⚜️Capítulo 42⚜️

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Cuando Ben me llevo por primera vez a su casa, solo conocí a Hanna, una chica algo tímida pero muy alegre y divertida, con la que congenie, nada más vernos. Su padre estaba expectantes por cómo nos llevaríamos, aún no me trataba con tanta familiaridad, pero ya se le notaba que me tenía mucho cariño.

Volver a la casa de quien considere mi padre ahora se siente extraño. Hanna me ve de forma hostil, de echo no ha quitado su mirada iracunda de mi persona, desde que llegué.

Lo único que me consuela un poco es que la prometida de su hermano, parece no caerle mejor, por lo que su mirada fulminante, no sólo es dirigida a mí y Sara tampoco está por la labor de hacerla pensar que le cae bien. A la única que le dedica sonrisas, demasiado exageradas si me lo preguntan, es a la ministra y trata a Alexander, como su fuera un bebé, Dios creó que me dará diabetes.

Se supone que veníamos a hablar con Katherine, del asunto de su funcionario, ya que será apresado mañana lunes, en su oficina pero al llegar, me tope con la sorpresa de que Hanna estaba en casa y que Alex, trajo a su futura esposa con él.

Lo que me deja por fuera de la ecuación, ya que se ve como una comida familiar pero Parker, se negó en redondo a que me fuera, razón por la cual estoy ahora sentada a la mesa, con la Ministra encabezando un lado de la mesa y Hanna a su diestra.

Alexander ocupa la otra punta, con su prometida a su izquierda y yo a su derecha frente a ella. En un ambiente que los anfitriones tratan de mantener relajado pero fallando estrepitosamente en el intento.

- Y cuéntanos Scar ¿como es volver después de irse, sin decir nada y dejarlo todo, sepa Dios por qué? - inquiere con zaña, la hermana del comandante. La disimulada sonrisa complacida de Sara, no me pasa por alto, más le reste importancia.

- Hanna!!! - reprende su madre.

- Está bien Katherin - la calmo y muevo mis ojos, hasta la menor de los Reyds - difícil... mucho de echo...

- Supongo que puede ser por que no querías hacerlo - replica la chica.

- Hanna, ya basta!!! - ahora es Alex, quien intercede por mí.

- ¿Por qué? No he dicho nada que no sea verdad - me mira con resentimiento y lágrimas en los ojos - te fuiste y lo dejaste hundido en la miseria. Paso meses pegado a una botella, casi pierde la vida en ese accidente de auto y para rematar, aparece la aprovechada esta y por lastima, le da el anillo...

- Hanna, he dicho que fue suficiente!!! - mi corazón late muy rápido, más que cualquier otro día. Esta dolida, sus palabras así me lo hacen saber.

- Emma no hacía más que defenderte, igual que papa - sigue, ignorando la reprimenda de su hermano - ni una llamada, ni un mensaje, nada. Era como si no existieras. Y cuando me entero que regresaste, no tienes la delicadeza de venir y darme una explicación. Sé que para ti no significó nada pero tu eras como mi hermana...

- No regrese por que quise Hanna, en eso tienes razón - todos quedan callados - regrese por que tenía que hacerlo y si te soy sincera tampoco me fue fácil tener que irme y permanecer lejos. La verdad es que no puedo hablarte de los motivos por los cuales me fui, fue por trabajo y de ello dependían muchas cosas, incluida tu seguridad o la de Emma - le sonrió por qué ella está afectada por todo esto y no sabe que no es la unica - con la única que se me permitía tener contacto era con Emma, tu padre siempre me mantuvo al tanto de ti...

- Pero yo no sabía nada de ti - murmura con la voz ronca. Me levanto, le doy la vuelta a la mesa y me siento a su lado, tomando su mano.

- Lo siento Hanna, de verdad. Pero en nuestro trabajo debemos anteponer el deber, para mantener a salvo a todos y si es necesario, sacrificarnos por quienes amamos - me sonríe, por que eso es algo que solía decirnos su padre y después toma mi mano también, señal de que ya no está molesta conmigo.

La leyenda de escarlata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora