Secretos

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DIEZ

Vegetta y Reborn habían desaparecido por más de treinta minutos, Rubius estaba consciente de eso, tenía contados cada uno de los segundos que pasaron hasta que la pareja volvió a aparecer dentro del salón. Su ausencia era muy notoria, pero su presencia lo era aún más, así que en cuanto volvieron a aparecer, todas las miradas recayeron en ellos de nuevo. Rubius no sabía qué lo fastidiaba más: el no saber dónde estaban y qué estaba haciendo, o el ver sus fastidiosas y perfectas sonrisas de nuevo.

-¿Crees que haya pasado?

-Lucen bastante felices, incluso más que al principio del baile, si es así, pronto lo sabremos.

-Espero que no tarde en anunciarse más de una semana.

Rubius escuchaba las conversaciones a su alrededor y no entendía a qué se referían, lo que era claro era que estaban hablando del príncipe perfección y el príncipe bobo. Cuando estaba dispuesto a preguntar, las personas ya se habían agrupado de nuevo en un círculo para admirar a las deidades del siglo.

-Aaag, joder –maldijo cuidando que nadie lo escuchara.

-¿Estás bien?

El duque se sobresaltó, casi había olvidado que tenía un acompañante en el baile. El chico bonito lo miró confundido, Rubius continuó. –No hables de repente, con tu poca presencia vas a matar a alguien de un susto.

-Lo siento.

-Da igual, bailemos un par de canciones más y vámonos de aquí.

-¿Irnos? –el chico estaba confundido. – ¿No desea quedarse a los anuncios del final?

Había una horrible tradición en todos los bailes que consistía en dar los anuncios de próximas bodas, próximos nacimientos, nuevas parejas, etcétera, casi al final del baile, obviamente todas las personas se quedaban a esperar esos anuncios para así ser las portadoras de los chismes exclusivos del baile más importante de la temporada.

Rubius de verdad estaba fastidiado, incluso el saber si Alex y Fargan formalizarían algo hoy, o si Luzu se casaría con ese hombre rico de medio oriente, ya no era tan interesante. Todas sus energías y ganas de sobresalir se habían ido gracias al príncipe foráneo.

-No me interesa, igual saldrá mañana en las papeletas.

-Pero... -el chico insistía. -¿Y si anuncian la unión de Reborn y Vegetta?

Rubius se quedó quieto, todos sus sentidos volviendo, emociones complicadas surgiendo en su interior. -¿Qué dijiste?

-¿No lo sabes? Es el rumor de hace unos minutos. Después de que Reborn y Vegetta desaparecieran, todos piensan que fue porque Reborn le pidió matrimonio a nuestro príncipe, por eso es que regresaron tan felices. Es solo cuestión de esperar para que la notica sea pública.

El peliblanco miró a la pareja, sonreían y charlaban amenamente. Por su cabeza pasó la imagen de asesinarlos a ambos justo frente a todas esas personas.

Después de unos minutos sin despegar la vista, sus ojos conectaron con dos iris malva. 

***

-Al fin –suspiró el pequeño príncipe tomando a Fargan del hombro.

-¡Príncipe Alex! –dijo sorprendido Fargan; había pasado más de media hora buscándolo en todo el lugar, incluso pensó que Alexby lo había abandonado. -¿Dónde estaba?

Ayudando a mi hermano a huir de este asqueroso baile. –En el jardín.

-¿Estás bien? –el moreno notaba las extrañezas en Alex, resultaba fácil leer sus expresiones. Alex era como un libro abierto escrito en un idioma diferente: puedes ver su contenido, pero no saber interpretarlo.

-Estoy bien –contestó fingiendo normalidad. –Pero quiero hablar contigo.

La voz del príncipe podría congelar a cualquiera. –Seriamente –añadió incluso más gélidamente que antes.

Fargan asintió, todo su cuerpo estaba tenso y era difícil hablar. El menor tomó su mano y lo llevó hasta el centro de la pista. Las demás parejas bailando se abrieron lo suficiente para darles espacio, ahora la mirada de todos estaba en ellos dos.

Descansar de la perfección que emanan Reborn y Vegetta está bien, y que mejor manera de hacerlo que viendo el baile tierno, sutil, delicado y etéreo del encantador pequeño príncipe y el afable pintor atrayente.

Dos pares de ojos seguían conectados. 

***

Las calles por la noche eran especialmente tranquilas si se hablaba de la zona privilegiada de la ciudad, afortunadamente Luzu no tuvo que salir de esa zona para ir al lugar donde quería. Conocía perfectamente la ruta para llegar a su destino.

La persona que lo seguía también estaba familiarizada con el lugar. Internamente jugaba a adivinar dónde daría vuelta el príncipe, dónde se detendría y a qué lugar se dirigía. Tenía una idea que de hecho le parecía bastante obvia, pero aún tenía esperanzas en que Luzu no sería tan predecible.

Decepcionado se quedó quieto viendo desde la esquina en dirección a Luzu, quien parado frente a la sastrería esperaba impaciente alguna respuesta del interior.

Varios minutos después, la puerta se abrió y el príncipe ingresó al interior.

El príncipe más pulcro y correcto del reino escapaba del baile más importante del año para reunirse con un hombre de oficio ¿¡Qué osadía era esa!?

El primer secreto de la corona que sería revelado, y solo un secreto insignificante comparado con los demás.

... 

-Decepcionante –dijo la persona protegido por la oscuridad. –Igual será una noticia escandalosa para la papeleta de mañana, me pregunto, querido Luzu ¿lo suficiente para quitarles el protagonismo a Reborn y Vegetta? JUMP, ya lo veremos. 

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora