CAPÍTULO 7

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Maksim Vólkov:

—¿Hasta qué horas estaremos aquí como dos fugitivos acechando su próxima víctima? ¡tengo hambre! —i no fuera por lo concentrado que estaba, ya lo hubiese sacado del vehículo—. ¡Maksim!

—¡Qué mierda Alexei! ¿No te puedes quedar un minuto en silencio? Joder, ¿cómo te soportan?

Exclamé con mal humor sin despegar la vista del frente.

¿Dónde estábamos? Pues, luego de abandonar la casa de Komarov y seguir a otros lugares, de camino a casa nos topamos con una imagen que no pude resistir.

Bela, la novia de Komarov, se encontraba caminando totalmente desanimada en medio de la noche. ¿Qué no sabe que puede pasarle cualquier cosa a estas horas? Con razón es novia de Komarov. Por alguna extraña razón que desconozco, me encontré pidiéndole a Alexei que la siguiera.

—¿No es más fácil pedirle que suba al puto auto en lugar de perseguirla? Digo, para ser mafioso no eres muy inteligente. ¡Auch!

Mi mano golpeó con fuerza en su nuca.

—Idiota. Está bien, acércate más.

Alexei aumentó la velocidad mientras se seguía quejando del golpe. Cuando el auto se fue acercando a ella, vi como se alertó y se alejó lo más posible de él. Al bajar el cristal, sonreí. Pero su rostro se volvió aún más desanimado de lo que ya estaba.

—¿Qué necesita? No fue suficiente lo que se burló de mí?

Habló con ironía y un dejo de dolor. Por alguna extraña razón, me sentí mal de su respuesta.

—Suba al vehículo. Es muy tarde y personalmente, sé que estas horas son muy peligrosas para estar sola. —dije, con sinceridad.

—No, gracias. Para serle sincera, la verdad es que prefiero gastar mis pies antes que hacerle caso. Váyase a la mierda.

Dijo. Alexei intentaba disimular su risa mientras yo no entendía por qué me sentí mal al ser rechazada mi propuesta.

—Usted ya sabe en lo que se mete su novio. Y con el gran lío en que está metido ahora, aquí fuera hay millones de personas que darían lo posible por tener su hermosa cabeza entre sus manos, solo por diversión. —su gesto se heló, y se mantuvo en su lugar—. Así que, tómelo como el segundo favor del día, y suba al vehículo.

Lo dudó por un momento pero luego y en contra de su voluntad, se subió dentro de él. Se movió hasta quedar detrás del asiento del piloto, donde estaba Alexei.

—No sabe mi dirección. —alegó con rapidez.

—¿Quién dijo que no? —respondí mirándola a través del retrovisor—. Alexei, ya sabes a dónde ir.

El auto se puso en marcha, el silencio proliferando en el espacio. Mientras Alexei manejaba, yo me concentraba en mirar aquella chica a través del espejo. ¿Por qué me preocupa tanto lo que le pase? Es que literalmente la conocí hace unas horas. Qué mierda.

—Lo que le dije antes, lo de su novio. —dije, llamando su atención—. Debería agradecerme, porque por lo visto pensaba seguir mintiéndole por todo este tiempo.

—¿Y se supone que debo agradecer por qué? A caso usted es diferente a él solo por decirme aquello? O va a negar que su única intención fue el placer propio?

Respondió con una mala actitud. Maldito carácter de mierda que se carga.

—Cuando se trata de mujeres, nunca actúo por placer propio. Pero eso usted no lo sabe, aún. —respondí, y aún en la oscuridad pude ver como su rostro se tornaba de un rojo intenso—. Cambiando de tema, ¿qué va a hacer ahora? Digo, en cuanto a su vida.

—¿Que qué voy a hacer? En primer lugar, dejar la universidad porque no pienso seguir recibiendo dinero de Fredek, y en segunda; buscar al menos dos trabajos de medio tiempo para poder pagar mis deudas.

Bela me miraba por el retrovisor. Mi cara se volvió en un gesto serio. ¿El imbécil le paga los estudios? Al menos hace una buena inversión de su dinero.

—No creo que deba hacer eso y-

—Lo siento mucho por usted señor Vòlkov, pero existen personas que no tienen las mismas facilidades económicas que al parecer usted mantiene. Debería agradecerme por darle tan dichosa información que al parecer, nadie estaba dispuesto a brindarle. Ahora si me disculpa, gracias por traerme y espero no volver a ver su cara nunca más, para ahorrarnos las molestias.

¿En qué momento llegamos?

No tuve tiempo de articular nada cuando ella ya se encontraba bajando del vehículo. Vimos como abrió la puerta del edificio y se adentró rápidamente, desapareciendo.

Alexei rió estrepitosamente.

—Te juro que es la primera vez que veo a una mujer dejarte sin palabras. Es una fiera, y no creo que esté dispuesta a ser domada por alguien como tú. —dijo Alexei.

—¿Quién es el rector de la estatal?

◇◇◇

Bela Solovieva:

Inmediatamente llegué a mi departamento, me dejé caer sobre el sofá de manera dramática. Vaya día de mierda.

Tomé mi teléfono y marqué el número de Fiodor, esperando a contarle todo lo sucedido hoy. Sin embargo, y como ha sido normal últimamente, nunca contestó.

Coloqué el teléfono sobre la mesa de al lado y apreté mis ojos con fuerza. Aunque quería pensar en toda la montaña rusa que fue el día de hoy, me era imposible pensar en otra cosa que no fuera aquel hombre.

Maksim...

Incluso su nombre irradiaba peligro, y su físico ni hablar. Sin embargo, su mirada era lo que no dejaba de aparecer en mis pensamientos. Me reprendo porque apenas hoy lo vi por primera vez, pero se sintió como si hubiésemos estado conectados toda la vida.

Es como un sueño hecho realidad, pero no de esos sueños normales.

Él era más como un sueño húmedo.

Wet dreamZ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora