Wet dreamZ [COMPLETA]

CAPÍTULO 36

Dieret Vólkov:

—Señor, ¿cuál es el motivo de su reunión? Suponemos que todo quedó claro en cuanto a su hijo y el cambio de posiciones.

Comentó uno de mis hombres sobre la mesa.

Tomé de mi copa aquel exquisito vino tinto de calidad. Todos esperaban respuesta sobre mi sorpresiva visita.

Deposité la copa nuevamente sobre la mesa y hablé:

—Creo que voy a hacer algunos cambios.

◇◇◇

Bela Solovieva:

Eran las 8 de la noche cuando por fin pude salir de la universidad. Era viernes y el estacionamiento estaba desierto, solo unos cuantos vehículos en él suponiendo que pertenecían a algunos de los maestros. Caminaba tranquilamente a través de estos, bastante ida en mis pensamientos. Me sobresalté con el sonido de un llamado.

—¡Bela! —me giré con fuerza, volviendo a la realidad. Debo empezar a ser más activa.

¿Qué hacía aquí?

—¿Vladimir? —lo nombré, extrañada.

—Que bueno que te encuentro. ¿Ya vas a casa? Es muy tarde ya. Déjame llevarte. —estaba un poco ida.

—Y-yo...

—¿Qué te has hecho? Te ves diferente —preguntó, sonriente.

—¿A qué te refieres? —no entendía de qué hablaba.

—Hoy estás más bella de lo normal. —su mano intentó tocar mi rostro pero eso nunca sucedió.

Su rostro fue tocado primero por el puño de alguien más, haciéndolo sangrar y girando su rostro fuertemente. Estaba en shock, mis manos cubrían mi boca. A mi lado, Maksim respiraba agitado.

—¡No te atrevas a tocarla!

Le espetó con rabia. Lo sostenía con fuerza para evitar que volviera a pegarle. Vladimir tocaba la herida en su rostro mientras limpiaba la sangre que escurría de ella.

—Maksim, cálmate. —le susurraba mientras acariciaba su pecho buscando calmarlo.

Vladimir nos miraba sin poder creerlo.

—¿Ustedes se conocen? —cuestionó sorprendido.

Maksim soltó una gran risa cínica.

—¿Que si nos conocemos? Es MI novia. Ya que sueles meter tus narices en donde no debes, también deberías hacerlo para esto.

Respondió. Su miraba viajó hasta mí como si le hubiese estado escondiendo algo.

Pero la verdadera pregunta era, ¿De dónde se conocían ellos? Ambos actuaban como si guarzaran en su interior un resentimiento de años.

—¿Eso es cierto, Bela? ¡¿Acaso sabes lo que hace?! —me gritó Vladimir.

—No te atrevas a volver a gritarle, además, ella sabe exactamente con quién está. ¿Por qué no vuelves a tu cuartito a jugar al policía y dejas de meterte en la vida de los demás? —le respondió Maksim. La tensión entre ambos hombres era palpable en el aire.

—¿De dónde se conocen? —le pregunté a Maksim. Iba a contestar hasta que Vladimir lo interrumpió.

—Bela, déjame llevarte a cas-

—¡No vas a llevarla a ningún jodido lugar! ¿Es que no entiendes? ¡te quiero lejos de mi novia! Lárgate de aquí, eres el único que está sobrando.

Me coloqué frente a Maksim y agarré su rostro, podía sentir la mirada de odio de Vladimir a mis espaldas. Maksim no lograba concentrarse en mí.

—Hey, Maksim. Mírame. —obtuve su atención y lo aproveché—. Debes calmarte sí, nos iremos a casa ahora.

No dejaba de mirarme, feliz de que decidiera irme con él.

—Dile que se vaya primero. Quiero que se largue de aquí. —exigió.

Aunque no quisiera hacerle caso, era la mejor decisión que podría tomar ahora mismo para evitar que alguno de los dos terminara herido o peor, muerto.

Solté su rostro y me giré en dirección a Vladimir, su expresión dolida rompió mi corazón. Maksim tomó mi mano, más que por gusto sabía que se trataba de un gesto de provocación.

—Vladimir, es mejor que te vayas. -no esperaba que dijera eso—. Por favor, no es el lugar para este tipo de peleas. Yo me iré a casa, estaré bien.

—Bela...

—Por favor. Necesito que lo hagas por mí. —pedí. El toque de Maksim se apretó sobre mi mano, demostrando que no fueron de su agrado mis últimas palabras.

Vladimir rió agriamente. Pero decidió irse.

—Piénsalo bien Bela. Una vez que entres a su juego, solo vas a salir lastimada. —Maksim intentó ir hacia él, lo detuve.

Empezó a caminar en dirección contraria a nosotros. Cuando por fin se fue, me giré hacia Maksim.

Tendríamos una gran charla, y yo solo esperaba que no terminara en desgracia.