CAPÍTULO 13

959 162 2
                                    

Maksim Volkòv

Frente a frente, este momento me recuerda a la primera vez que estuvimos en esta mesa algunos meses atrás, sin embargo, mi cuerpo está agotado, siento haber perdido el tiempo y toda mi complexión lo sabe. Mis ojeras son más prominentes y aun así, nada de lo que he hecho ha podido llenarme. Parezco un títere manejado por un ser aún más despreciable que yo. No es que le tenga miedo, nunca lo he hecho, pero cuando pensaba en perder mi negocio, me asustaba.

Sin embargo, ver la forma en que fui abandonado por mi familia y luego despreciado por mi propia esposa, me hace ver que esto no significa nada si tengo que dejar de lado a las únicas personas que me hacen contemplar el verdadero sentido del amor. Mis ojos se mantienen rojos debido a la falta de sueño, pues anoche no fui capaz de abrir la puerta que me separaba de mi amada, para poder decirle todo y rogar por su perdón, que no merezco en absoluto.

—2 días. Es lo único que falta para que tu plazo se venza. —habla Urzúe, cortando el silencio. La observo—. Cariño, si sigues en ese estado, pensarán que mi esposo padece de alguna enfermedad. —se burla.

Elevo mi rostro hacia ella y no despego mis ojos de ella.

—No lo haré. —escupo.

Su sonrisa desaparece.

—¿De qué mierda estás hablando? —cuestiona. Trago con dificultad buscando fuerzas para responder nuevamente.

—Dije... Que no lo haré. —vuelvo a responder.

Intenta ponerse de pie e inmediatamente saco mi arma, apuntándole.

—De verdad que no sab-

—Yo que tú cierro la boca, y escucho. —la corto y me pongo de pie, caminando hacia ella—. Le vas a ordenar a tus hombres que se retiren de todos mis negocios, le dirás a tu padre que ya no quieres casarte conmigo y que dejarás que rompa el contrato y por último, y no menos importante, vas a decirle a tu gente la verdad.

Mi arma se mantiene sobre su cabeza, sonríe.

—¿Y cuál sería esa verdad, según tú? —interroga.

Esta vez soy yo quien sonríe.

—Que Maksim Volkòv nunca estuvo dispuesto a casarse con una zorra como tú, así que tuviste que acceder al soborno a través de tu querido padre para poder obtener un poco de amor.

Urzúe está atónita.

—¿De verdad crees que te dejaré en paz tan fácilmente después de esto? —espeta—. La única razón por la que mi padre ayudó al tuyo y ahora te ayuda a ti es POR MÍ, porque aunque deseaba tenerte, no quería casarme contigo cuando estuvieras en la ruina. —confiesa.

Acerco mi rostro al suyo.

—Ya que no me querías en la ruina tal vez puedas tenerme cuando esté en mi tumba. —alejo el arma de su cabeza y me dirijo a la salida.

—¡¿Por qué haces esto?! —grita—. ¿Por qué, si ibas a tomar el papel de héroe, me hiciste caso todo este tiempo?

Me detengo, más no doy la vuelta.

—No había pensando en hacer este papel. Pero resulta que mis demonios no son más fuertes que el amor que le tengo a mi familia. —pauso—. No quiero esta mierda, si quedarme con ella significa que mis hijos me vean de la misma forma en que yo veía a mi padre.

—¿Y acaso crees que tu linda esposa te estará esperando para recibirte con los brazos abiertos? —su espada dio en el punto exacto.

—No importa si me quiere o sigue pensando que soy un animal. —giro hacia ella y sonrío—. Cuando era una estudiante universitaria le prometí esperar toda la vida por ella. Ahora es la madre de mis hijos y no ha pasado mucho tiempo así que en tal caso de que no quiera volver ahora, estoy dispuesto a esperar más.

Wet dreamZ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora