El infierno... es ese lugar donde iremos al morir, según lo demanda la religión. Por qué ninguno de nosotros pisara el cielo, después de haber cegado una vida.
En la tierra esta representado por estas tierras asoladas por la guerra. En las que unos sólo buscan la gloria, otros piensan como justificar sus ideales y otros simplemente, defienden a los suyos a punta de bala.
El caos de este lugar no tiene nombre. A diario vemos sangre, sudor y lágrimas, y eso es lo que forja la carrera de millones de personas, algunas ya se han ido, tras fracasar en sus intentos por dejar una huella en el mundo, otras aún peleamos contra monstruos peores que nosotros mismos y hacemos de este infierno nuestro hogar.
- Que alegría verlos de regreso - saluda William, quien como siempre, nos recibe en la pista de aterrizaje - supe lo que te pasó en el Líbano ¿Estás bien? ¿Y Tanos? - pregunta una vez estamos más cerca de él.
- Estoy bien Will, nada que no pasara antes y Tanos esta feliz de volver a casa - Me besa en la mejilla y se lo regreso - esta loco por que lo saquen de la jaula
- Debe ser difícil para él un viaje tan largo y en tan poco espacio - razona causando que ruede los ojos. William ama a los animales y como solemos trabajar mucho por aquí, casi siempre mi can esta en esta base, bajo los cuidados del coronel. Se diría que es más suyo que mío, solo que es a mi a quien obedece.
De verdad muy pocas personas llegan a ser así de cercanas conmigo, pero William se lo ha ganado a pulso. Además de ser una de las bases en las que nos solicitan con más frecuencia, como ya lo mencione, le tengo bastante afecto al coronel.
Le sonrío con calidez, dispuesta a seguir con nuestra conversación pero alguien se aclara la garganta a mi espalda y vuelvo a rodar los ojos. Al mirar de quien se trata, veo la cara de pocos amigos de Alexander. Ruedo los ojos otra vez, esto será estresante, ya lo siento.
- Will, te presento al comandante Alexander Reyds, líder del escuadrón Alfa, los que esta vez, nos acompañarán en nuestra cacería - sonríe amable a los recién llegados y le tiende la mano a Alex, él cual por pura educación la acepta.
- Bienvenidos a Kabul, comandante y lamento mucho su perdida. El general era un gran hombre - el Alfa asiente cómo única respuesta y Will suelta su mano para pasar un brazo por mis hombros, pegándome a su costado. Quisiera desaparecer ante las miradas imprecionadas de todos, y claro los Fantom lo están disfrutando de lo lindo. Se les nota en la cara - he oído mucho de ustedes, pero creo que nunca los he tenido por estos rumbos.
- Hemos venido antes pero previo a su llegada Coronel - dice seco el pelinegro y siento que me incinera con la mirada pero mantengo mis ojos lejos de su anatomía.
- Bueno, espero que regresen enteros - le doy un codazo en las costillas al coronel - auch!!! ¿Que? Solo estoy siendo amable.
- Pues no es muy alentador decir algo así - le reprochó más sé, que no lo hace con malicia. Es más la bienvenida que siempre nos da a todos.
- Estamos en las puertas del infierno hermosa - ruedo los ojos y me deshago de su brazo - si han estado aquí antes, sabrán que lo digo como aliciente.
- Aja, lo que tu digas - tomo mi maleta pero él me la quita. Lo miró mal, más me sonríe inocente, no puedo con este hombre - ¿está listo lo que te pedi? Donde estábamos no creo que quepamos todos y en los dormitorios menos.
- En realidad... no conseguí desocupar el dormitorio más grande pero si uno que esta cerca del suyo - me explica, mientras empezamos a caminar con todos detrás de nosotros - fue lo mejor que pude hacer, pero si les reservé una sala de tácticas más grande, aunque la de ustedes sigue con sus cosas.
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La leyenda de escarlata
Action"una leyenda no siempre es una fantasía, donde los personajes son míticos, sus actos hazañas y sus palabras sabias. La mía habla de guerra, muerte y destrucción. Pero también de algo mucho más trascendental: el amor"