⚜️Capítulo 30⚜️

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Deje que el agua se llevara todo el dolor de los malos recuerdos y mis lágrimas. Esto es como estar en medio de una nebulosa borrosa pero al mismo tiempo, las imágenes son tan nítidas, que me es imposible ignorarlas.

Al salir, envuelta en una toalla, Will se encuentra sentado en su cama. Una taza humeante en la mesita de noche y una enorme sudadera verde militar, en sus manos. Extiende en mi dirección una bolsa de lona, donde entiendo, va la ropa sucia. La deposito ahí y sin decir nada más, sale para darme la privacidad necesaria para cambiarme.

Ya con sus prendas puestas, pues me tomé la libertad de tomar unos bóxer de su closet, tomo la taza de té y me dedico a beberlo con suma lentitud. Nunca me ha gustado este brebaje pero por amabilidad no quise contradecirlo.

Mis pensamientos van en todas direcciones y ninguna es la concreta. Nunca he sido una sanguinaria sin motivo alguno, suena raro por mí pasado y formación. Pero siempre me ví obligada, por estar bajo las órdenes de alguien más.

Más sin embargo, deseo acabar con todo atisbo vital de la existencia de Zare, y a conciencia ¿Eso me hace una mala persona? ¿Querer acabar con quien me quito lo más preciado? ¿Con quien me robo mi futuro?

Sin darme cuenta mi mano descansa sobre mi vientre, justo donde la cicatriz de su ensañamiento, me recuerda que no fue un mal sueño, fue real. Y duele más de lo que me quiero admitir, saber que estuve indefensa ante él.

La puerta se abre, dejando ingresar al dueño de este espacio. No lo veo, pero sé que es él, su perfume se vuelve más intenso, a pesar de que toda la estancia destila su olor.

Toma asiento a los pies de la cama y me mira en silencio. No sé por qué, pero tengo unas ganas horribles de contarle todo lo que me trae por la calle de la amargura pero decido morderme la lengua, hasta casi sacarme sangre para evitarlo.

- La primera vez que te vi, pensé que lo que se decía de ti, no podía ser cierto - lo observo, sin comprender por qué menciona tal echo, no fuimos los mejores amigos en esos tiempos. Tuvimos más de un desencuentro durante mi primera visita aquí. Aún no estaba con los chicos, seguía como lobo y sus comentarios burlones lograban sacarme de mis casilla con facilidad. Fue durante mi primera misión, después de lo que pasó con Zare y aún la cercanía física me costaba un poco, y que él tratara de estar siempre a mi alrededor, con sus estúpidas insinuaciones, no era de gran ayuda - ¿como esta chica tan hermosa, podía ser tan temida y letal? En ese entonces creí que se trataba de puras exageraciones, esas historias tuyas... - se carcajea, sin ganas - pero después, pusiste tus increíbles ojos azules en mi y aunque mi mundo se detuvo un segundo... lo entendí - aún no comprendo donde quiere llegar con esto pero sigo sin interrumpirlo. Ahora su mirada vaga en el vacío de la habitación, como haciendo más nítida su memoria - tan hermosos, pero fríos, vacíos y sin vida... es la mirada de quien ha visto más de lo que debe, de quien lo ha perdido todo y solo espera la muerte, para poder descansar en paz - suspiro, devolviendo la vista a mi taza de té a medio terminar. No está tan equivocado después de todo pero aún así tampoco es muy diferente ahora.

- ¿Te sorprendería saber que he visto más que cualquier veterano de guerra? Y no te equivocas Will, solo espero cumplir con un último propósito, para poder descansar... - un nudo inexplicable se empieza a formar en mi pecho. La esperanza que murió ese día, se llevó mis ganas de ver más allá de un hoy, el futuro para mí ya no existe, pero primero lo acabo.

Mis ojos se llenan de agua salada de nuevo y odio sentirme así. Débil, vulnerable y necesitada de afecto, por que en días como hoy, solo necesito de alguien que me acoja en sus brazos y me permita disfrutar de su protección. Como lo hacía él, pero eso ya no puede ser.

- Lo sé hermosa - musita tan bajo que apenas y lo escucho - lo sé por cómo te alejas de todos - cierro los ojos, cuando las lágrimas amenazan con desbordarse, su tono sentido y melancólico me duele. Sé que siente algo por mí, pero yo no quiero causarle dolor - te alejas por temor a que te hagan daño, por que alguien te quito el derecho de confiar, de necesitar, y eso te deja solo el camino de la soledad...

La leyenda de escarlata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora