VEINTISIETE
Vegetta, Reborn y Alexby fuero los últimos en regresar al palacio, Luzu se había quedado esperando en la entrada por casi media hora. Alex pasó de largo de él; sin decir nada, se dirigió directamente a su habitación.
Luzu podía imaginar qué pasaba por la mente de su hermano menor, él mismo no se sentía del todo cómodo con la noticia y mucho menos con la idea de Vegetta y Reborn como una pareja.
A primera vista todos consideraban a Vegetta y Reborn como la pareja perfecta, ambos inteligentes, de aspectos apuestos, personalidades similares y al mismo tiempo diferentes, pero esas diferencias parecían complementarse, todo encajaba a la perfección.
Todos estaban equivocados, no encajaban de ninguna forma.
Solo bastaba pasar un par de horas con ellos y cualquiera se daría cuenta de que no había nada de química, que todo lo que hacían era actuar según lo correctamente establecido y que toda esa perfección irreal no era algo mágico como 'amor' o 'destino' sino que ambos estaban tan acostumbrados a actuar bajo el molde de lo que las personas esperaban ver, que obviamente eso también se reflejaba al representar a una pareja "enamorada" a punto de casarse.
Luzu estaba sorprendido, ¿cuánta experiencia tenían estas dos personas en cumplir las expectativas de todo un reino que incluso algo como fingir amor se les daba tan naturalmente bien?
Luzu era quien mejor se moldeaba a las situaciones. Siempre siendo bondadoso y escondiendo sus verdaderos sentimientos, dijo junto a una reverencia y con una sonrisa sardónica: -Príncipe Reborn, Vegetta, felicidades por el anuncio de su compromiso.
Reborn sonrió y acarició la cabeza de Luzu, amable respondió: -De ahora en adelante, no necesitas ser tan formal.
El tacto siempre fue el punto débil de Luzu. Sus mejillas explotaron de color, la vergüenza imposible de ocultar, sus manos sudaban y su piel ardía. A Reborn no pareció importarle, siguió adelante dejando a los dos hermanos solos.
-Perdona, Reborn acostumbra hacer eso todo el tiempo –dijo Vegetta observando la reacción del castaño.
Nunca lo ha hecho contigo. Quería decir Luzu, pero obviamente no se atrevería a tanto. –Supongo que tendré que acostumbrarme.
Vegetta miró la expresión afligida de su hermano, sin embargo, no había nada que pudiera hacer. Estaba a punto de irse, cuando Luzu habló de nuevo.
-Vege... Vegetta –el mayor volteó a mirarle. –Tú... ¿Estás seguro?
-¿Estar seguro? ¿A qué te refieres?
A casarte con alguien que no amas. –Nada, una tontería –respondió Luzu.
***
Obviamente Luzu no era consciente de los problemas con la clase baja ni de las guerras tan próximas al reino. Como fiel creyente del romanticismo y de las historias con finales felices, su perspectiva era que Vegetta y Reborn solo estaban casándose por conveniencia económica para fortalecer a ambos reinos.
No tenía idea de lo duro que era para sus dos hermanos.
***
Al día siguiente, lo primero que hizo Vegetta fue solicitar una cita con el rey, había un par de preguntas que quería hacer y estaba impaciente por escuchar una explicación. Como era de esperarse, el rey atendió al llamado de su hijo sin importar tener que cancelar reuniones importantes y asuntos del reino.
-Padre –saludó Vegetta junto a una reverencia. Mangel estaba a punto de decirle que eso era innecesario, pero siempre lo mencionaba y Vegetta seguía haciéndolo, cansado de repetir en cada ocasión, lo dejó pasar por primera vez.
-Es raro que pidas reunirte conmigo tan urgentemente, ¿hay algo que te preocupe?, ¿problemas?, ¿es algo relacionado con la boda?
Vegetta estaba tan abrumado por todas esas preguntas, de repente se puso un poco nervioso.
-Eeeh –balbuceó. –No, nada de eso.
Mangel esperó a que continuara. Su sonrisa sincera aligeraba el ambiente, sus ojos negros brillaban mostrando el reflejo de su hijo frente a él.
