FlashBack
—Kiana, ¿podrías venir un segundo?— Me llamó mi madre desde la sala.
Salí de mi habitación y fui directamente a la sala. Mi madre estaba sentada en uno de los muebles, fumando un cigarrillo mientras leía una revista. Al verme dejó la revista a un lado y me hizo una seña para que me sentara a su lado así que eso hice.
Me miró fijamente por lo que me pareció un minuto y luego sonrió ampliamente.
—Cariño, ya tienes doce años, ¿cierto?— Preguntó tomando mi mano izquierda entre las suyas.
—Trece.— Corregí confusa.
¿A dónde quería llegar con esto?
—Trece...— Murmuró mientras asentía con la cabeza y analizaba todos mis rasgos faciales con cuidado.
—A estas alturas, ya debes haber experimentado cambios en tu cuerpo, ¿me equivoco?— Hablaba con demasiada cautela, tanta, que daba miedo.
—¿A qué te refieres mamá?— Fruncí el ceño con confusión.
—Oh Kiana, cariño...— Acarició mi rostro.—Iré al grano.— Dijo con una sonrisa y yo simplemente asentí.
—¿Te vino?— Preguntó en casi un susurro.
Fruncí más el ceño, si es que era posible, y aparté mi mano rápidamente. Por supuesto que ya me había llegado mi primer periodo, hace un año y medio ya.
Pero mi madre es tan atenta (nótese el sarcasmo) que se viene a preocupar por estas cosas luego de mucho tiempo perdido gracias a su enorme adicción a las drogas.
—Hace año y medio.— Contesté seria.
—¡Oh! Maravilloso.— Dijo dando palmaditas con sus manos como si fuese algo para festejar.
—¿Qué sucede?— Pregunté al fin.
—Dime algo niña, ¿qué talla de sujetador eres?— Preguntó sonriendo y haciendo una seña hacia mi pecho con uno de sus dedos.
—Mamá, basta. Nunca te ha importado nada de esto, ¿por qué ahora sí?— Dije levantándome del sofá y ella me tomó de forma brusca del brazo.
—¡Sólo responde!— Exclamó furiosa.
—32A.— Dije frunciendo el ceño y ella me soltó.
—Ya crecerán.— Sonrió.
Acaricié mi brazo que ahora estaba rojo y tenía las marcas de las uñas de mi mamá.
—Oh cariño, lo siento. Creo que me hiciste molestar, de nuevo.— Dijo encogiendo los hombros mientras buscaba otro cigarrillo de la mesa principal de la sala y lo encendía.
—Sólo quiero saber qué pasa.— Dije con miedo a su posible reacción.
—Oh nada, solo que tengo planes maravillosos para ti y para mí, cariño.— Dijo sonriendo mientras se acercaba a mí para acariciar mi cabello.
—¿Qué hay de Giovanni?— Pregunté preocupada por el bienestar de mi hermano dos años menor.
—Ya estoy trabajando en eso, querida.— Dijo sonriendo y me abrazó mientras yo estaba totalmente confundida sobre esto al tiempo que ella solo se dedicaba a fumar.
Fin del FlashBack
Expulsé el humo lentamente tirando mi cabeza hacia atrás. Malditos recuerdos, maldita madre que me tocó, maldita vida.
Tiré la colilla por la ventana de mi habitación y me dediqué a observar el atardecer. Era una de las pocas cosas que aún podía apreciar en paz. El resto, me había sido arrebatado por la persona que se suponía debía enseñármelas.
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Falling Down
General Fiction¿Qué sucede cuándo a una chica la obligan a, prácticamente, arruinar su vida? ¿Y si la persona que la somete a esto, fuese una de las que debe amarla más que a cualquier cosa en el mundo? ¿Qué puede llegar a ocurrir si la vida obliga a una joven a c...