Vladimir Záitsev:
Me encontraba dentro del bar más cercano a aquel barrio de mala muerte. Aquel lugar tenía un aspecto externo bastante agradable como para la localización en la que se encontraba. Algunas miradas raras cayeron sobre mí, resté importancia a lo normal y seguí mi intromisión al lugar. Me senté sobre la barra y el bartender se acercó a mí.
—Un whisky a las rocas, por favor. —asintió y empezó a servir mi trago con agilidad, mi mirada empezó a viajar por el lugar hasta caer en un punto exacto.
Algo dentro de mí se movió, incómodo.
Tomé mi trago y lo bebí de un solo golpe, pagué y me acerqué a aquel lugar que tanto llamó mi atención. Una mesa de apuestas se encontraba rodeada de varias personas, algunas jugando y otras simplemente admirando el juego. Pero mi vista reconoció exactamente a uno de los hombres apostando.
Tantos años sin vernos. Las cosas que creía olvidadas, vuelven a renacer.
Desde lejos, admiraba el juego que se estaba por llevar a cabo, aquel episodio, me llevó años atrás. Aquel momento en que ninguno imaginó todo a lo que tendríamos que enfrentarnos.
«—Vladimir, estoy acabado. Y-yo, lo perdí todo. —aquel fuerte hombre lloraba descontroladamente sobre mi hombro.
—Tranquilo, yo estoy aquí. Conseguiremos el dinero para pagarles, lo conseguiremos y...
—No entiendes, no, nunca podré pagarles. Lo perdí todo Vladimir, todo. —el llanto solo incrementándose. En aquel momento, no había mucho que pudiera hacer.
—Eres como mi hermano, nunca dejaré que te pase nada, ¿escuchaste?
—S-sí.
—Me quedo aquí, contigo.»
Las apuestas aumentaron cada vez más y más, hace aproximadamente una hora que empezó el juego, y aquel hombre lo ha perdido casi todo.
Cuando llegaron a la recta final del juego, su cara lo dijo todo. Perdió todo el último dinero que había apostado. Mientras él se negaba rotundamente a lo que había sucedido, el ganador celebraba entre aplausos y risas. Empujó a todos de mala manera y salió de aquel circo, directo a la barra.
A lo lejos, seguía observando.
Luego de dos botellas, estuvo tan borracho, que el bartender tuvo que pedirle que se retirada del lugar. A las malas, salió arrastrando los pies, minutos después, le seguí el paso.
Iba caminando con lentitud a cierta distancia de él. Se esforzaba por no tocar el piso, mientras su cuerpo demostraba cierto dominio de esta actividad, acostumbrado a este tipo de cosas.
Detuvo el paso y pensé que vomitaría o algo por el estilo. Pero eso no fue lo que pasó.
—Tienes tres segundos para decir qué quieres, antes de que te meta una bala en el cerebro. —aquella actitud tan conocida, pero tan añeja, igual que los recuerdos.
—Sigues igual de alerta que cuando éramos niños, Vodianov. Pensé que ya estabas oxidado de tanto abrir y cerrar la puerta del auto.
Al girarse hacia mí, supe por sus ojos que él tampoco esperaba volver a verme, no de esta manera. Estuvo en silencio por un momento, pero su gesto de sorpresa solo llegó a convertirse en ira, desprecio.
—¿Qué demonios quieres? Te tomaste una pausa después de jugar a ser el policía bueno? Vete a la mierda. —empezó a caminar nuevamente, yo también lo hice.
—Pensé que habías dejado de tomar, y de jugar. Lo perdiste todo allá adentro, creo que deb-
—¿Crees? ¡¿qué mierda puedes creer tú?! No te metas en mi vida y no trates de ayudarme porque no lo necesito. Ya no te necesito.
—Yo solo quería a-
—¿Ayudar? O limpiar tu mente? —escupió.
—No quiero que lo vuelvas a perder todo.
—¡Ya yo no tengo nada que perder! ¡¿no lo entiendes?! Desde que perdí a mi esposa, DESDE QUE PERDÍ A MIS HIJAS YA NO TENGO NADA QUE PERDER. —lágrimas abandonando sus ojos.
—Ninguna de ellas quisiera eso. No es bueno que sigas este tipo de vida. Puedes dejarlo, puedes buscar ayuda, Alexei.
—¿Tú cómo lo sabes? Tú que decías ser mi amigo y me dejaste cuando más lo necesitaba. ¡Prometiste que traerías a mis niñas de vuelta! ¡¿y dónde están?! Solo me hiciste a un lado y desapareciste, me trataste como un perro y me quedé solo. No sé si están vivas, ni siquiera he visto sus cuerpos en caso de que estén muertas. ¡Así que guarda tu mierda de compasión para alguien que quiera tenerla! Y asegúrate de no dejarlo desamparado al final.
—Lo siento. —no me siento capaz de expresar nada más. Él tenía razón, y yo era un cobarde.
—No puedes joder a la gente que te rodea y luego pretender arreglar las cosas con dos simples palabras vacías. Ahora, deja de seguirme si no quieres que te dispare.
Me quedé en mi lugar en silencio, viendo cómo nuevamente empezaba a caminar, alejándose de mí.
Una lágrima, dejó mis ojos. Lentamente deslizándose por mi mejilla.
—Lo siento, tampoco he podido salvarme a mí mismo.
![](https://img.wattpad.com/cover/258536068-288-k683618.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Wet dreamZ [COMPLETA]
Fiksi RemajaBela Solovieva ha vivido una vida normal para una chica de su edad, o eso era lo que todos pensaban. A los 17 años y sin ninguna experiencia en el amor, conoce a Fredek, de quien ella creía se encontraba totalmente enamorada. Todo marchaba de maravi...