Maksim Vólkov:
La sangre escurría de su boca mientras las marcas en su rostro indican el buen trabajo que hicieron mis muchachos al encontrarlo. Luego de perder mercancía y hacerme ir hasta su casa -Lo único bueno de aquello fue el encuentro con su novia- se atreve a desaparecer sin darnos respuesta. Y es que hay que ser muy idiota como para intentar escapar de nosotros luego de intentar robarnos.
—Muchachos, pueden dejarlo aquí. Ahora me toca a mí divertirme. —miraba con excitación la escena frente a mí, y es que este tipo de actividades me resultaban extremadamente fascinantes.
Ambos muchachos soltaron a Komarov y salieron del lugar, dejándonos solos.
—No intentaba escapar.
—Y a mí no me gusta tu novia.
Sus ojos aún heridos me miraron con rabia, y sorpresa. No se esperaba aquello.
—¿De qué mierda está hablando? —escupió.
—Pensé que estábamos jugando a decir mentiras. —una sonrisa en mi rostro, disfrutando la situación—. Pero ya que estás aquí, vamos a hablar de lo que realmente me importa en este momento. Mi mercancía.
—Aún no la recupero. —se excusó Komarov—. Estoy trabajando en eso, pero aún no la recupero.
—El punto es, que en primer lugar nunca debiste haberla perdido. Pero tranquilo, hoy estoy de buen humor y tengo un trato para ti.
—¿Qué tipo de trato? —preguntó.
—Es sencillo. —me paré de la silla llegando hasta su lugar y seguí hablando—. Te doy un mes para recuperar la mercancía, a cambio claro está, de algunos beneficios personales. —expliqué con tranquilidad.
—Vaya al punto.
—Quiero que te alejes de tu novia. Quiero que me des el título del apartamento donde vive y, quiero que desaparezcas de su vida cuán rata eres. Algo sencillo, es eso o una muerte segura. —me detuve al llegar frente a él, su cara de desagrado ante mi propuesta.
—¿Por qué mierda haría eso? ¿Acaso cree que Bela se fijaría en un hombre como usted? Usted y yo somos la misma mierda en diferentes posiciones sociales, pero eso no quita que lo sigamos siendo. —escupió.
—Vaya Komarov, si hubiese usado esa boca para contarle a su novia lo rata que es, tal vez ella estaría con usted y no buscando la forma de sacarlo de su vida. Y después de haber explicado esto, déjeme reformular mi petición. No te estoy preguntando si te parece bien o no, o me traes mi mierda y te alejas de ella, o te juro que voy a hacer tu muerte tan dolorosa que desearás siquiera haberte cruzado en mi camino. Y créeme, tengo mis formas. ¿Te quedó claro? O necesito hacerte llegar el mensaje de otra forma? —su silencio confirmó que aunque quisiera negarse, no tenía otra opción—. Bien, ya que todo está claro entre nosotros, sal de aquí y ve a arreglar todo este desastre. Desde este segundo, tienes un mes para traer mi mercancía. Ah, Alexei pasará por los papeles del apartamento, espero que todo esté en orden cuando lo envíe a buscarlos, sabes que no me gusta el que me desobedezcan.
Y dicho esto, cojeando y sosteniendo su abdomen de manera dramática, abandonó la oficina.
◇◇◇
Un día de trabajo bastante difícil para mí, llegadas la 1:43 minutos de la mañana, por fin puedo llegar a casa, Alexei se despide de mí al llegar a la puerta, cada uno en dirección a su habitación. Antes de ir escaleras arriba, tomo una botella de whisky y bebo de ella mientras asciendo.
Al llegar a mi gran recámara, me despojo de mi saco y me dirigí a la cama. Aunque mi cuerpo exige una ducha, estoy tan cansando que opto por recostarme un momento, mientras sigo tomando de la botella.
Bebo tan de prisa que en menos de lo esperado el alcohol empieza a surgir efecto en mí. Cierro mis ojos y lo primero que llega a mi mente son aquellos hermosos ojos café, y aquel sonido de la pequeña risa que me regaló hace unas horas. No sé que estaba haciendo esa chica conmigo, pero me tenía más controlado de lo que yo tenía este negocio.
Inconscientemente, mi mano bajó hasta mis pantalones, y acarició por encima al prominente bulto que se estaba despertando entre mis piernas. Acaricié lentamente por encima del pantalón, mis ojos aún cerrados y mi mente adornada de aquel rostro, haciendo que aquel toque fuera insuficiente para lo que exigía mi cuerpo.
Desabroché las mangas de mi camisa, retiré la corbata y abrí los tres primeros botones de la camisa, desabroché la correa y bajé el cierre de mi pantalón. Mi miembro destacando aún más a pesar de la delgada tela que lo recubría. Pequeñas gotas de humedad se marcaban por toda el área, indicios de las pequeñas oleadas de placer que enviaba mi cerebro a mi parte baja. Acaricié más de prisa, dando pequeños apretones y llevando pequeñas caricias hacia mis testículos. Desesperado por un mayor contacto, metí la mano dentro de mis bóxers y le di la libertad que tanto buscaba mi pene. Un suspiro abandonó mis labios por la reciente liberación, agradeciendo la acción.
Mi mano subía y bajaba con tranquilidad, disfrutando toda la sensación que me pudiese proporcionar. Mi dedo pulgar viajó hasta la punta y dio pequeños círculos en ella, mi espalda se erguía por la sensación, mi mente graficando la escena como si no se tratara de mis manos, si no de las de otra persona. Ella.
Empecé a bombear con mayor fuerza, dando pequeños apretones y manteniendo un ritmo constante. Mi boca ligeramente abierta dejándose llevar de sus emociones. Los espasmos viajando por todo mi cuerpo.
Cuando supe que estaba cerca, aumenté la velocidad, pequeños gemidos casi imperceptibles salían con frecuencia de mis labios. Un suspiro dejó mis labios cuando por fin pude llegar al clímax, aquel líquido mojando mis manos y parte de mi abdomen, mi respiración agitada y un estallido de excitación inherente. Nuevamente empezando a sentir los efectos del alcohol.
Cuando supe que ya había terminado por completo, me puse de pie y me dirigí al baño. Agua fría y una buena siesta, todo lo que necesitaba ahora mismo.
Tal vez soñaría con ella.
Solo tal vez.

ESTÁS LEYENDO
Wet dreamZ [COMPLETA]
Novela JuvenilBela Solovieva ha vivido una vida normal para una chica de su edad, o eso era lo que todos pensaban. A los 17 años y sin ninguna experiencia en el amor, conoce a Fredek, de quien ella creía se encontraba totalmente enamorada. Todo marchaba de maravi...