Eres suficiente

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SESENTA Y DOS

El siguiente gran evento al que había sido invitada la familia real se trataba de una galería de arte donde solo los mejores artistas presentaban sus trabajos.

A Luzu no le pareció raro que Fargan fuera uno de esos artistas, de hecho, estaba más que preparado para su encuentro con él. Le pidió a Auron que se quedara cerca de la zona trasera del edificio, juntos atacarían al enmascarado y se encargarían de él sin dejar rastro.

-Príncipe Vegetta, ¿cuándo regresará Alexby a la capital? -preguntó Fargan después de un tiempo de charla trivial.

Vegetta no encontró esa pregunta extraña, sabía que Fargan y Alex pasaban demasiado tiempo juntos, tal vez debido al matrimonio arreglado en el que estaban involucrados. Sin embargo, Luzu tomó esa pregunta como una señal de alerta. De repente las obras que retrataban la cotidianidad de la vida noble ya no eran tan interesantes.

-No lo sé, no depende de mí, pero espero que pronto -respondió Vegetta.

-Entiendo -la voz de Fargan tenía un rastro de decepción.

-¿Hay algo que deba tratar con él? -Luzu se incorporó a la conversación.

-¿Eh? -el moreno estaba un poco extrañado por la pregunta, también por el repentino cambio de humor del castaño. Todos tenían conceptualizado a Luzu como alguien amable y dócil, pero justo en ese momento parecía muy a la defensiva. -Nada importante, solo... Es extraño no tenerle por aquí, su ausencia es verdaderamente notoria.

-Ya, claro que debe parecerte muy notoria su ausencia.

Vegetta había estado distraído todo el tiempo que llevaban en la exposición, pero con el repentino cambio en la actitud de Luzu se interesó en lo que estaba ocurriendo entre su hermano y Fargan. Para su desgracia, Fargan no dijo nada más.

La incomodidad se apoderó del ambiente, el mayor no tuvo más opción que terminar con ese suplicio. -Creo que debemos ver otras obras, gracias por presentarnos tu trabajo, Fargan, realmente tienes talento -dijo Vegetta sin pensarlo de verdad.

Llevó a Luzu hasta la otra esquina de la sala, lejos del campo de visión de Fargan.

-Eso fue extraño -comentó el mayor. -Cuando hablabas de sospechar de un noble, ¿te referías a Fargan?

-¿Qué? -Luzu no esperaba una pregunta tan directa, ni que Vegetta llegara a esa deducción tan rápidamente, pero, aunque la respuesta fuera afirmativa, aún no podía hablar de ello con alguien más, especialmente con Vegetta. -Sabes que no me atrevería.

Vegetta no le creyó.

Dejó ir a Luzu sin cuestionarlo más. Dentro de él, tampoco sospechaba de Fargan, pero había cierto comportamiento extraño en su hermano que le preocupaba.

***

La puntualidad de su antagonista era admirable, no tuvo que esperar ni un minuto para encontrarse de nuevo con él. La exposición había terminado hace poco más de veinte minutos. Luzu se había desviado de regresar al palacio con un pretexto tonto sobre hablar con uno de los artistas de la galería. De cierta forma decía la verdad.

-¿Está vez sí eres tú o de nuevo enviaste a alguien más a representarte?

El enmascarado dejó salir una risa baja que causó escalofríos en la piel del príncipe. Con esa confirmación, sabía que se trataba de él.

-Fue divertido enviar a alguien más, pero esta vez no quiero ser un espectador. Un gusto en conocerlo, príncipe Luzu.

El tono de voz sonaba peculiar, pero Luzu no podía identificar si había escuchado esa voz antes, tampoco era demasiado consciente de la estructura física de Fargan como para hacer una comparación, además que la gruesa capa cubriendo el cuerpo del enmascarado no ayudaba a darse una idea.

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora