18 meses después.
Hay experiencias que te cambian la vida por completo y de una forma, que jamás imaginaste. Nunca pensé que en esta nueva etapa de mi vida, tendría tanto por lo que luchar, después de haberlo perdido todo. Tengo amigos maravillosos, una hija por la que doy la vida y mi trabajo va muy bien, no es el que desearía tener, pero es mejor que ser maestra en una escuela cualquiera.
El único problema, es que me quieren reintegrar a servicio activo pronto y yo aún no sé si quiero volver, y menos estando tan lejos de donde quiero estar realmente, y peor aún, sin saber si él me aceptaría.
Por pura cobardía, no he querido llamar a Jake y averiguar lo que pasa en Washington, temo que no me guste lo que encuentre. Aunque Max sigue con lo de que debo dar la cara, y sé que debo hacerlo, no quiero mas sorpresas desagradables, ya he tenido suficientes en la vida.
Llegó a la base y estacionó en mi lugar, después de hacer el debido control de entrada. Veo por el retrovisor a Emma en su silla de bebé y sonrió antes de bajar, y rodear la camioneta para sacarla de su silla. La cargo en mi cadera y recojo la pañalera, para ponerme rumbo a la guardería. Es una fortuna que aquí tengamos esta facilidad, por que no soporto saberla lejos o con extraños.
- ¿Pero mira quien viene aquí? - ruedo los ojos ante la voz chillona de Pam - cada día es más hermosa nuestra piccola (pequeña).
- Deja de hablarle así, que pareces retrasada y pensara que es normal... - le digo a la Delta. Está me mira mal y después me ignora para seguir hablándole a mi princesa.
- ¿Tu no serás como tu mami verdad? No... tu serás más dulce que ella... verdad princesa - Emma se ríe y me pinta una sonrisa escucharla.
Ya con mi cuerpo libre de hormonas, deje los extremos emocionales de lado y volví a ser yo. Aún soy ácida, como siempre, pero ahora logro contenerme de soltar ciertos comentarios hirientes. Más aún así, mi odio por las petunias sigue intacto, yo creo que ese rechazo tiene que ver con cierta rubia rusa, para que negarlo.
Ahora sonrió más seguido, hasta se podría decir que soy más normal de lo que jamás fui y es gracias a mí princesa. Sí, le puse el mismo apodo que a mi, aunque también le digo piccola, como la llaman los Delta.
- Ojalá que sí se parezca a mi, por que el papá es un poco más cortante que yo - comentó.
- Yo lo definiría mas como Shrek - aparece Max en mi camino también - ven con el tío Max, mía piccola - mi hija le extiende los brazos alegre a Max.
No lo puedo negar, Emma ama a este hombre más que a ningún otro. Observarlo con Emma, me produce nostalgia, por que a pesar de que ya es tiempo de llevarla a conocer a su padre, tengo miedo de su reacción cuando la vea. Emma es una bebé especial, nació con lo que se le conoce como heterocromía iridum, lo que significa que tiene los ojos de su padre pero en el derecho, tiene una mancha color zafiro alrededor del iris.
Además tuvo que ser sometida a un tratamiento para sus pulmones, ya que durante los primeros meses de embarazo consumí alcohol y fume. No lo sabía pero eso no alivia mi culpa, aún cuando el pediatra dijo que era más normal de lo que pensaba.
Todos aquí adoran a mi hija pero Dimitri y Max, se pelean por ser los mejores tíos de mi princesa, pero como ya dije, ella tiene preferencias por el italiano.
- Esta hermosura no se parecerá a ese ogro...
- No le digas eso de su padre que ya empieza a comprender las cosas - lo regaño pero este está absorto en la niña, la cual ríe cuando Max la eleva en el aire, para volver a dejarla caer en sus manos - Max no le hagas eso carajo!!! acaba de comerse la papilla y si te vomita encima, no respondo.
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La leyenda de escarlata
Action"una leyenda no siempre es una fantasía, donde los personajes son míticos, sus actos hazañas y sus palabras sabias. La mía habla de guerra, muerte y destrucción. Pero también de algo mucho más trascendental: el amor"