Vegetta continuó. –Se trata de Alexby.
Las cejas de Mangel se arquearon, esta vez preguntó. -¿Alexby? ¿Hay algún problema con él? ¿Volvió a escapar?
Mangel ya se había levantado de su asiento al pensar en esa probabilidad, estaba listo para salir corriendo a buscarlo el mismo. Vegetta se apresuró a explicar.
-No, no es eso, él está bien. Lo que quiero decir es que... -ya no se sentía tan seguro, tenía miedo de escuchar la respuesta a lo que estaba a punto de preguntar.
Toda la noche anterior estuvo pesando en las palabras que había dicho el menor cuando se quedaron solos en el jardín. Alex había dicho algo como: '¿Por qué tú también tienes que pasar por lo mismo? ¿No es suficiente conmigo?'. No quería darle tantas vueltas hasta hablar con Alexby antes, pero pensar en eso era mejor que pensar en que ahora estaba comprometido y que todo Karmaland lo sabía.
Así fue como llegó a la idea de que Alex podría estar pensando en ofrecerse como voluntario para tener un matrimonio con alguien que trajera beneficios al reino, pero al ver que Vegetta se había adelantado, entonces se sentía enojado.
Era una gran posibilidad, conociendo lo sacrificado que era Alexby, no era extraño pensar en que se ofrecería para casarse con alguien a quien no ama para evitar que los demás príncipes tuvieran que seguir el mismo camino.
Esa hipótesis explicaría su reacción al enterarse del matrimonio de Vegetta y Reborn, pero aún no encajaba del todo con su última frase: '¿No es suficiente conmigo?'. Por eso es que Vegetta había ido con el rey directamente a preguntar.
-Lo que quiero decir... -repitió. -¿Alexby se ofreció para tener un matrimonio arreglado? –soltó mientras apretaba los puños e intentaba sonar lo más seguro posible, como si no tuviera miedo de escuchar la respuesta.
Mangel lo miró confundido, frunció el ceño y se quedó callado por casi dos minutos. Sabiendo que no podía ocultar más lo relacionado con Alexby, suspiró y se puso de pie. Tomó de su taza con té de jengibre, analizó la expresión en el rostro de Vegetta, al terminar, se dio cuenta de que no tenía más opción que decirle la verdad.
-Alex tiene un matrimonio arreglado.
Por un momento, el caótico mundo de Vegetta se detuvo. No sabía que decir ni cómo reaccionar, todo parecía estar en blanco.
Escuchar eso dolió más que escuchar sobre el sacrificio que él tenía que hacer para beneficio del reino. Ahora las palabras de Alex cobraban significado, todo este tiempo, Alexby había tenido que cargar con ese peso encima. Era el menor de los cuatro y ya le habían arrebatado el derecho a soñar con una relación idílica.
Sus manos temblaron, sudor frio recorriendo su frente, sus ojos vacilaban. Estaba en su estado más vulnerable, cualquiera que lo viera, juraría que ese no era el príncipe Vegetta.
-¿Con, con quién? –preguntó entrecortadamente.
Mangel no quería responder, pero Vegetta no se iría sin saber todos los detalles.
-Fargan –respondió el rey.
Al escuchar ese nombre, Vegetta pensó que había sido muy estúpido al no darse cuenta antes.
Carente de emociones, se despidió antes de salir de la oficina del rey:
-Eso es todo, perdón por quitarle el tiempo.
Su cabeza punzaba y sus ojos ardían. Era la primera vez que sentía algo como eso; una sensación extraña que no podía definirse como enojo o tristeza.
Algo que iba más allá, algo que dolía más.
La primera vez que sentía que todo lo que había sacrificado había sido en vano.
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Without a Crown KARMALAND AU
FantasyLos cuatro príncipes de Karmaland no son solo caras bonitas y modales impecables. Detrás de tanta perfección, se ocultan secretos cada vez más escandalosos que los anteriores. El reino sufrirá las consecuencias de las guerras en reinos cercanos. El...