CAPÍTULO 20

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Maksim Vólkov:

—La mercancía llegará mañana a la media noche. Los mexicanos están emocionados por recibir su cargamento pues hace tiempo que no hacían negocios con nosotros.

Escuchaba atentamente las palabras de uno de mis hombres, se encuentra haciendo el trabajo del imbécil de Komarov y puedo jurar que lo hace mucho mejor que él. Alexei también se encontraba en la oficina y otros tres hombres más. Cuando terminó de explicar todo lo que había organizado, me puse de pie.

—Excelente trabajo, confío en que las cosas saldrán bien. Los mexicanos son unos excelentes clientes, nunca hemos tenido problemas con ellos y es mejor que siga así. Alexei, acompañalos fuera. —volví a mi asiento y esperé a que Alexei se hiciera cargo.

Cuando todos estuvieron fuera, cerró la puerta y volvió hasta mi escritorio, sentándose del lado contrario al mío. Mantuve mi gesto serio mientras veía cómo hacía lo posible por controlar aquello que quería salir de su boca.

—Si sigues riéndote te juro que no sales de aquí con vida. —mi amenaza solo lo hizo reír aún más.

—Lo siento, pero es que yo no pude dormir después de verte tan preocupado porque pudiera verle la florecilla a tu chica. ¿Cómo es? ¿lo tiene b-

—¡Mierda, Alexei! Que jodido asco. Necesitas una novia para dejar de meterte con la de los d-

Me detuve cuando fui consciente de lo que iba a decir. Alexei abrió los ojos con sorpresa y emoción.

—No... -exclamó con emoción.

—Olvídalo, olvídalo, no te atrev-

—¡Estás enamorado! JAJAJA. Qué pasó papi, ¿no que cero romance y solo noches de pasión? Amo a esa chica, de verdad que lo hago. —lo miré con odio—. Amor de hermanos, mierda. De familia. Jodido celoso.

—Deja de meterte en mi vida privada y hablemos de negocio. Metiche. —imitó mi voz en un susurro para luego acomodarse en el asiento.

—Y bien, necesito que me expliques por qué Komarov estuvo aquí ayer y por qué no veo la mercancía que perdió por ningún lado. O peor, por qué salió con ambas piernas de aquí.

—Sí tiene la mercancía, mis chicos se encargaron de comprobarlo. En tanto la razón por la que estuvo aquí, fue por el tema de la mula.

—¿Una mula? No se supone que lo haría directamente él? —Alexei se miraba confundido.

—La verdad es que yo también lo creía, sin embargo, me conviene que pase el aeropuerto con vida. Necesito que alguien sea el control de daños en caso de que ocurra alguna falla. El aeropuerto está totalmente rodeado por militares, los coreanos volvieron a hacer de las suyas y ahora nosotros tenemos que cargar con los platos rotos.

—¿Otra vez los coreanos? Te dije desde un primer momento que era un error hacer negocios con ellos directamente en Rusia, Maksim. —me reprendió Alexei.

—Lamentablemente en aquel momento era un joven recién entrando a la adultez y sin ninguna experiencia en el negocio. Creo que es una de las cosas de las que más me arrepiento, sin embargo, mientras ellos no se metan con nosotros no tendremos ningún problema.

—Eso espero. ¿Sabes a quién usará Komarov de mula? —cuestionó Alexei con intriga.

Tomé la botella de whisky y dos vasos, nos serví un trago a ambos. Hicimos un pequeño brindis y bebimos. Entonces, respondí:

—Sabes que no me meto en esos asuntos, no desde... ya sabes. —serví otro trago para mí y lo bebí con fuerza.

—Bueno, supongo que Fredek utilizará a alguno de sus conocidos del bajo mundo.

—Me importa muy poco a quien use, él sabrá a quién decide joderle la vida.

◇◇◇

Alexei Vodianov:

Eran las 6 de la tarde cuando fui a buscar a Bela a la universidad luego de que tuviera que ir a presentar unos proyectos que obviamente no podía llevar caminando. La escuchaba hablar sobre su día con emoción mientras yo la miraba a través del espejo retrovisor. Mi teléfono no dejaba de vibrar anunciando la llegada de varios mensajes, no hice siquiera el intento de levantarlo sabiendo que se trataba de Maksim haciendo preguntas estúpidas sobre Bela. Pobre chica, yo cargo con Maksim a diario pero menos mal no me toca su versión enamorada porque a la primera lo hubiese enviado a la friendzone.

Cuando llegamos a su edificio, se despide de mi fervientemente y accede a él. Sonrió un poco y acelero el vehículo, volviendo al trabajo.

Al llegar al edificio con fachada de "empresa" voy directo hasta la oficina de Maksim, doy unos pequeños toques en la puerta y me invita a pasar. Lo encuentro sentado en su escritorio mientras sus manos tecleando nerviosamente el teléfono.

—Oh, por favor Maksim. —da un pequeño salto, sorprendido. Ya puedo imaginar lo tan concentrado que estaba—. ¡Está viva! Deja de parecer un acosador, no es romántico. Das miedo.

Me siento al lado contrario de él en el escritorio. Deja de teclear y me presta atención.

—En mis tiempos se hacía así. —se defendió. Era visible, estaba totalmente perdido.

—¿En tus tiempos? Por qué hablas como si tuviéramos 50? Incluso tu padre parece más joven que tú. Anciano.

—Jodete, Alexei.

Su teléfono suena anunciando que recibió un mensaje y cuando lee la pantalla, sus ojos se iluminan. Un leve sonrojo aparece en su rostro y las comisuras de sus labios se extienden para formar una pequeña sonrisa. No tenía que ser adivino para saber de quién era el mensaje.

Contestó con emoción, y cuando se dio cuenta que lo estaba observando dejó su teléfono sobre la mesa y puso su semblante serio. Carraspeó un poco para recuperar la cordura, y habló:

—¿Qué haces aquí nuevamente? Pensé que te irías a casa. Ya no hay nada más que puedas hacer, y yo puedo manejar solo.

—Yo, volví porque tengo algo que decirte. —su semblante se relajó, no esperando nada que pudiera sorprenderlo.

—¿Y qué es eso tan importante que no puede esperar a mañana? —cuestionó.

Tenía que decirle, pues aquello era un tema que nos involucraba a ambos. Con el poco valor que tenía en aquel momento, decidí contarle.

—Yo, hace unos días... tuve un encuentro con alguien, alguien que no veía hace mucho.

—¿Y ese alguien es...?

Dije su nombre, lo bastante claro como para que pudiera escucharlo y comprender a lo que me refería.

Su cara palideció y su gesto decayó. Puedo jurar que desde aquí escuché como su corazón se detuvo.

El pasado siempre vuelve, si nunca se aprende de él.

Wet dreamZ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora