CAPÍTULO 35

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Maksim Vólkov:

Me encontraba accediendo a nuestro edificio de trabajo dentro de la ciudad. Una sonrisa, muy habitual en las últimas semanas, le daba un toque de serenidad a mi rostro. Quién pensaría que soy uno de los mafiosos más poderos de Rusia. Y es que a decir verdad me siento agradecido de mi aspecto físico porque me ayuda a pasar desapercibido entre la sociedad.

Me ven y dicen: ¿cómo esa belleza podría estar en malos pasos? Oh querida, no te imaginas cómo sí puedo hacerlo.

Caminaba tranquilamente mientras mis hombres me daban la bienvenida con respeto, era un día bastante calmado para nosotros y creo que todos lo agradecemos. Utilizo el ascensor para llegar hasta mi oficina, al abrirse las puertas de este indicando mi llegada, saludo a los hombres que se encuentran cuidando de la puerta principal de la oficina.

—Buenos días, chicos. —los saludo.

—Señor, tiene una visita. —informa uno de ellos.

—¿Realmente está aquí? —cuestiono. Lo veo asentir y suelto una gran cantidad de aire de mis pulmones—. Debe ser algo bastante grave como para que haya venido de manera personal a reprocharme.

Me alejo de ellos y camino tranquilamente hasta la puerta, la abro de manera exagerada, lo veo sentando en mi silla mientras gira su arma entre sus dedos y finjo emoción al verlo.

—¡Padre! ¡qué gusto que estés aquí! ¿Quieres un té?

Nada de emoción en su rostro, no le divertía. Su gesto asesino no tenía ningún efecto sobre mí, no después de pasar una vida entera a su lado viendo cómo asesinaba sin piedad. Desde que tuve uso de razón, él no era quien iba a infundir miedo de ser asesinado en mí.

—Deja tus idioteces y siéntate. —ordenó. Hice lo que me pidió, solo para acortar esta visita indeseada.

—Tú dirás. No me digas que te entró el instinto paternal. —odio e ironía en mis palabras.

—¿Se puede saber qué mierda estás haciendo con mis negocios? —me preguntó.

—Ahora mismo... nada. Si fueras tan amable de irte y-

—¡Cállate la puta boca, Maksim! ¡y escúchame muy bien! —Smsentenció—. Estás rompiendo contratos, devolviste el lote de mujeres que venían de Tailandia, ¿qué mierda te pasa por la cabeza?

—Dije que quería desligarme de la trata de blancas. Que tus hombres hicieran lo que les dio la gana no es mi problema. —escupí.

—¿Mis hombres? ¡tú eres el que hace lo que te dé la gana! O explícame, no fuiste tú quien viajó a Corea y terminó asesinando al hermano de uno de nuestros mayores socios comerciales. —lo miré sorprendido. Pensé que no lo sabía—. ¿Qué pensaste? ¿Que no me enteraría? ¡YO TUVE QUE METER LA MANO AL FUEGO PARA QUE NO SE LLEVARAN TU CABEZA! ¿Y TODO POR QUÉ? POR UNA PUTA BAR-

Me puse de pie, mi arma apuntando fijamente su cabeza. Me miraba irónico.

—Termina la frase, y voy a volar tu cabeza. —advertí—. Nadie se sienta en mi mesa y habla mal de MI NOVIA. Nadie dice que va a tocarla y NADIE manda hombres hacia mi habitación mientras está en una reunión conmigo y termina con vida, ¿me entiendes?

Hice énfasis en cada palabra.

En lugar de sentirse amenazado, solo lo escuché reír.

—No me digas que estás enamorado Maksim. —no obtuvo respuesta, solo lo miraba con odio—. Maksim hijo, ya sabes que eso nunca termina bien, tu m-

—No te atrevas a hablar de mi madre, de mí o de mi novia. No quiero que te atrevas a poner su nombre en tu boca y por tu bien, espero que tus hombres estén a más de 100 metros de distancia de ella. ¿Entiendes? Le tocas un solo cabello y por cada hebra voy a darle 10 disparos a cada uno de tus hombres.

—Me estás diciendo que prefieres poner a una mujer por encima de tu familia... me sorprendes Maksim.

—Cualquier ser humano razonable pondría a cualquier cosa por encima de ti. Era muy obvio como para tener que enfatizarlo. —lo vi ponerse de pie, una pequeña risa silenciosa.

—Bien Maksim, yo sé que eres un hombre razonable. Vas a cambiar de opinión, espero que lo hagas. —ahora era yo quien reía.

—¿Me estás amenazando? —le cuestioné.

—Yo no amenazo, advierto. Deberías saberlo. Mantén los ojos abiertos Maksim, cegarte te podría salir muy caro.

No moví de un solo pelo para despedirlo, al pasar por mi lado palmeó mi hombro y se fue.

◇◇◇

Bela Solovieva:

Agradecí al conductor del taxi mientras veía cómo este se iba. Suspiré, hace tantas semanas que no venía y siento que, necesitaba de aquel encuentro. La gerente del cementerio me saluda, ya siendo bastante conocida mi presencia por este lugar. Sostengo con fuerza los ramos de flores entre mis manos.

Rosas para mi madre y Hortensias para mi papá.

Hago el ya conocido trayecto hasta su fosa, en mi camino cruzándome con cientos de placas de descensos adornadas de flores multicolores, velas, fotografías y regalos. Todo esto dándole al ambiente un toque muy cálido, de cierta forma brindado tranquilidad y apoyo a las personas que vinieran a visitar a sus familiares.

Lo digo porque, estamos acostumbrados a creer que la muerte debe ser un proceso metódico. Usar solo colores oscuros, preferiblemente el negro, lamentarse y compartir tu lamento con otros. Me refiero a que, respeto el hecho de que algunos decidan hacerlo de esa forma.

Pero, ¿Por qué la muerte debe ser triste? Yo lo entendí meses después de que mis padres murieron. Y es que aunque no los tenga aquí a mi lado, los encuentro en una canción, en la taza de café que me tomo por las mañanas, en las pequeñas flores que crecen en los arboles, en las risas, en el amor.

Sonreí, cuando por fin llegué al lugar. Mis padres estaban enterrados justo delante de un gran roble, la idea de que al final sus cuerpos se unieran con las raíces dándole vida a algo más luego de que las suyas fueron apagadas, era una sensación muy reconfortante.

Me arrodillé, quedando frente a las dos placas que se encontraban una sobre la otra, por falta de espacio. Acaricié sus nombres, cuánto los extrañaba.

—Hola papá, hola mamá. —una lágrima abandonó mis ojos—. Ahora sí pude traerles un ramo de flores a cada uno. Tengo dinero para comprarte tus hortensias papá, muchas, todas las que quieras. Mamá, rosas de todos los colores para ti. Ya no será una sola flor, serán muchas.Todas las que merecen. —no pude aguantar más todas las lágrimas y me vi obligada a dejar escapar—. Perdón por no venir antes, mi vida ha sido un caos últimamente. Pero ahora estoy bien, tengo un lugar donde vivir, puedo comer todo lo que quiera. Estoy en la universidad. —reí—. Voy a ser una arquitecta, como papá siempre prometió que sería. —hice una pausa, y su rostro vino a mi mente—. Conocí a alguien. Alguien que me ama y me trata muy bien, es un caballero. Creo que a papá no le hubiese gustado saber a qué se dedica, pero es un buen hombre. No sabe cocinar, pero sé que mamá le hubiera enseñado.

Reí un poco más.

—Los extraño. Los extraño mucho. —sollozos son escuchados venir de mí—. Pero sé que tengo que ser fuerte, voy a vivir por ambos. Ahora lo haré.

◇◇◇

Anónimo:

Miraba tranquilamente a través de mis lentes, como la pequeña Bela lloraba descontroladamente frente a la tumba de sus padres. Patética.

Su presencia solitaria me hizo comprender que Maksim estaba muy ocupado siendo regañado por papi. Y Alexei no aguanta otra copa más de Ron.

Cada uno estaba justo donde los quería.

¿Quién creen que va a caer primero?

Wet dreamZ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora