Llamas

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CINCUENTA

La cercanía del príncipe ponía nervioso a Rubius. Sin embargo, había pasado tanto tiempo fingiendo ser distante que era fácil para él camuflar sus verdaderos sentimientos.

Eso fue lo que pensó, pero el ambiente obligaba a cualquiera a ser más susceptible y sensible de las cosas que ocurrían; como la respiración desordenada del mayor, el calor proveniente de la chimenea, similar a estar dentro de un horno o un sauna, el delicado aroma de las esencias de lavanda y al perfume del príncipe, jacintos tenuemente perceptibles. Todos esos elementos solo embriagaban el ambiente y propiciaban a que alguien buscara romper la tensión de cualquier forma posible.

Rubius levantó la mirada para encontrarse con dos luces malva brillantes y salvajes. Las llamas de la madera quemándose se reflejaban en esos oscuros iris, volviéndolos más hechizantes y encantadores.

La mirada de Vegetta titubeó, como si no pudiera soportar mirar un segundo más al peliblanco. Estaba a punto de dar la vuelta e irse cuando fue tomado de vuelta por unos delgados dedos aferrándose a su muñeca.

Al conectar sus ojos de nuevo, fue como escuchar lo que Rubius pensaba.

"No huyas".

Los ojos afilados de Rubius siempre fueron coquetos y feroces, en una guerra de miradas, era claro quien cedería primero.

Vegetta estaba atado a él. Por sus complexiones, portes y estatus uno pensaría que el príncipe ganaría en dominio, pero la realidad distaba mucho de eso; siempre fue Vegetta el doblegado ante Rubius. Más aún cuando se trataba de juegos de provocación.

El agarre en su muñeca desapareció lentamente, para convertirse en un recorrido sensual por todo su antebrazo hasta el hombro, el cuello y finalizar en la barbilla, donde el duque retomó el agarre para así obligar al mayor a verle en todo momento.

-¿Qué planeas? –preguntó Vegetta con la poca resistencia que le quedaba. No cedería tan fácilmente.

-Sabes lo que planeo.

La otra mano de Rubius rodeó el cuello del príncipe y jugueteó en esa zona sensible; entrelazando sus dedos en el cabello cárdeno del mayor, siguiendo la línea del cuello de su camisa, tocando "accidentalmente" la piel... Cálidos toques generaban chispas que comenzaban a encender un fuego difícil de sosegar.

-¿Y tu timidez de ese día? –Vegetta tomó ambas manos juguetonas, apretando ligeramente las delgadas muñecas del duque. Más que una acción de atajar los movimientos siguientes del joven provocador, parecía una acción de alguien que quería tomar el control en el juego. Como si ese pequeño dolor fuera un incitante para seguir persuadiendo al peliblanco de actuar más descaradamente.

Rubius conocía a Vegetta casi perfectamente, estaba tácito lo que Vegetta quería:

"Tienes el permiso de continuar, me rendiré de todas formas. Pero solo puedo rendirme ante ti".

Y a Rubius le encantaba conocer los pensamientos de Vegetta. Porque en el juego del coqueteo, siempre fue superior al príncipe.

-No es como si no lo hubiésemos hecho antes –susurró causando hormigueos en la gruesa piel del príncipe.

-Detente, quiero explicaciones.

-Ese día, en la posada, todo fue forzado, verte era lo último que quería. Pero sigo siendo humano y tú sigues siendo la única persona con la que podría satisfacer cualquiera de mis pensamientos libidos. ¿O prefieres que busque a alguien más para que deje de molestarte?

Los ojos del príncipe se transformaron en llamas furiosas, al agarre en las muñecas del duque se volvió más fuerte. Una marca quedaría tatuada ahí.

-No digas estupideces.

Rubius pensó en lo siguiente que diría. Una mentira más para seguir protegiéndose de las desastrosas consecuencias de un sentir unilateral. Siempre fue Vegetta con quien satisfacía sus necesidades carnales, pero la razón no era la que siempre expresaba "solo podría hacerlo con alguien de un rango social mayor a un virrey", la verdad estaba más cerca a "solo quiero que seas tú".

-Entonces piensa en esto como una necesidad, como siempre lo ha sido, como desde antes de casarnos. Sin compromisos de por medio... sin sentimientos interfiriendo en nuestros deseos.

Pero me es imposible no sentir algo por ti. Pensó Vegetta. Justo ahora puedo decir que me perteneces, no como un juego de rol en medio del sexo, sino como algo que va más allá, como un lazo entre dos personas que están dispuestas a pasar el resto de sus vidas juntas.

Pero creo que es claro, esto es algo unilateral, ¿cierto?

Con ese último pensamiento, Vegetta terminó con la distancia entre ambos, mordiendo el labio inferior del duque para después consolar con la humedad de su lengua.

Los dos eran un desastre. Habían pasado meses sin ningún tipo de contacto íntimo entre ellos o con otra persona, que solo bastó con un ligero roce entre sus partes inferiores para despertar un calor evidente a simple vista.

El mayor rodeó la cintura del peliblanco con su brazo, levantando y llevando a la esquina del escritorio, donde los besos y toques se volvieron más descarados y sin ningún tipo de delicadeza.

La ropa estorbaba pero ninguno estaba dispuesto a dar el siguiente paso. Tal vez por la falta de costumbre, se sentía un ambiente un poco más íntimo que en el pasado. Si continuaban de esa forma, no llegarían a nada más allá de la estimulación, si realmente querían terminar, alguien debía ser el primero en continuar con tan desvergonzado acto.

No había duda de quién sería.

Fastidiado con el tacto superficial, Rubius tomó la iniciativa de quitar la camisa del príncipe.

Fue suficiente con esa pequeña acción.

En pocos segundos, ya no había nada que pudiera intervenir en sus deseos.

En ningún momento cortaron la unión de sus labios más que para tomar aire. El escenario se movió rápidamente a una escena donde la leña de la chimenea se había acabado y, sin embargo, la habitación aún exudaba un calor que derretía en frenesí a las dos personas conectadas más allá de lo físico.

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Se abre el telón.

Hoy: Categorizando personajes como si se tratara de un test de personalidad parte 1/5 plus OOC.

Nong C.: Bienvenidos al club de niños que deben ser protegidos por la comunidad y la autora.

Jesuss: ¿Cómo que niños? ¡Soy mayor de edad según la ley!

Arsilex: Ni siquiera he aparecido en la historia, ¿qué hago aquí?

Alexby: Esperen ¡¿POR QUÉ ESTOY YO EN ESTA CATEGORÍA?! ¡Exijo un cambio al club "pilares de la divinidad a un paso de la ascensión"!

Without a Crown KARMALAND AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora