⚜️Capítulo 5⚜️

685 56 0
                                    

El sargento Thomson, es esa clase de sujeto que se apasionan por sus ídolos, y después de saber que yo tengo el récord de la academia, no dejó de alabarme hasta que el chisme se regó como la pólvora.

Ahora, la mayoría de los cadetes me miran con mayor respeto, lo que no deja de causarme gracia, ya que sus superiores, son los que ahora me ven como a su enemigo. Aunque nadie se atreve a meterse conmigo.

Han pasado seis semanas, en las que el equipo no ha vuelto. De vez en cuando Alex se comunica conmigo para darme indicaciones y luego repite el proceso con Croft, a él cual y a la fecha, mantengo bajo la ley del hielo. Ya fue dado de alta y reincorporado a sus labores, por lo cual le hablo para lo estrictamente necesario. Algo que sé, lo mantiene cabreado.

Estamos en la piscina térmica, una muy fría para ironías de la palabra. Los chicos están formados frente a mi, con su respectivo traje de baño. Yo también, solo que uso un traje de neopreno que me cubre hasta la cadera y shorts verde militar, encima del bikini.

-         En este ejercicio, se pondrá a prueba su concentración, destreza y resistencia. Los francotiradores deben armar y desarmar sus rifles en cuestión de segundos, sin importar las condiciones medioambientales en las que se encuentren - hago una pausa y los repaso a todos con la mirada - Detrás de ustedes, hay una mesa con su correspondiente rifle. A mi señal, ingresarán al agua y harán lo que ya les dije. Al terminar de rearmarlo, deberán disparar a los blancos que están frente a ustedes, del otro lado de la piscina, dejarán el rifle en la mesa y saldrán del agua. Evaluaré los tiempos, puntería y ejecución ¿Quedó claro?

-         Señor, si señor - contestan todos a la par.

-         Bien – tomo mi cronómetro y lo pongo en marcha – al agua cadetes!!! – todos saltan al agua y se dirigen rápidamente a sus mesas.

El agua deja tan solo la superficie de las mesas a la vista, por lo que la primera ronda es fácil, después de que pase el segundo grupo, subiremos en nivel del agua, hasta que la mesa, y todo lo que tiene encima, quede bajo esta. No deberían tener problemas en armar el rifle a estas alturas. Los he puesto a hacerlo muchas veces, aunque es la primera vez que lo harán en estas condiciones.

Están divididos en dos grupos, los míos y los de Morgan. No es que tenga preferencias o algo así, es por practicidad. Así cuando mi compañero los retome, no habrá problemas para reacoplarnos. Además, después del incidente con Tokoro, se adaptaron mejor a mis métodos y han mejorado bastante.

Por otro lado el Coronel Tokoro se puso en contacto conmigo, y al saber el por qué su hijo fue expulsado de mi clase, me lo ofreció a servicio. Lo que quiere decir que ahora no sólo es mi alumno obligatorio, sino también mí mandadero. Eso no lo tiene muy contento pero a mejorado mucho su actitud y su puntería también.

El Bank del primer disparo suena, sacándome de mis cavilaciones y el sargento Thomson asiente, dándome a entender que anotó el tiempo.

–      Bien hecho Burton, afuera – le tiendo la mano y la ayudó a subir, para después tomar una de las toallas de manos de Tokoro. El tiempo pasa y uno tras otro, van saliendo del agua. El último en salir es Tanner, no sé por qué, pero sospecho que anoche se fue de juerga e ingirió más alcohol del recomendable – casi que no sale de ahí cadete. Tokoro en formación, Tanner lo relevara.

-         Señor, si señor – responde Tokoro pasando de inmediato su carga al mencionado. Tomó la primera de la pila, la abro y la pasó por los hombros de Tanner.

-         La próxima vez que note que sales de fiesta, una noche antes de una prueba importante, te pondré a recoger los casquillo de todas las salas de balística, incluyendo los campos de tiro, a ti solo y sin imán ¿fui clara? – a pesar de estar asustado, me afirma con la cabeza y susurra un si señor – Cadetes, repito el procedimiento, por si alguno no estuvo atento a la prueba de sus compañeros – les doy el paso a paso, mientras me paseo por la sala, tomó el cronómetro y me cercioro de que el sargento y un profesor de natación estén en sus lugares – al agua cadetes!!! – con mi grito empieza la algarabía una vez mas.

La leyenda de escarlata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora