La leyenda de escarlata

⚜️Capítulo 43⚜️

Para la mañana siguiente, no he logrado dormir en absoluto. Lo sorprendente es que no había llorado. Supongo que ya no me quedan lágrimas, después de todo lo que ha pasado últimamente. Se me esta volviendo costumbre eso de andar derramando agua salada.

Al bajar a la cocina, ya Alexander estaba ahí, en compañía de la guardia de la ministra. Nos saludamos con educación y tomamos el café que nos brindaron en silencio, esperando por su madre para ir a hacer lo debido.

No le di más de una mirada, no quería ver en su cara algo desagradable. Además, mis pensamientos estaban dispersos y necesitaba de la distancia, para poner orden en mi cabeza.

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Llevamos ya más de tres horas en el proceso de interrogatorio de Stephen O'neil, el fiel secretario de la ministra Parker. Ese mismo que vi cuando me iba de Washington y el mismo que me saludo, cuando me asignó a los Alfa. El chico no muestra nada de empatía por las víctimas, o consecuencias que sus acciones han dejado.

Bajas, accidentes, cientos de civiles muertos y soldados masacrados u afectados de alguna forma, por sus constantes informes a Zare. Incluso salió a la luz, que la ministra esta siendo investigada por irregularidades, de las que ya otras entidades, se han percatado. Somos afortunados por aprenderlo primero, de lo contrario, tendríamos que hacer fila, para que responda por sus crímenes.

Me duele la cabeza, se le llama resaca, quizá me pase con el Vodka. Mi concentración esta en otros asuntos y para rematar, Alex no deja de mirarme de una forma que me perturba pero he de aguantar cuanto pueda, para recopilar antecedentes de todo lo que acepta haber hecho este individuo.

Cuando por fin logro salir de la sala de interrogatorios, aún falta más de la mitad de las acusaciones por revisar, ya que el acusado, en cuanto le mostramos lo que tenemos en su contra, empezó a cantar cual soprano pero yo ya no aguanto mas y aprovechando que el comandante tiene visita y se ausentó , yo deje a Carusso al frente, para poder ir a medicarme tranquila, de cualquier forma, ella me llamara, si hago falta.

Salgo del edificio de retención sola, sin prestar mucha atención a nada en particular, con destino a nuestra central, dispuesta a conseguir un analgésico y acabar con el incesante palpitar de mi cien, que no me deja ni pensar.

- ¿Por qué!!!? - el grito ensordecedor de una voz familiar, me llega desde afuera de la cocina ¿el salón tal vez? Me he quedado con la vista en la nada, apoyada en la encimera, a la espera de que el medicamento hiciera su efecto, cosa que por poco consigo pero con sólo ese grito y un portazo, me sacan de la burbuja donde estaba aislada de la realidad, para devolverle las pulsaciones a mi cerebro - no lo entiendo, ayer estábamos bien y hoy quieres terminar lo nuestro - OMG cortaron a Gisel, eso parece pedazo de chismosa - tenemos más de dos años juntos, hemos vivido momentos difíciles y hermosos también. Nos vamos a casar en menos de un mes!!! Y ¿ahora me dices que se acabó? ¿Por qué? ¿es por ella!!!? - de repente la sangre abandona mi rostro y el aire empieza a faltarme, ante la comprensión del drama de la pareja. Presta atención y olvídate del dolor. Ruedo los ojos ante las indicaciones de mi cabeza pero de igual forma no es como si pudiera dejar de escuchar esos alaridos.

- No, no es solo por ella. Es por qué no podemos seguir con esto si sabemos cómo terminará, no puedo Sara. Si nos casamos seremos de todo menos felices... - replica la voz de Alexander, se escucha hastiado, cansado del show podría decirse, es que con esa voz que se gasta la criatura, cualquiera se cansa... - nunca te he mentido, te quiero sí y de verdad quise hacerte feliz, pero no lo puedo hacer, si quieres algo de mi, que no te puedo dar. Ella tiene mi corazón y así será siempre, Sara... lo sabes desde un principio y... No puedo hacerte esto, no puedo casarme contigo, si la amo a ella...