Falling Down - Capítulo 9

14.5K 931 8
                                    

El sol me pegó de lleno en la cara y gemí con molestia. Me dolía todo el cuerpo por haber dado guerra esa anoche, y lo peor había sido que, a pesar de dar guerra, no pude evitar que ese maldito hiciera conmigo lo que se le dio la gana.

—Levántate.— Escuché su voz y mis ojos se abrieron de golpe.

Me di cuenta de que estaba desnuda bajo el edredón. Esto solo me produjo unas náuseas impresionantes. Si no hubiese sido porque la bruja nos había enviado al médico a todas para que nos implantaran métodos anticonceptivos, me asustaría.

Lo miré seria mientras me sentaba en la cama, intentando a toda costa que ninguna partícula de mi piel fuese mostrada por debajo del edredón.

Me quedé sin decir una sola palabra para que entendiera que no me iba a levantar hasta que no saliera de allí.

—Arréglate que vamos a salir.— Dijo simple y salió de la habitación.

Me di cuenta de que había estado reteniendo el aire en mis pulmones así que lo solté con frustración mientras me tapaba la cara con las manos. ¿A dónde íbamos? Miré el reloj digital que había sobre la mesa de noche. Marcaba las nueve treinta. Suspiré cansada y me levanté para dirigirme al cuarto de baño.

De verdad necesitaba una relajante ducha, y si ahora esta era mi habitación, lo aprovecharía.

~~~

Salí luego de un relajante baño de burbujas en ese espacioso jacuzzi y saqué todas mis cosas de mi bolso para buscar algo que ponerme. Opté por un top de tirantes negro con estampado de flores rosa pálido que solo tapaba mis senos y parte de las costillas. Un short de mezclilla corte alto y mis botas negras hasta la pantorrilla. Ya debía botarlas, estaban muy rotas y viejas, pero eran demasiado cómodas.

Amarré mi cabello en un rodete desordenado y salí de la habitación. Al bajar las escaleras y entrar a la cocina, me encontré con Tom charlando con una señora de unos sesenta años. Era regordeta y pelirroja. Me sonrió amablemente y traté de hacer lo mismo pero solo pude sacar una mueca.

—Carolay, ella es Kiana. Va a estar con nosotros un tiempo. Kiana, ella es Carolay, va a estar a tus servicios siempre que quieras.— Dijo él son una sonrisa.

—Hola.— Dije simple.

—¿Vas a querer algo para desayunar?— Preguntó el imbécil y yo solo negué con la cabeza.

Su expresión se endureció pero por más que quisiera, no consiguió intimidarme. Crucé mis brazos sobre mi estómago y él suspiró abatido.

—Vamos entonces.— Dijo haciendo una seña hacia la puerta para que saliera.

—¿A dónde me llevas?— Pregunté seria.

—Negocios.— Dijo encogiéndose de hombros.

—¿Negocios?— Pregunté frunciendo el ceño.

—Y de compras.— Dijo asintiendo.

Solté una carcajada.

—¿Tú? ¿Me vas a llevar de compras?— Dije entre risas.

—Sí.— Dijo sencillo.

—Tengo ropa, gracias.

—Preciosa, ahora trabajas para mí.

—¿Y?

—Que no vas a seguir utilizando ropa como esa mientras vivas conmigo.— Dijo haciendo una expresión de disgusto hacia mí.

Levanté una ceja. Era cierto que no tenía mucha ropa, pero tampoco era para mirarme así. Imbécil.

—Lo que sea.— Dije rodando los ojos y saliendo de la cocina

Falling DownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora