CAPÍTULO 21

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Bela Solovieva:

6:40 am.

Dormía plácidamente sobre el frío edredón que cubría mi cama, el clima estaba bastante agradable como para querer salir de la casa, ni siquiera de la cama. Mi cuerpo aún se mantenía extremadamente cansado pues anoche me desvelé exageradamente por estar texteando con... ya saben quién.

Mis cortinas se encontraban cerradas evitando que cualquier indicio de luz solar que pudiera llegar a aparecer se filtrara hasta la habitación. Me encontraba acurrucada debajo del gran edredón como un pequeño gatito. Mi paz era tan inmensa hasta que el sonido de mi teléfono resonó por toda la habitación.

Supe que no se trataba de la alarma por el tono. Alguien me estaba llamando. Como pude, alcancé el teléfono que se encontraba sobre la mesita de noche y contesté, aún dormitando.

—¿Hola...? —mi voz adormilada dejando escapar un leve bostezo.

Un llanto se escuchaba desde el otro lado de la línea, una corriente fría recorrió todo mi cuerpo.

—Bela, Bela... —me levanté de prisa, aquella voz hizo el trabajo de un balde de agua fría para terminar de despertarme.

—¿Fiodor? —cuestioné con preocupación.

—Necesito que vengas a Ia casa, por favor. Van a venir por mí. —onaba totalmente agitado a través de la línea.

—Fiodor, ¿qué está pasando? —me puse de pie y empecé a buscar ropa mientras mantenía el teléfono pegado a mi oído.

—Van a venir por mí, Bela. Me van a matar. —su llanto cada vez más descontrolado.

—Dime dónde estás.

—E-en el viejo departamento. —supe inmediatamente dónde era.

Fiodor había comprado un apartamento para irse a vivir solo, pero por alguna extraña razón sus padres se lo prohibieron rotundamente, así que solo lo usaba cuando quería ir a pasar el rato fuera de casa o para guardar sus trabajos artísticos.

—Voy para allá. —y dicho esto, le colgué.

Terminé de subirme el pantalón y salí de la habitación lo más rápido posible. Tomé las llaves de la casa y salí rumbo a aquella locación.

◇◇◇

Tuve que pedir un taxi pues a esta hora no pasaba ningún autobús cerca de casa. Esperé más de 15 minutos a que llegara y no lo culpo, estaba bastante lejos de la zona pero era el único que había aceptado venir hasta acá. Me muevo desesperada de un lado a otro hasta que veo llegar un auto color negro a la entrada del edificio y sé que se trata de él.

Al llegar al residencial, pago mi tarifa y agradezco al conductor. Me dirijo al interior de este y accedo a la planta correcta. Llamo al ascensor pero cuando noto que tarda mucho en llegar, decido tomar la otra opción.

Camino con prisa a través de las escaleras hasta llegar al piso correcto. Me acerco a la puerta de Fiodor y doy pequeños toques.

—¡Fiodor! Abreme la puerta, soy Bela. —no hizo falta volver a gritar porque la puerta cedió inmediatamente.

Me hizo señas para que entrara. Sin embargo, su mirada me dio bastante miedo.

—Yo no quise. No quise hacerlo. —no sabía de qué hablaba, mis ojos viajaron hacia la sala, mi pulso se detuvo.

Una camilla y varios instrumentos de cirugía. ¿Qué mierda era eso?

—Fiodor... Fiodor, ¿qué está pasando? —estaba muy asustada, mis piernas empezaron a flaquear.

—Bela, perdóname.

—Qu-

No pude terminar la frase, un piquete en mi cuello enviando una sustancia desconocida a través de mi cuerpo. Mi vista se nubló y mi cuerpo empezó a ceder ante el cansancio que lo estaba invadiendo.

Alguien me sostenía por la parte de atrás. No podía moverme en absoluto. Escuché una voz un poco lejana detrás de mí, y entonces lo entendí.

—Esto no tenía por qué terminar así, cariño.

Y sin más, me dormí.

◇◇◇

Fredek Komarov:

El imbécil de Fiodor solo lloriqueaba como un marica mientras yo me encargaba de cerrar la puerta y arrastrar a mi hermosa novia hasta la camilla. Llevamos días planeando esto y es sorprendente lo rápido que cayó la muy inocente.

Planeamos usar de mula a uno de los imbéciles a los que les vendía, pero eso cambió hace unos días cuando unas fotos llegaron a mi poder. Sin destinatario y solo con una nota que decía "Tómalo como un favor".

Aquellas eran nada más y nada menos que fotos de Bela, acompañada de Maksim Vólkov. Mi sangre hervía sin poder evitarlo, ¿cómo mierda se atreve a meterse con mi chica?

Las fotos eran muchas y de diferentes días. Otras más de este enviando regalos a casa de ella, y Bela recibiendolas con emoción. Es una perra que terminó mordiendo la mano de quien le daba de comer.

La ira se apoderó de mí y tomé una gran decisión. Tendría que manipularla Fiodor para que también participara, pero era algo que resultaba bastante sencillo cuando de Bela se trataba.

La verdad era que no me importaba si ya no quería estar conmigo, pero por ninguna razón iba a permitir que Vólkov tuviera lo que alguna vez fue mío. Y ahora que he descubierto que tiene un punto débil, voy a darle por donde más le duele y le voy a enseñar que esta mierda de negocio, nadie sale limpio.

Preparaba todo el instrumental, me coloqué los guantes y miré hacia atrás. Fiodor aún seguía en el mismo lugar.

—Ya hiciste esta mierda, así que deja de lloriquear y mueve tu culo hasta aquí. No tenemos todo el día.

—Nunca me va a perdonar. —dijo en un susurro.

Dejé lo que estaba haciendo y me acerqué a él. Tomé su rostro con fuerza y lo obligué a mirarme.

—Escúchame bien. Las personas como nosotros no tenemos perdón de Dios, no nacimos para ser aceptados y amados por los demás. Deja de comerte la cabeza con algo que estás consciente no va a pasar. Esta es nuestra vida y tenemos que hacernos cargo de ella aún si eso significa ser los malos de la historia.

—Y-yo

—Tú y yo nunca tuvimos la opción de elegir lo que queríamos ser, así que este es el momento de que te olvides de ella y termines de hacer lo que empezaste. Ahora quiero que muevas tu cuerpo y me ayudes. Si lo hacemos bien, tu amiga no morirá. ¿Entiendes?

Asintió con la cabeza y limpió sus ojos. Se giró hacia la camilla y me ayudó a empezar a organizar todo.

Qué comience el espectáculo.

Wet dreamZ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora