TREINTA Y DOS
Los príncipes regresaron a Karmaland después de casi una semana en Egoland, esta vez los acompañaba el menor de los descendientes de la corona en Egoland, Jesuss, un chico de 18 años con peculiaridades muy sobresalientes; era un adolescente bastante inteligente, pero con un carácter difícil de tratar, vestía con ropa casual nada acorde con la de un príncipe. Sin embargo, sus exigencias diferían a la imagen que mostraba.
-¿Esto es todo? -preguntó el castaño al ver el palacio de Karmaland.
Mientras Mangel regresaba a atender los asuntos oficiales del reino y Vegetta daba instrucciones a los sirvientes, Luzu se acercó a Jesuss para instruirlo como había prometido a su padre.
-Lamentamos que no sea de su agrado, también disculpe la simpleza, Karmaland no es tan rico como Egoland, pero no dude en pedir lo que desee, el servicio es excelente -contestó Luzu con una sonrisa amable y un tono dulce.
-No es solo simple, es inhabitable -la expresión en el rostro de Jesuss era totalmente opuesta a la de hace unos días. Sus ojeras desaparecieron, su piel nívea brillaba, sus ojos negros como dos pozos profundos, de un solo color sólido atrayente que reflejaba con más intensidad las luces del entorno.
Realmente era un chico con características simples, pero muy tierno. Su personalidad lo arruinaba todo.
-Eso... Jeje -Luzu no sabía qué responder, estaba nervioso y temía enojar al menor.
-Sí, tienes razón, es inhabitable, como lo será Egoland en unos días cuando solo queden cenizas -Alexby entró a la conversación.
-Jump -rio Lolito por lo bajo, orgulloso de las palabras de su hermano menor.
-¡EEEY! ¡¡TÚÚ!! -señaló Jesuss claramente molesto.
Alexby pasó de largo con dirección a su habitación, cargaba una pila de partituras y libros que compró en Egoland y que no conseguía en Karmaland. Con su rostro de superioridad, parecía un joven príncipe orgulloso de lograr poner en su lugar a una bestia salvaje que intentaba invadir su territorio.
O tal vez eso era.
La cara de pánico en Luzu era digna de retratar. Sudor recorriendo su rostro, manos temblando, no sabía cómo arreglar la situación, ¡todo él era pánico!. Lolito se compadeció de él.
-¡¡BASTARDO, REGRESA AQUÍ, AÚN NO HE TERMINADO!! -gritó Jesuss tan fuerte que incluso Vegetta escuchó.
Una de las sirvientas con las que hablaba también quedó sorprendida, no pudo evitar lanzar un comentario bajo: -Parece... Parece que se llevan muy bien.
Todos los rasgos de Vegetta se transformaron en líneas rectas horizontales y verticales.
-Joven Jesuss -Lolito rodeó sus hombros, el castaño casi se desmaya de la indignación. -Le aseguro que el reino de Karmaland no es tan inhabitable como usted piensa, si me permite, puedo llevarlo a conocer lugares muy interesantes -Lolito acercó sus labios a la oreja de Jesuss, su aliento cálido causaba cosquillas. -Solo dígame cuáles son sus preferencias y gustos.
Luzu esta vez no pudo más, pensando que Lolito sería capaz de pervertir al menor, jaló a Lolito lejos de Jesuss.
-Aah, jaja, eeemm... Príncipe Jesuss, le mostraré su habitación, por favor sígame.
***
Pasaban de las cuatro de la tarde, Luzu y Alexby habían salido del palacio para mostrarle a Jesuss los alrededores. Vegetta estaba un poco preocupado por los roces que tenían Alexby y Jesuss, pero confiaba en Luzu para mantener el orden.
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Without a Crown KARMALAND AU
FantasíaLos cuatro príncipes de Karmaland no son solo caras bonitas y modales impecables. Detrás de tanta perfección, se ocultan secretos cada vez más escandalosos que los anteriores. El reino sufrirá las consecuencias de las guerras en reinos cercanos. El...