¿Y adivinen que pasó? Pues nada. El general me mandó llamar, mientras entrenábamos en el simulador durante la mañana y no tuve tiempo de hablar con Alex.
Ben me asignó una misión. Necesitaba dos efectivos para un rescate en el extranjero, un franco y un ejecutor. Recomendé a Derek como francotirador, no es malo en combate, pero yo estare dentro y a él, lo necesito lejos y a salvo, para poderme concentrar en lo que debo hacer. Será mis ojos y apoyo a distancia.
Ahora estamos en Japón, objetivo: rescatar a un maldito político americano, que se le dio por cogerse a la hija de un diplomático nipón, que casualmente tiene nexos con la jakuza. Lo que significa que tienen mucha seguridad, armas de altos calibres y sus hombres están bien entrenados. No creo salir tan ilesa de esto como en otras ocasiones, espero esquivocarme.
- ¿Esta segura de que ya ha hecho esto antes? Según la información recibida, son bastantes y usted estará solá ahí dentro. Puede salir herida, además está clase de ingreso aéreo, no en muy seguro tampoco – sonrió inconscientemente ante la preocupación de Thomson, por qué sí, el sargento fiel, es quien hizo la inteligencia del operativo, consiguiendo así colarse en la misión y si todo sale bien, lo recomendaré con el general para un puesto mejor. Desvío la mirada al capitán Matews, el piloto, quien lo mira sin dar crédito a lo que dice.
- Por Dios, si esa mujer tiene como mil vidas, ha hecho cosas más descabelladas que esta – le dice el capitán de la aeronave – por lo menos conmigo, ha hecho esto unas ¿que? ¿Siete veces? Y siempre regresa en una pieza.
- En realidad con esta serían once, capitán – el hombre ríe ante la cara de espanto de mi subordinado. Thomson es más de escritorio, que de terreno y eso se nota.
- Dos minutos para salto Ross – me avisa el capitán. Asiento en su dirección.
- Aquí halcón uno ¿me copia pichón? – hablo por el intercomunicador y escucho la risa de todos. Los nombres clave tienen siempre alguna coherencia, y como Morgan es el más pequeño...
- Aquí pichón, le copio halcón uno – la vos de Derek se escucha aburrida y sé que es por el apodo que le pusimos.
- Saltó en dos ¿esta todo listo?
- Listo y en posición capitán – confirma.
- ¿Cuántos son?
- Hasta donde he podido contar, entre las tres últimas plantas 24, que son los que alcanzo a ver desde aquí. El objetivo está en el piso 18, oficina sur y despejada, esta solo.
- Bien, marca el lugar, halcón uno en camino – se abre la compuerta trasera y me encaminó a ella mientras hago sonar mi cuello y espalda.
- Aquí halcón dos, salto en tres – “lo imposible no existe “ recitó mentalmente esperando la señal – dos – “ tu mente invencible” – uno – “lo hace todo posible”
- Nos vemos en diez chicos – corro a la rampla y salto al vacío, haciendo una pirueta – wuuuhuuuu – sonrió tras la braga que me cubre el rostro. Esta es de las mejores sensaciones de mi vida. Así es como me siento viva. Con la adrenalina recorriendo mis venas y el corazón bombeando a mil.
- Estas total, absoluta y completamente loca – me rio con la afirmación de Morgan, que se escucha divertido, y las risas del resto muestran su aprobación. Eso es algo que ya se, no estoy para nada bien de la cabeza.
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La leyenda de escarlata
Action"una leyenda no siempre es una fantasía, donde los personajes son míticos, sus actos hazañas y sus palabras sabias. La mía habla de guerra, muerte y destrucción. Pero también de algo mucho más trascendental: el amor"