Un (no tan) viejo (no tan) desagradable

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CINCUENTA Y DOS

-Pero Maximus, no puedes deshacerte de un príncipe así -reclamó Aroya viendo como Maximus casi empuja al príncipe a la salida.

-Es un delincuente, igual que sus hermanos -no había forma de persuadir a Maximus; desesperada, Aroya se giró a Staxx en busca de soporte, pero este solo reía ante la escena.

Cuando tuvo suficiente diversión, fue a auxiliar a la chica. -Maximus, verdaderamente sería un desperdicio si lo echas sin más. ¿No deberías darnos al menos la oportunidad de conocerle un poco?

-Ni siquiera pienses en enrollarte con él, el ganado fino no come paja con estiércol.

-¿Qué?

-¿Qué significa eso?

El primer «qué» había venido de Staxx, mientras que el segundo de Alexby. Reafirmando su disgusto continuó. -Dejé pasar el que casi me asesina, pero un insulto tan degradante como encasillarme siquiera con este sujeto, no volveré a permitir una ofensa de ese nivel.

-¿Podemos dejar de hablar de rebaño y de excremento? -Aroyitt tomó el brazo del príncipe, aferrándose fuertemente a él sin la intención de soltarle. Maximus no tuvo más opción que detenerse.

-Aroyitt, ¿por qué te empeñas tanto en defender a todos? Entiendo que lo hagas con los pueblerinos que sufren injusticias, ¡pero el único que está siendo afectado aquí soy yo!, ¿por qué cuando se trata de mí no estás del lado correcto?

-Tal vez está del lado más atractivo -comentó Staxx ganándose una mirada de soslayo por parte de todos antes de ser ignorado.

-No es que no esté de tu parte, es solo que considero que podemos llegar a una solución en donde ambos lados puedan salir beneficiados.

Maximus suspiró cansado de la situación. -He aclarado las cosas con él, atenderé su petición -Maximus no quería dar muchos detalles sobre lo que había hablado con el príncipe, así que todas sus palabras sonaban muy ambiguas. -Pero la condición fue que mientras preparo su encargo, no se quedará aquí. Él accedió, no hay nada que discutir.

-Pero... -los lindos ojos de la campesina se pusieron acuosos, dos esferas verdes brillante capaces de incitar a cualquiera a hacer lo que ella ordenara. -Casi anochece, la lluvia no ha parado y el carruaje donde vino se ha ido.

-Le ofrecí un caballo para que llegara hasta el pueblo -dijo Maximus con una sonrisa del tipo "mira que buena persona soy".

Aroyitt se acercó más al príncipe, usando sus dos brazos para abrazar el del príncipe.

Alex quedó aturdido ante la acción, nadie nunca lo había tocado o abrazado de esa forma, lo más que se habían atrevido sus más cercanos amigos (si así podía considerar a Fargan o Jesuss) era a tomarlo por los hombros o guiarlo desde la muñeca, nada tan íntimo como las acciones de la chica.

Aún siendo perturbado por una chica tan hermosa, Alex seguía siendo un príncipe correcto y pulcro. Tomó delicadamente los hombros de la rubia, la alejó a una distancia considerable y habló suavemente. -Agradezco su amabilidad e intenciones, señorita Aroyitt, pero sería demasiado descortés de mi parte turbar el ambiente de este lugar. Tendré muy en cuenta sus buenas acciones para el futuro, créame cuando le digo que será recompensada.

La chica no pudo continuar. Después de las palabras de un príncipe, sería muy incorrecto seguir debatiendo en contra de sus decisiones; podía ser algo impulsiva e incontrolable, pero no al punto de ser una descarada.

-Tiene mi ropa, no puede irse.

Obviamente había alguien a quien no le importaba nada de eso.

-¿Perdona? -Alexby estaba harto de aquel sujeto, su voz sonaba al limite del enfado, podía verse como forzaba una sonrisa.

-Soy un pobre aprendiz que solo gana unas pocas monedas, no puedo permitirme el perder un conjunto de ropa. Príncipe, sé que usted es una persona honesta y que la regresará, pero no puedo asegurar el estado de mi ropa, ¿qué pasa si cae del caballo y se ensucia?, o si algunos maleantes atentan contra usted y se hacen agujeros en las prendas, entonces ¿qué haré yo con ropa inservible? No puedo dejar que se vaya, tengo que vigilar que no le pase nada a mi ropaje.

-¿Qué tonterías estás diciendo? Esas prendas estaban en tu rincón de desechar a la basu... -Aroya no pudo terminar la oración, una mano cubrió su boca.

-Ah, jaja, Aroya a veces no sabe de que habla. Ignorémosla en esta problemática. -Staxx no sabía medir su fuerza, casi lastima la mandíbula de la delicada chica.

-¡Mmmm!

-No te preocupes -respondió Alexby. -Haré que te confeccionen toda la ropa que necesites. No necesitas preocuparte por esta basura.

-No lo acepto, esas prendas tienen un valor sentimental para mí, nada puede remplazarlas.

-¿Por qué tienes un perro tan bobo? -preguntó Alex dirigiéndose a Maximus.

Por primera vez, en todo el tiempo que tenían discutiendo, Maximus estuvo de acuerdo con el príncipe. -No lo sé, creo que tiene rabia, ¿debería sacrificarlo?

-¡ESTOY HABLANDO EN SERIO! -gritó el morocho claramente ofendido.

-Como sea, soy capaz de cuidarme lo suficientemente bien como para que no le pase nada a tu ropa, si me disculpan...

Alex salió de la vivienda a la lluvia del exterior, Maximus le prestó, además del caballo, un gran manto para cubrirse.

-AAAAH, ¡ME MORDIÓ! -de nuevo gritó Staxx al sentir un dolor en el dorso de su mano.

-¡Qué asco! Tu piel sabe a cebada -Aroyitt se alejó del "perro rabioso lleno de paja y estiércol". -Maximus, ¿por qué odias tanto a los príncipes de Karmaland?

Ante la pregunta, a los recuerdos de Maximus llegaron las imágenes de tres pequeños niños con miradas inocentes cubiertos de ceniza, polvo y olor a humo.

-Yo... prefiero no hablar de eso.

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Nong C.: ¿Qué hicieron para ganarse el odio de Maximus?

Vegetta: Pregúntale a Luzu.

Luzu: ¡Yo fui una víctima!

Lolito: Cierto, pregúntale a Luzu.

Nong C.: Luzu, ¿acaso eres un lobo vestido de ovejita?

Luzu: Soy inocente, ¡CRÉANME! 

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora