Encuentro reconfortante

622 104 12
                                    

          VEINTICINCO

Un par de horas después del anuncio, el jardín comenzó a quedarse solo; todos regresaban a casa y solo los anfitriones quedaron en el lugar.

El rey, Reborn y Vegetta intercambiaban palabras mientras Fargan, Luzu, Alexby y Rubius permanecían juntos en un ambiente incómodo.

-Eeeh –Luzu intervino, intentando hacer la situación más relajada. -¿Alguien ha visto a Lolito?

-Eso no importa –cortó Alex. 

De nuevo regresó el silencio.

Fargan miraba a Rubius, la expresión del peliblanco asustaba demasiado, y es que estaba inmutable, reservado, tan serio como nunca había estado en la vida. Esa expresión no iba con él.

Fargan se apartó de Alexby y tomó el hombro de Rubius, entonces anunció en voz alta. –Creo que el duque Rubén y yo debemos retirarnos.

Luzu asintió con la cabeza, Alex ni siquiera volteó a mirarles. Fargan le dio un empujón al peliblanco para que se moviera, pero Rubius se libró de su agarre y habló: -Aún no he terminado aquí.

Su voz coincidía con su expresión, era duro escucharle hablar tan hoscamente cuando uno estaba acostumbrado a escucharle con su característico tono burlón y alegre.

Fargan estaba en una situación complicada, no sabía exactamente qué hacer, ya había anunciado que se iría, pero ahora que Rubius se había negado a seguirlo, se sentía un poco fuera de lugar si de repente se retiraba. Después de pensarlo mucho tiempo, concluyó que quedarse no serviría de nada. Se acercó a Alex y tomó su muñeca con delicadeza, Alex por fin volteó a verlo.

-Debes estar enfadado, ¿cierto? –preguntó el mayor. No recibió respuesta. –No seas tan cruel, después de todo, nuestra situación no es mejor.

Después de decir eso, soltó la muñeca de Alexby, las palabras de Fargan se sintieron como una carga más, tenía razón, pero igual seguía sintiéndose frustrado.

El rey terminó de hablar con Reborn y Vegetta, se acercó a sus hijos y al duque. –Duque Doblas –habló. –No esperaba que continuara aquí, ¿sus padres se han ido? Le conseguiré un carruaje ahora mismo.

-No es necesario –contestó. –Yo... -miró en dirección de la pareja recién comprometida. –Aún no he felicitado al príncipe Vegetta y al príncipe Reborn.

Mangel estaba conforme con la respuesta; se dirigió a sus hijos. –¿Y Lolito? –como era de esperarse, nadie sabía, suspiró cansado. –Lo suponía, Luzu, Alex, regresemos al palacio, los sirvientes se encargarán del resto.

-No voy –dijo Alex. –También necesito felicitar en privado a la pareja.

Mangel sabía perfectamente que Alexby no tenía esa intención. No podía hacer nada, así que solo regresó con uno de sus hijos y rezó para que Alex no fuera tan impulsivo e irreflexivo.

Cuando solo quedaron cuatro personas en el lugar, Alex fue el primero en tomar la iniciativa. Todos sus modales se perdieron en unos segundos, con una voz firme y desafiante, se paró frente a los dos príncipes. -¿Una boda? ¡Absolutamente ridículo!

Las cejas de Vegetta se crisparon, estaba furioso. -¡Alexby! Eso fue descortés, discúlpate en este instante.

-No voy a disculparme –sentenció. –¡Ustedes dos están siendo absurdos, están jugando con dos reinos!

-¡ALEXBY! –Vegetta nunca había levantado tanto la voz. Incluso Alex estaba sorprendido.

Los ojos oscuros del menor brillaron de rabia. –Eres un idiota.

El menor se dio la vuelta y caminó rápidamente lejos de ellos, Vegetta tenía la intención de seguirlo, pero Reborn lo detuvo. –Yo iré –dijo antes de perseguir al príncipe.

Solo quedaron dos personas en el jardín.

***

-¡Ahí estás! –una voz se escuchó detrás de él, al voltear, parado junto a un árbol de arce, un chico de cabellos platinados y piel pálida se recargaba sobre el tronco.

Su aspecto simple en realidad le daba un aura de misticismo, mientras más se acercaba, más atractivo se volvía. Sus ojos pequeños ocultaban dos esferas aceitunadas, los mofletes de un rosa pálido adorable, su sonrisa encajaba con el lugar: fresca y reconfortante, todo él se sentía tan naturalmente bello. No competía con la belleza de un rey, de un príncipe, ni de un duque, pero destacaba de una manera más llamativa, como un tipo de arte que no es comprendido por cualquiera, como una flor salvaje creciendo en légamo. 

Algunos tal vez ni siquiera voltearían a mirarlo, otros le darían un vistazo y otros más se obsesionarían. Independientemente del tipo de persona que fuera, todos, sin excepción, sabrían que aquel chico tenía algo especial; una belleza feroz que no era para admirar, sino para temer. En general se sentía intimidante, pero cualquiera que lo conociera más, sabría que dentro de todo ese caparazón indómito, había un rastro de ternura y suavidad. 

Fargan tardó unos segundos en reaccionar, hacia casi un mes desde la última vez que lo vio. Un dolor en su hombro izquierdo lo regresó a sus sentidos.

-¡Auch! ¿Por qué me golpeas?

-¿Pregustas por qué? –Willy le dio otro golpe. –Se supone que deberías estar con el príncipe en el día de campo, ¿qué haces aquí?

Fargan mantenía contacto con Willy mediante cartas, ahí le contaba todo, obviamente Willy estaba al tanto del día de campo.

-Eso... -Fargan se sentó sobre la hierba, Willy lo siguió. –Es mejor no estar ahí, hay mucha tensión a punto de explotar.

El peliblanco quería preguntar más, pero al ver el semblante de Fargar, desistió. En su lugar, empujó al moreno y lo presionó debajo de él.

-¿Qué haces? –Fargan estaba sorprendido por la acción, pero agradecido por el favor.

-Idiota, ya que todo está a punto de explotar, debes acompañar al príncipe. Solo conozco a ese chico por un encuentro furtivo y ya puedo imaginar la actitud desenfrenada que tomará, debes estar ahí para consolarlo.

Willy decía eso, pero sus ojos mostraban otra cosa. Obviamente estaba encantado y feliz de ver a Fargan. Que estuviera encima de él tampoco le daba credibilidad.

Fargan sonrió. Su corazón picaba y su piel se erizaba.

Sin poder aguantar más, jaló el cuello de la camisa de Willy para terminar con la distancia entre ellos.

Cuando estaba con Willy, se sentía como regresar a casa.

Besarlo, se sentía como encontrarle sentido a una efímera existencia. 

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora