Maksim Vólkov
El ardor en mis ojos me impide levemente ver con claridad a mi alrededor, la habitación es un poco oscura y el pitido de todas las máquinas es lo único que crea un sonido dentro de estas cuatro paredes. Alexei insistió en que no debería exponerme tanto al venir aquí, pero luego de enterarme de lo sucedido no iba a ser capaz de dejarla sola.
Elevé mi rostro y vi su débil cuerpo sobre la pequeña cama de hospital, la silla en la que me encontraba era realmente incómoda pero era la única forma de mantenerme a su lado. El llanto en mí se hizo presente, la humedad se deslizaba por todo mi rostro.
"Casi pierde al bebé, el médico dice que deben evitar cualquier situación parecida a lo que vivió para terminar así."
Mis dos manos se aferran a su débil brazo, el dolor en mi pecho es insoportable. Fui un mal novio, un mal padre.
¿Cómo pude permitir que algo así le ocurriera? Como dijo Alexei, tuve que ser un poco más valiente y contarle desde un inicio lo que estaba sucediendo. Sin embargo, no encontré el valor para hablar sobre aquello.
Soy un cobarde.
El sonido de la puerta me indica el regreso de Alexei, escucho sus lentos pasos caminar hasta nosotros y segundos después, palmea mi hombro en señal de apoyo.
—El doctor dice que no entiende cómo logró mantenerse en pie hasta llegar a la calle. —dice—. Ella realmente luchó por salvar a su bebé, incluso utilizó sus pocas fuerzas para pedir que lo salvaran. —una pequeña risa dejó sus labios—. Es increíble...
—Soy un mal padre. —digo con voz ronca—. No estuve ahí para ellos, la estuve ignorando toda esta semana y-yo n-
—Maksim, basta. —me corta Alexei—. Culparse ahora no hará ninguna diferencia, sin embargo, puedes aprender de esto y empezar a actuar como un adulto. Piensa que ya no eres tú solo, tienes otra vida a la cual defender y no creo que puedas hacerlo si sigues actuando así. Empieza por dejar que Bela se recupere del todo y luego; sé sincero con ella.
Mi vista sigue en Bela, quien yace aún dormida, sin ningún tipo de disturbio en sus sueños. Mi mano viaja hasta su cabello y empiezo a dejar pequeñas caricias sobre él. Alexei vuelve a hablar.
—Maksim, creo que deberías irte ahora. No nos conviene que alguien te vea aquí, y mucho menos a Bela. —explica, y sé que tiene razón—. Yo me quedaré con ella, estará bien.
Mi cuerpo se aferra a la silla en que yace sentado pero segundos después, caigo en la realidad. No quiero seguir poniéndola en peligro, ya no más.
—Mentí. —digo sin más, me giro hacia Alexei, este me mira sin entender nada. Yo sigo hablando—. A Bela, la conocí hace muchos años, ella no se acuerda de mí, y yo nunca supe su nombre, hasta aquel día en casa de Komarov.
Vuelvo mi vista a ella y sonrío un poco.
—No estoy entendiendo, Maksim.
—El día en que robamos algunos paquetes de mercancía a mi padre y fuimos a esa escuela a intentar venderla. Dije que había perdido el dinero que gané, no fue así. —reí un poco a la llegada del recuerdo.
—Tú...
—Alguien tiró su merienda, por la impresión en su rostro y su gastada ropa supe que era lo único. Sin saber por qué, fui a comprar algunas cosas y guardé el resto del dinero en la bolsa. No tuve valor de acercarme así que se la entregué a otra chica para que se la diera. Siempre me gustó...
—¿Ella? —cuestiona. Y vuelvo a mirarlo.
—Sus ojos. Por eso al verla nuevamente en casa de Komarov, recordé esos ojos. No estaba seguro de que fuera ella pero gracias a la información que obtuviste, lo supe. No hay dos miradas iguales en el mundo, menos el sentimiento que estas llegan a causar en uno.
Esta vez Alexei fue quien rió.
—El destino es algo impredecible, pero eso es lo que lo hace especial. —volví a sonreír.
◇◇◇
Bela Solovieva:
La luz del sol se filtra por la ventana y al intentar tapar mi rostro con mi mano, siento algo doler sobre la palma de la misma. Abro mis ojos con debilidad y al mirarla, noto el pequeño tubo que se encuentra insertado en esta, entonces recuerdo lo que pasó. Mi pulso se acelera y un gran pitido suena por toda la habitación. Me asusto al notar la presencia de una mujer dentro de la habitación, se acerca a mí velozmente dejando todo lo que estaba haciendo y revisa mis signos.
La enfermera pide que me calme mientras intenta tomar mi pulso.
—Mi bebé... —digo con dificultad—. M-mi bebé, ¿Qué pasó con mi bebé? —las lágrimas dejan mis ojos y la máquina no deja de sonar.
—El bebé está bien. Necesito que te calmes, tu bebé necesita que estés tranquila. —al decir esto, suelto el aire de mis pulmones y mis lágrimas se disipan. La miro con esperanza.
—¿Mi bebé está bien? —cuestiono emocionada, ella asiente.
—Lo está, será un bebé muy fuerte, al igual que tú.
Lentamente dejé caer mi cuerpo sobre la camilla mientras trabajaba en normalizar mi respiración. Miré alrededor de la habitación sin encontrar a nadie más en ella. Mi gesto decayó pero inmediatamente mi hombro fue tocado por la enfermera llamando mi atención.
—No se preocupe, su hermano estará aquí pronto, fue a firmar algunos papeles para darle el alta. —la miré con confusión.
—¿Herman-
La puerta fue abierta y mis ojos se abrieron al ver de quién se trataba.
—¡Hermanita! —Alexei gritó desde la puerta y corrió hacia mí abrazándome fuertemente, mi boca abierta no expresaba ninguna palabra. La enfermera nos miraba con amor y yo solo me sentía culpable por la mentira que se estaba tragando.
—Ser madre soltera es difícil, pero por suerte usted tiene un hermano tan dedicado cuidando de ambos. —sonreí falsamente y asentí.
◇◇◇
Subimos el ascensor del edificio mientras que Alexei cargaba con mis cosas. Me estaba conteniendo al querer preguntar por Maksim, pero no lo hice. La caja metálica se detuvo y las puertas se abrieron, salí de este pero solo di unos pasos para que un gran cuerpo me guardara entre sus brazos, su aroma inundo mis fosas nasales y sin buscarlo, me sentí segura.
—Lo siento. Lo siento tanto. —se lamentaba entre sollozos.
—Maksim, y-
—No digas nada. —me cortó—. Primero necesito que te recuperes, nuestro bebé debe estar sano.
—Maksim p-
—No necesito que me perdones ahora. Solo toma tu tiempo, yo estaré aquí esperando y al pendiente de ambos. Por ahora solo quiero que pienses en ti, ya después puedes golpearme, odiarme y lo que quieres. Te diré todo, arreglaremos esto y saldremos adelante.
—Pero s-
Un gran beso fue depositado en mis labios dejándome sin habla.
—Los amo. Espero que nuestro hijo tenga tus ojos. —mi gesto se volvió uno de confusión pero al querer decir algo, noté cómo había desaparecido del lugar .
Miré a Alexei buscando una respuesta pero su rostro era igual o peor que el mío.
—No me mires a mí. Si tú que eres su novia y quien le hizo el amarre no lo entiendes, mucho menos yo.
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Wet dreamZ [COMPLETA]
Novela JuvenilBela Solovieva ha vivido una vida normal para una chica de su edad, o eso era lo que todos pensaban. A los 17 años y sin ninguna experiencia en el amor, conoce a Fredek, de quien ella creía se encontraba totalmente enamorada. Todo marchaba de maravi...