¡El príncipe regresó!

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VEINTE

Sobre el escritorio frente a él había dos hojas, una era la carta que recibió hace unos días y la otra era una lista con pistas que había recopilado sobre la persona que podría estar detrás de la "extorsión".

Después de regresar a su habitación, Luzu no consiguió dormir; afligido por el propio odio que comenzaba a tenerse por no sentir absolutamente nada después de la desaparición de su hermano, se arrastró hasta su escritorio para enfocarse en algo que realmente le afectaba.

En la lista escribió características que logró encontrar en la carta y teorías sobre qué tipo de persona sería el remitente.

Tanto el papel de la hoja como el del sobre eran de calidad, ortografía y redacción por encima de la media, caligrafía perfecta y todo eso envuelto en un aroma –ahora– repulsivo a gardenia y almizcle. Además, la persona conocía detalles demasiado específicos sobre las actividades y horarios del rey, de él y de sus hermanos.

Lo más obvio era pensar que se trataba de algún trabajador del palacio, pero perdía lógica al recordar aspectos como la caligrafía y la ortografía. La mayoría de los trabajadores eran iletrados y los pocos que sabían escribir lo hacían apenas legible.

Entonces tenía otra suposición, ¿y si el remitente de la carta era alguien cercano a la familia real? Debía tener contacto con el rey o los príncipes, probablemente alguien conocido y destacado dentro de la sociedad, con poder y una vida pública no menor a la de un Duque o un artista famoso.

El rey tenía bastantes contactos con personas de la clase alta, pero realmente nadie entraba en la categoría de 'amigo'. Tal vez en alguna conversación trivial el rey había ventilado de casualidad algunos detalles de la vida privada de los príncipes.

Luzu tenía algunas pistas, pero aún no las suficientes.

El remitente había firmado con la promesa de enviar más cartas. Luzu solo podía esperar y mantenerse más alerta de su entorno.

Cuando su cabeza comenzó a doler a causa de los pensamientos dando vueltas, un grito lo regresó a la realidad.

-¡EL PRÍNCIPE ALEXBY! 

***

Pasaban de las cinco de la mañana cuando Willy y Alex llegaron hasta la entrada del palacio; la imagen resultaba ridícula y un tanto cómica: Willy halaba una carreta de madera, sobre la cual estaba Alexby sentado hecho un ovillo con una manta alrededor. El príncipe fue rápidamente recibido por los guardias y llevado al interior. Willy fue al instante rodeado por al menos diez guardias.

Lolito fue el primero en salir, ordenó a los guardias buscar y anunciarle al rey y a Vegetta que Alex había regresado. Los guardias se dispersaron dejando solos a ambos jóvenes.

-Príncipe Lolito –dijo Willy junto a una reverencia mucho más cortés que las que recibía de la propia nobleza.

El pelirrojo miró a Willy de arriba abajo, quería preguntar tantas cosas, pero lo consideraba un tanto impropio de un príncipe. Lolito conocía mejor que nadie la apariencia de la gente de clase baja, estaba especialmente sorprendido de que Alexby se involucrara con alguien así.

-No pareces ser de aquí –Lolito lo juzgó con la mirada, después pasó a la carreta de madera raída. –Esa cosa parece que se romperá en cualquier momento, es sorprendente que haya aguantado todo el camino hasta acá.

-Era la mejor opción para traer al príncipe. Disculpe el atrevimiento, pero el príncipe Alexby es realmente temerario, se negó a esperar hasta la mañana y a que su fiebre bajara para venir de regreso al palacio. En verdad no tuve muchas opciones.

-Lo entiendo. Alex es un poco bobo –Lolito quería preguntar cómo su hermano había terminado con alguien de los barrios bajos, sin embargo, pronto regresarían Vegetta y el rey, no quería causarle problemas a aquel humilde hombre. –Ten –lanzó un bolso de terciopelo lleno de monedas doradas. –Gracias por tu amabilidad.

El príncipe le guiñó el ojo, sonrió, se dio la vuelta y regresó al interior del palacio.

Willy estaba confundido, estaba casi seguro de que sería encarcelado al menos por tres meses. Resultó que no solo no fue encarcelado, también había recibido una opulenta recompensa.

¿Será buena idea comenzar un negocio de tornar príncipes? 

***

Si Willy hubiese permanecido frente al palacio unos minutos más, se encontraría con Fargan.

Vegetta había ido hasta el hogar de Fargan como primera opción cuando descubrió que Alex había desaparecido. La expresión de Fargan lo decía todo: Alex no estaba con él.

Sin perder el tiempo, ambos continuaron buscando por separado. Fargan se encontraba a los alrededores del palacio, por lo que fue notificado antes del regreso de Alexby.

No tardó ni siquiera diez minutos en llegar hasta el palacio de Karmaland y solo un par más en llegar a la habitación del príncipe. Dentro estaban cuatro personas: Lolito, Luzu, el médico real y Alexby. Este último recostado en la cama, dormido, con sudor recorriendo su rostro y con paños húmedos en la frente.

-¿Qué sucedió? –preguntó importándole poco los modales y su rango inferior al de los otros príncipes.

Esto sorprendió un poco a Luzu, nunca nadie había llegado frente a ellos exigiendo explicaciones. Fue solo un momento de bruma, pues rápidamente recuperó su postura honorable.

Lolito fue diferente, ni siquiera notó que se había agregado una persona extra en la habitación.

-No lo sabemos exactamente –contestó Luzu con su típico tono apacible y calmo. –Alexby desapareció en medio de la noche y de repente apareció de nuevo. El médico dijo que tiene fiebre y algunos golpes en el cuerpo. Es muy extraño. Lolito –Luzu soltó la mano de Alexby (que había estado sosteniendo desde un principio) y volteó a mirar al pelirrojo. -¿Estás seguro de que regresó solo?

-Mmmm, sí, estoy 80 % seguro de que estaba solo.

-¡Hace unos minutos dijiste que estabas 95 % seguro!

Lolito y Luzu comenzaron una pequeña "discusión", Fargan aprovechó esa oportunidad para llegar al lado de Alexby y tomar su mano; estaba fría, tenía los nudillos raspados y extrañamente desprendía un exquisito aroma a pan. 

♔♔♔♔♔♔♔

Nong C.: Creo que comenzaré a ponerle títulos a los capítulos. ʕ•ᴥ•ʔ

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora