Narra Kiana
Suspiré y me acomodé el bolso sobre el hombro, comenzando a recorrer los pasillos de ese aeropuerto que me trajo el recuerdo de la vez que fui secuestrada.
FlashBack
Me entregaron mis bolsos. Tragué saliva y los dos hombres que venían conmigo en la camioneta, me hicieron caminar entre ellos a la entrada del aeropuerto.
¡Corre, idiota! Me gritaba mi subconsciente y eso hice. Les di un golpe en la ingle a cada uno y comencé a correr por el aeropuerto en busca de algún policía. Sentía que el pecho me ardía. En esos momentos quería patearme mentalmente por fumar tanto.
Corrí con todas mis fuerzas hasta que mi cabeza fue tirada hacia atrás y mi cuero cabelludo comenzó a arder.
—Mal hecho perrita.— Me susurró un hombre en mi oído y me vi arrastrada a los baños.
Fin del FlashBack
Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, haciéndome tomar una postura completamente erguida mientras paseaba la vista por todo el lugar. Me senté en una de las sillas frente a las puertas de embarque, dejando el bolso sobre mis piernas.
Tomé el papel con la dirección del hotel y le di un vistazo. Mordí mi labio inferior, conteniendo las ganas de llorar.
Estaba de vuelta en mi país y no me quedaba mucho para poder rescatar a Lana y a Giovanni. La angustia habitaba en cada rincón de mi ser ante la idea de que no tenía ni la mínima idea de dónde empezar a buscarlos.
Suspiré de nuevo y miré hacia todos lados, intentando buscar un lugar donde podrían estar.
Apreté la mandíbula cuando pensé en el edificio de la bruja. Y sabiendo que era lo más lógico comenzar allí, mi rabia aumentaba. Debía cruzarme por allí e intentar encontrarles. Si no estaban, al menos debía sacarle información a ella.
Era más que obvio que sabía dónde estaban.
Y en dado caso, también sería una excelente oportunidad para encontrar más pruebas sobre el asesinato de mi padre. Una enferma como ella seguramente tendría algo de aquello escondido. Y yo lo encontraría.
Mientras más pruebas, más tiempo en la cárcel. Y sinceramente estaba sintiendo tanto odio, tanto rencor, que lo único que podría hacerme sentir satisfecha sería que se pudriese en una celda.
Maldita.
Guardé el papel en el bolso de nuevo, decidiendo que iría a registrarme luego de intentar encontrarles. Volví a colgarme el bolso al hombro y salí dispuesta a tomar un taxi. En uno de los bolsillos recordaba que Renatta había puesto un poco de dinero.
Lo suficiente para estar allí por unos dos días.
Pero algo me decía que pasaría más tiempo de lo pensado en los Estados Unidos.
~~~
Mi respiración se aceleró debido a la rabia corriendo fuertemente por mis venas al estar de pie frente aquél edificio. Aquél sitio lleno de malos recuerdos, de llantos, de injusticias. Ese lugar en el que mi vida se había convertido en una pesadilla, donde los gritos más desgarradores habían quedado encerrado entre cuatro paredes.
Donde mi pasado volvía a sonreírme.
Me aferré a una de las cintas del bolso con fuerza y comencé a caminar hacia el edificio. De inmediato mi estómago dio un vuelco y sentí náuseas.
—Tranquilos, no estaremos aquí por mucho tiempo.— Murmuré acariciando mi vientre suavemente.
La idea de volver a ver a esa mujer me revolvía los intestinos. No quería verla, porque sabía que mis ganas de torturarle hasta que confesara ante mis ojos que ella era la culpable eran inmensas. Y ahora que no era la misma Kiana que había abandonado aquél edificio para irse a vivir con Tom Brunette, sabía que podía hacerlo.
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Falling Down
General Fiction¿Qué sucede cuándo a una chica la obligan a, prácticamente, arruinar su vida? ¿Y si la persona que la somete a esto, fuese una de las que debe amarla más que a cualquier cosa en el mundo? ¿Qué puede llegar a ocurrir si la vida obliga a una joven a c...