaron una risa.

- No, es decir. Ella siempre se refería a ti como "Pequeña" y siempre pensé que eras una niña.

- Si, ella siempre me ha dicho así. Tengo 19 años, no soy una niña. -negó ella.

Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora