Antecedentes de separación

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SESENTA Y SEIS

El pueblo tenía una manera muy injusta de acomodar sus prioridades.

Y la muerte del rey no estaba en primer lugar.

Aunque aún no se podían sacar conclusiones ya que se debía esperar al regreso de Alexby para poder realizar el funeral principal, todo lo que podía escucharse en las calles era sobre el escándalo de Luzu y su amante plebeyo.

Luzu dio sus declaraciones al día siguiente de la publicación de la papeleta donde delataban sus "crímenes". Habló sobre la falta de evidencia, lo ambiguo de los hechos que se redactaban e incluso pidió disculpas por ser tan cercano a alguien "indigno". Nunca admitió nada, pero tampoco lo negó. Eso daba pie a la libertad de interpretar las palabras del príncipe como el pueblo quisiese.

La mayoría aún confiaba en Luzu, pues el castaño desde siempre se encargó de crear una imagen pura y abnegada. Pocos creerían que Luzu realmente se metía con un deshonroso sastre. Sin embargo, las personas que comenzaban a desconfiar en el acto de Luzu también aumentaron.

La familia real perdía prestigio. Y la muerte del rey solo fue un pretexto más para que las manifestaciones se hicieran mucho más grandes, principalmente conformadas por personas de la clase baja.

-No puedo hacer más -dijo Luzu con la mirada baja.

Vegetta lo miró de arriba abajo. Nunca había visto a un Luzu tan destrozado, incluso sintió un poco de lástima por él, odiaba ese sentimiento; apartó la mirada sin poder soportar más.

-Como sea, solo evita salir estos días. Los manifestantes pueden llegar a ser agresivos. Ya no les importa que seas un príncipe.

Vegetta se fue dejando solo al castaño, quien volvió a recuperar su mirada fría e inexpresiva tan solo segundos después de que su hermano mayor abandonara la habitación.

Tomó una capa con capucha y sacó de un cajón una daga fina. Esperó unos minutos antes de salir de la habitación y dirigirse a uno de los establos del palacio.

-Prepara al caballo más fuerte -ordenó el príncipe a uno de los lacayos.

-¿Saldrás del palacio? -una voz burlona se escuchó desde atrás. Al darse la vuelta, recargado sobre un pilar, Lolito lo miraba sospechosamente. -Es muy extraño, ¿sabes?, teniendo en cuenta de que la mitad del pueblo te odia y la otra mitad te perdonó por pura misericordia. Agreguemos que Vegetta te acaba de recomendar no salir, que nuestro padre acaba de morir y de que odias montar a caballo. ¿Me perdí de algo? ¿Dónde fue el Luzu amable que no se acostaba con la clase media?

-No sé de qué me hablas -Luzu bajó su capucha, pero sin mirar directamente al pelirrojo.

-Puff, sigues negando lo evidente, Luzu, si no te conociera lo suficientemente bien como para saber que tu única preocupación es ese sastre, diría que tú fuiste el que traicionó a la familia real.

Lolito estaba jugando con Luzu, desde un principio sus sospechas siempre fueron para el castaño, pues actuaba nerviosamente siempre que se tocaba el tema, pero justo en ese momento Luzu no le dio ningún tipo de expresión sospechosa. Fue como si no sintiera nada, incluso Lolito le quitó un poco de culpabilidad a su hermano.

¿Eh? ¿Por qué está tan tranquilo? No es divertido en absoluto.

-¿Vas a seguir hablando falacias? Si quieres puedes culparme también por la muerte del rey.

-¿Falacias? -Lolito se acercó más a su hermano, con el ceño fruncido y una sonrisa zorruna. -Puedes negar lo que quieras, pero puedo ver lo sucio que estás. Debiste haber disfrutado mucho de esas visitas extensas a la sastrería.

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora