- Iré a la habitación. -dijo la rubia caminando.
- Bueno, si quieres puedo ir yo a la habitación y hacerte venir. -el le dijo con una sonrisa caminando hasta ella dejándola contra la pared.
- Eres muy malo coqueteando, ¿Lo sabías, no?
- ¿Y necesito coquetearle para tenerte? -el preguntó. - No lo necesito, ¿Sabes por qué?
- ¿Por qué? -ella pregunto en un murmuro.
- Porque ya te tengo.
Ella le dio una sonrisa cínica y negó para darle un leve empujoncito, solo para que la dejara libre y luego les dio vuelta dejándolo a el contra la pared.
Metió su mano bajo la camiseta negra del chico y tocó su abdomen marcado.
- Me gusta cuando te ejercitas, te ves mucho más sexy y tu cuerpo más definido.
- Conozco otra forma de ejercitarnos.. juntos.
- Mm.. no lo sé. ¿Cómo es?
- ¿Quieres que te enseñe? -el preguntó en voz baja en su oído.
- No.. porque hoy voy a tener el control. -sonrió.
- No lo creo. -el negó. - Eres mi mujer y haces lo que yo diga.
Ella soltó una risa sarcástica. Los dos sabían que el no hablaba en serio, al menos no del todo. Solo decía eso porque sabía cuánto prendía a la rubia escucharlo decir "eres mía".
- No, hoy no. -ella negó. - Hoy me vas a obedecer a mi.
Ella lo besó y entre besos caminaron dentro de la habitación cerrando la puerta tras ellos. Betty se sentó en su pequeña mesa de luz a un lado de la cama matrimonial, la rubia saco su camiseta negra dejándola por algún lado.
Y mientras el estaba concentrado entre sus pechos, ella busco dentro del gavetero.
Tomó las esposas y sin que él lo notara y luego esposó sus manos. El se alejó un poco de la rubia al escuchar el sonido de los metales chocar cada que movía sus manos y le dio una mala mirada.
- Elizabeth, quitame esto ahora mismo.
- No. Recuéstate en la cama con tus brazos sobre tu cabeza.
El negó y dudo durante unos segundos hasta que ella volvió a hablar.
- Ahora. -ella sonaba sería y completamente demandante. El no conocía esa parte de la rubia.
Ella siempre había sido la sumisa y la que obedecía todas las órdenes que el dictaba. Y ahora al cambiar papeles, el no se sentía muy incómodo con aquello.
Y así fue como descubrió que le excitaba muchísimo ver a la rubia darle órdenes.
El sin más se acostó en la cama específicamente como ella había pedido. Betty sonrió y sentí justo sobre la erección del pelinegro.
Jughead gruñó audiblemente pues sabía que ella lo haría sufrir durante un tiempo, de la misma manera que el hacía con ella.
Betty sintió su erección aún bajo la tela de su pantalón y sus boxers pero movió un poco sus caderas formando fricció.
Se inclinó hacia adelante y dejó un beso en sus labios para luego descender por su cuello y tras sus orejas.
El respiraba agitadamente queriendo tocarla y luego cogerla sin piedad, pero ella no se lo permitiría.
- Betts.. -jadeó.
- ¿Mhm?
- Déjame tocarte..
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Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18
FanfictionOnce upon a time. Libro de One shots 1. • One shots. • Historias cortas de Bughead y Sprousehart. || Hot || Historias 100% de mi autoría. No acepto copias ni adaptaciones.