CAPÍTULO 14

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Bela Solovieva:

Las cosas suelen cambiar con mucha frecuencia, y yo soy una de esas personas que cree firmemente en aquello, por experiencia propia. Abro la puerta principal del departamento para recibir unas flores y un pequeño paquete, últimamente se ha vuelto una rutina así que no me sorprendo con el gesto de afecto.

Luego de firmar y agradecer al chico del correo, cierro la puerta y me dirijo a la sala. Coloco las flores sobre la mesa y tomo el pequeño paquete, leo la nota que lleva sobre el envoltorio:

"Odio a cada ser humano en esta tierra, incluso me odio a mí mismo. Quisiera decir que te odio más a ti, pero es que ese es el problema; no puedo odiarte como al resto de los humanos."

Una pequeña sonrisa se formó en mis labios. Rompí el papel para encontrarme con una edición de la obra "La náusea" de Jean Paul Sartre.

El regalo no necesitaba un destinatario para saber de quién se trataba. Sí, de Maksim Vólkov. Quiero decir que me alejé de él y que lo saqué por completo de mi vida, pero les estaría mintiendo. Últimamente suele enviarme muchos presentes, no dinero ni joyas. Me envía libros, flores, o cualquier comida que crea necesito probar. Hemos hablado varias noches por llamada, y aunque al principio me negaba un poco, hemos terminado por contarnos nuestros días por mensajes de texto.

Y sí, sé lo que están pensando. No creo estar enamorada de él, tal vez me llame la atención sexualmente, o tal vez...

No, tal vez nada.

También aunque no lo diga, sé que ha puesto a su amigo Alexei a que me siga el paso. ¿Cómo me di cuenta? Pues, cuando empecé a verlo en la cafetería de la universidad, en el parqueo, fuera de el aula... en fin, un trabajador muy discreto.

En cuanto a Fiodor, aún no hay señal de él. No ha venido a sus clases y cuando fui a su casa, aunque parecía haber personas dentro, nadie salió a recibirme. Me he cansado de dejarle mensajes y hacerle llamadas, con la esperanza de que algún día conteste. Le pregunté a uno de sus compañeros de clases y una de las pocas personas con las que Fiodor suele tener contacto. Jeremy, dijo que hace unos días lo encontró en un bar pero que cuando quiso acercarse, le pidió que se fuera y que lo dejara solo. También dijo que días antes de dejar de asistir a la universidad ya estaba actuando bastante extraño, como si temiera de algo.

Otro que no ha dado señales de vida, es Fredek. No es que lo quiera devuelta en mi vida, porque siquiera fue capaz de hacerme una llamada e intentó dejarme en la calle sin previo aviso. Pero no puedo negar que me pone nerviosa imaginar qué estará haciendo allá afuera, dónde estará metido e incluso si se encuentra cerca de mí. Lo más probable es que él si tenga información referente a Fiodor, ya que ambos eran inseparables. ¿Y si Fiodor se enteró sobre lo que en realidad hace Fredek? Y si esa es la razón por la cual desapareció?

Una nueva duda se implanta en mi cerebro y sacudo mi cabeza, me he perdido la mitad de la clase por estar pensando en estas cosas, si sigo así, lo más probable es que repruebe y Maksim le de mi cuerpo de comer a sus perros por hacerlo gastar su dinero en vano.

◇◇◇

—¿Tienes novia?

—No.

—¿No quieres una? —pregunté mientras tomaba de mi batida. Alexei me acompañaba en contra de su voluntad luego de que le dijera que si no se sentaba conmigo, le diría a Maksim que dejó de seguirme y que casi me roban.

Sí, muy dramático de mi parte.

—Bela, ¿ya acabaste con tu jugo? —sonreí al escuchar que, o dejó sus formalidades, o estaba muy cansado de mí como para ser respetuoso.

—Tranquilo, igual no tengo a nadie para presentarte. —dije mientras hacía un puchero.

—No me digas que alguien tan carismática como tú no tiene un club de fan. ¡Pero si eres un encanto! —dijo sarcásticamente para luego reír.

—No soy el tipo de persona con el que los demás se quieren juntar. Me refiero a, no suelo hacer lo mismo que los jóvenes suponen es normal hacer a esta edad. Tal vez por eso no me quieren en sus grupos de amigos. Además, siempre he vivido al justo, el dinero no me alcanza para salir y divertirme sin ninguna preocupación, ¿entiendes? Ellos gastan su dinero con facilidad y yo hago una compra de más y estoy tipo ¿me alcanzará para la comida? ¿Tengo para pagar el bus? —Alexei escuchaba con atención, su gesto indicó que se sentía identificado con lo que estaba diciéndole.

—Te entiendo, más de lo que crees. Y en vista de eso, ¿adivina qué? —preguntó.

—¿Qué?

—En vista de que tu único amigo está desaparecido, voy a hacerme tu nuevo mejor amigo. Voy a comer contigo y voy a escuchar tus dramas amorosos, menos las partes sexuales por favor. —reí ante eso último—. Te voy a llevar a casa y te llevaré a comer siempre que Maksim no se dé cuenta para no perder mi empleo, ni mi cabeza. ¿De acuerdo?

Sonreí ilusionada.

—De acuerdo.

◇◇◇

Maksim Vólkov:

—¿Puedes creer que me chantajeó para que me sentara con ella? Es increíble.

Me reía fuerte mientras Alexei contaba indignado cómo Bela lo había amenazado. Por otra parte estaba feliz de que se sintiera cómoda en su presencia y no sintiera que la estaba acosando o algo por el estilo.

—Deja de quejarte tanto. Necesito que me hagas otro favor, un poco más de negocios.

Dije, entrando en personaje.

—¿A parte de esto, pides más? No quiero seguir rodeado de adolescentes. Me desnudan con la mirada.

—Necesito que entres al apartamento de Bela mañana, cuando esté en la universidad.

—¿Por qué harías eso Maksim? Eso es demasiado acosador.

—No lo hago por ella imbécil, necesito saber si Komarov dejó algo de valor allí. Dinero, papeles, armas, drogas. Cualquier cosa que lo involucre directamente con el negocio.

—¿Pasa algo con Komarov? —preguntó Alexei. Al fondo se escuchan varias voces femeninas aclamándolo.

—¿Desde cuándo eres famoso? volviendo al asunto, no sucede nada. Pero necesito encontrar cualquier cosa que me ayude a mantenerlo a raya, hasta que no me sea más necesario.

—¿Vas a matarlo?

—La única razón por la que Komarov aún sigue con vida, es porque es el único imbécil que arriesgaría a realizar la próxima entrega. Una vez suceda eso, le daré un pase al otro mundo.

—¿Lo vas a matar por negocios o porque no quieres competencia? Uyy, Mak-

Colgué la llamada antes de permitir a mis oídos sangrar con lo que sea que Alexei iba a decir.

Estando todo en orden por aquel lado, tomé la sierra eléctrica y me giré hacia las dos personas que se encontraban atadas de manos desde el techo.

—Y bien, ¿dónde nos quedamos?

Wet dreamZ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora