Nuevo inquilino II

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TREINA Y SIETE

Esa tarde, cuando Alexby regresó al palacio, extrañamente se encontró con Lolito en la entrada. Era inusual ver a Lolito en el palacio, normalmente vagaba por los lugares más inaccesibles de la ciudad donde nadie de la clase alta lo encontraría. Tenía una sonrisa simple, las manos entrelazadas en la espalda y su típica mirada curiosa.

Alex intentó pasar de él, pero las palabras del pelirrojo lo detuvieron.

-Qué extraño, no sabía que te gustaba dar paseos.

El menor se dio la vuelta, enfrentando a su hermano con la misma cordialidad y naturalidad fingida del pelirrojo. –Creo que es más extraño verte en el palacio.

Lolito dejó salir una carcajada corta, dejando el tema de lado, dio las palabras finales de la conversación: -Tienes razón, tienes razón.

Obviamente tenía mucho con lo que seguir y acorralar al menor; desde la ropa que usaba Alexby, el barro en sus zapatos, el polvo en el cabello, su rostro quemado por el sol, el aroma a canela... Simplemente no quiso agregar más presión en la vida de su hermano, aunque le preocupaba un poco lo que hacía y a dónde escapaba.

Internamente ya tenía una idea.

En cuanto a su estadía en el palacio, desde que las cosas se habían desestabilizado con el fallecimiento de Reborn, tenía que encargarse de algunos asuntos que su padre ya no podía cubrir. Su libertad se vio reducida con nuevas responsabilidades que no esperaba; dentro de todo ese fastidio, había algo que lo reconfortaba, ver a Vegetta y Luzu colapsando era muy divertido, tanto que se imaginó a sí mismo como un espectador en una obra de teatro del genero tragicomedia.

***

Los días pasaron rápidamente. Con todos los príncipes ocupados, se sintió como una transición de dos párrafos en una novela histórica. Luzu seguía encerrándose en la biblioteca a altas horas de la noche, Vegetta entraba y salía del palacio no menos de diez veces al día, Lolito se hacía cargo de redactar cartas importantes y de ordenar documentos todos los días, el inquilino Jesuss pasaba sus días molestando a Alexby y quejándose mientras se acostaba en el sofá de la sala principal leyendo libros que nunca había visto en Egoland, por último, Alexby continuaba escapando para encontrarse con Fargan y visitar los barrios bajos de Karmaland.

Todas sus visitas fueron matutinas, aunque intentó persuadir a Fargan de llevarlo por la noche, este se había negado tan firmemente que ignoró el hecho de que Alexby tenía un rango superior a él. Como alguien que nunca había recibido un NO como respuesta (a menos que él lo quisiera escuchar), Alex comprendió de inmediato que si Fargan se aferraba a negarse debía ser por una buena razón.

No continuó insistiendo.

Sin embargo, sus visitas constantes lo ayudaron a comprender mejor la vida en esa zona. Con Willy como "guía de turistas" y Fargan como "el bobo que lanzaba bromas cada dos por tres", realmente logró entender el sistema que se manejaba en los barrios bajos, así como también la situación en la que se encontraban esas personas y los problemas que debían ser solucionados.

Sus viajes para recaudar información fueron bastante dinámicos y esclarecedores, pero también dolieron en muchos aspectos. En los barrios bajos no era extraño ver gente sin hogar y en estados lamentables, enfermos muriendo en las calles o niños intentando robar alimentos. Todas esas situaciones le dieron a Alexby una perspectiva diferente de Karmaland.

Dolió saber que no podía hacer nada para ayudar a todas esas personas, pues el problema iba más allá de sus capacidades.

***

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora