La semana llega con todo su ajetreo de las mañanas, entrenamientos, papeleo y demás obligaciones que tenemos. A eso se le suma la selección de los nuevos miembros, pues el puesto de Ámber aún está vacante y es necesario llenarlo, ya que nos faltan manos con la cantidad de miembros de los que disponemos ahora.Me siento cansada, desanimada, para nada a gusto en casa y para colmo, Alex esta en su mejor faceta de “aquí no ha pasado nada” cada que le preguntan por qué estamos tan distantes. Lo que me hace seguir ignorando todo lo que me molesta o de lo contrario, acabare por moler a alguien a golpes, cada que me piden despejar sus dudas.
Lo bueno es que Fiorella esta de regreso después de sus dos semanas de luna de miel, y me ayuda un poco, con su cháchara frenética de los lugares que visitaron durante el viaje.
- … y estuvimos en ese hotel famoso que sale en las revistas, haciendo un recorrido. Tienes que ir alguna vez, es hermoso…
- Lo sé – contestó distraída, mientras esperamos a que nos toque el turno, para elegir nuestra comida – ya he estado ahí.
- Cierto que hay pocos lugares a los que no hayas ido – comenta Fiorella risueña – debe ser grandioso conocer tanto.
- No fui en el mismo plan que tu Carusso – espetó irritada con sus fantasías de recién casada, o más bien con envidia. Es que ni a mi conciencia soporto hoy – fue durante una misión, en la que tuve que ir a una fiesta a ese jugar. El sujeto era un empresario árabe, con debilidad por las pelinegras.
- ¿O sea que tu…?
- Claro que no!!! – la corto, aún más exasperada con su insinuación – nunca me acosté con nadie para completar una misión, no soy una puta. Tu mejor que nadie, deberías saberlo…
- Cálmate Scar, que solo fue una pregunta – dice conciliadora y suspiro frotando mi cara. Necesito un respiro pronto – estas muy irascible estos días y Alex esta igual ¿están teniendo problemas en el paraíso?
- La verdad es que sí – admito, tomando mi bandeja para elegir del menú – no es nada grave pero si me molesta bastante… además, aún no tenemos al suplente de Mercer y su trabajo, también lo estoy haciendo yo...
- Pues yo creo que debe ser grave si vas a comer papas fritas, de nuevo – sonrió un poco, negando y sigo a la sección de las carnes, con una vaga idea de su comentario.
Cuando solo éramos los tres, y las cosas no salían bien con la búsqueda de Zare, solía llevarlos a comer pollo con papas fritas para distendernos. Yo siempre terminaba en el baño, por engullir muchas frituras pero era mi forma de distraerlos de nuestro estrés laboral.
Sigo con mi selección de alimentos, tomó pollo frito del mostrador y de postre un mousse de chocolate que se ve de ataque. Se me hace agua la boca de solo imaginar su sabor.
- ¿Segura que te sientes bien?. Te vez algo cansada también.
- Y lo estoy... Con todo el trabajo que tenemos, tengo que llevarme algo de papeleo a casa. Además, no estoy durmiendo mucho tampoco – sumo los hombros, ya caminando al área de las mesas – me hace falta ese idiota para dormir.
- ¿Y dices que su problema no es grave? – la miró con extrañeza – me acabas de decir que están durmiendo separados.
- Solo quiero que se me baje la calentura para no terminar golpeándolo, por que sé por experiencia, que no le quito lo idiota así, y hasta me siento culpable después. Y la idea me la diste tu, solo que como es su casa, no lo puedo mandar al sofá – se ríe divertida y tomamos asiento en una mesa. Dereck se nos une de inmediato.
ESTÁS LEYENDO
La leyenda de escarlata
Action"una leyenda no siempre es una fantasía, donde los personajes son míticos, sus actos hazañas y sus palabras sabias. La mía habla de guerra, muerte y destrucción. Pero también de algo mucho más trascendental: el amor"