Once upon a time || One shots Bughead y Sprousehart || • +18

• Eres mía, Elizabeth •

Todo era un caos. Esa casa era un total caos. Era el cumpleaños de Archie, y sus amigos habían planeado una pequeña reunión para celebrarlo.

Reunión que poco después, se había agrandado mucho. De un momento a otro muchas personas que asistían a Riverdale High estaban entrando a la casa.

Gente bebiendo, bailando y besándose descontrolados.

Entre toda esa gente, estaba Betty.

La cual había bebido unas dos cervezas. No estaba ebria, pero aún así estaba disfrutando aquella fiesta y drenando todas sus preocupaciones al compás de la música.

De un momento a otro, un moreno se acercó a ella con una traviesa sonrisa. Ella se la devolvió y entrelazó sus manos cuando el se la tendió.

Los llevó a un rincón aún entre la gente y empezaron a bailar, pegando sus cuerpos al del otro lo más humanamente posible.

A unos metros de ellos, del otro lado de la habitación, estaba él.

Recostado contra la pared, uno de sus pies contra esta y uno de esos típicos vasos rojos en sus manos, lleno de cerveza.

Los primeros tres botones de su camiseta, estaban desabrochados. Parecía haber dejado atrás su típico gorro de lana gris, el cual ya no usaba tan seguido.

Sus cabellos negros desordenados, viendo hacia distintas direcciones y ese pequeño mechón negro que siempre caía por su frente.

Y sus anillos. Todos en la mano con la que tenía el vaso. Tenía al menos más de cinco anillos.

Lucía realmente sexy.

Varias chicas habían intentado coquetearle, tal vez llevarlo a alguna de las habitaciones de arriba o a algún rincón para besuquearse, pero el se había negado.

Estaba muy ocupado fulminando con su mirada a su ex, la cual bailaba muy animadamente con un chico. Otro chico.

Apretaba su puño a un lado de el, intentando no hacerlo con su vaso para no derramar todo el líquido que contenía.

Las venas de su mano derecha estaban marcadas y las de su cuello también, su mandíbula estaba tensa y sus ojos negros.

Estaba celoso. Jodidamente celoso.

Sus alarmas se encendieron cuando notó la mano del moreno bajar por la espalda de la rubia, tocar su trasero y apretarlo.

Cuando vió que el tomó su mejilla entre sus manos rápidamente caminó hacia ellos, empujando a algunos en el camino.

Chuck estaba a punto de unir sus labios, cuando el habló.

- Elizabeth. -sonó serio.

El moreno bufó y se separó de la rubia.

- ¡Fuera de aquí, idiota! -dijo Chuck molesto y el pelinegro frunció el ceño pero simplemente lo ignoró.

- Necesito hablar contigo.

- ¿Ahora? -preguntó incrédula.

- Ahora. -sonó seguro.

- No irá. -negó Chuck.

- Oh, si lo hará. Ahora aléjate de ella.

- No irás con este imbécil, ¿Cierto, Betty? -preguntó Chuck, mirando a la rubia. Ella no logró responder.

Porque esas palabras hicieron explotar al pelinegro el cual tiró su vaso al piso y tomó al moreno del cuello de su camisa.

- Vuelve a llamarme así y te castraré, Clayton. Ella vendrá conmigo y punto. -lo alejó de un empujó y Chuck gruñó molestó para alejarse de ahí.