Un enfermo en el palacio

485 82 32
                                    

CUARENTA Y CUATRO

Las cosas con Rubius no eran mejor, todo su rostro ardía en calor, sus manos sudaban y su respiración no seguía un ritmo estabilizado.

Cuando por fin consiguió calmarse, acostado sobre la cómoda cama, mirando el techo de madera, comenzó a pensar en las razones del repentino "impulso" de Vegetta. Entendía que ambos debían de intentar completar todas las tradiciones matrimoniales de una manera que pareciera natural y genuina, pero eso se limitaba a asuntos públicos, no cuando estaban a solas.

¿Por qué Vegetta lo había besado? Es verdad que no era la primera vez que pasaba, pero sí era la primera vez después de pasar casi un cuatrimestre separados.

El día siguiente fue tranquilo para ambos. Se evitaron todo el tiempo; Vegetta terminó visitando el centro del pueblo y Rubius los campos de lavanda.

Aunque buscaban relajación, en realidad se habían pasado todo el viaje pensando en las acciones del otro. Fue todo lo opuesto a la relajación, fue un total desastre y martirio mental.

Cuando regresaron de vuelta al palacio de Karmaland, donde las cosas de Rubius ya había sido llevadas y acomodadas en una de las habitaciones principales, recibieron la noticia de que Mangel había caído enfermo.

No hubo tiempo para reclamos por parte de Rubius, ni para que Vegetta pensara en su relación con el peliblanco. Fue todo tan repentino que lo primero que hizo fue convocar a sus tres hermanos para una reunión importante.

-¿Cuándo comenzó? –preguntó Vegetta pues recordaba haber hablado con Mangel justo antes de irse a la "luna de miel". En ese momento el rey se miraba normal y sano, no entendía cómo su estado había decaído tanto en tan poco tiempo.

-Al parecer desde el fin de semana en el comienzo de la celebración, comentó que...

-Desde hace tres meses –cortó Lolito a Luzu. El resto de los hermanos y Rubius, que ahora también formaba parte de la familia real, voltearon a mirarlo con extrañeza. El pelirrojo continuó explicando. -¿En serio nadie lo notó? Las dietas blandas, los dolores de cabeza cada vez más frecuentes, su ausencia en eventos de la clase alta, el repentino paro de sus prácticas de tiro y combate, los comentarios sobre cansancio y "ligeras molestias". Sí que son bobos.

El resto de los hermanos analizaron las palabras de Lolito. Siempre pasaron por alto esos detalles, lo consideraron algo normal debido al estrés de los últimos meses causado por las guerras en los países vecinos; no le dieron la importancia que necesitaba el asunto.

Se sintieron terriblemente mal.

-Ya no tiene caso mortificarnos. Lo importante ahora es saber qué haremos –sentenció Vegetta recuperando el ánimo serio de la conversación.

-El médico dijo que por ahora está estable, pero en cualquier momento puede regresar el dolor y la falta de apetito. Según su diagnóstico no hay nada claro sobre las causas que podrían estar causando su enfermedad, es necesario esperar y observar cómo reacciona al tratamiento –explicó Luzu.

-Ya veo –Vegetta se quedó pensando un rato más antes de continuar. -¿Esperar? No creo que sea buena idea. ¿Ustedes qué opinan? –el mayor miró a Lolito para que comenzara con su opinión.

El pelirrojo sonrió con malicia, recargó su barbilla en la palma de su mano y miró a Rubius. -¿Por qué no comenzamos preguntándole al nuevo miembro de la familia?

Todos los ojos se dirigieron al -hasta ahora- callado Rubius. Pedir la opinión de todos los presentes en la reunión era un requisito en la familia real de Karmaland, como pareja oficial de Vegetta, debía dar su punto de vista también.

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora